Cada 13 de febrero se celebra el Día Internacional del Preservativo, fecha pensada para conmemorar la creación del condón e incentivar su uso responsable para evitar enfermedades de transmisión sexual (ETS) y embarazos no deseados.

La fecha, propuesta por la Fundación para el Cuidado del Sida (AIDS Healthcare Foundation), se anticipa al Día de San Valentín o Día de los enamorados. Instaurado en 2012, el Día Internacional del Preservativo se celebra en 35 países alrededor del mundo para educar a la población sobre su uso, ya que su difusión es clave para disminuir la pandemia del VIH y Sida, entre otras ETS.

La historia del condón se remonta a varios siglos atrás. Antes del siglo XIX se confeccionaban condones con trozos de tela tratados químicamente y con tejido animal, ya sea del intestino o la vejiga. Los condones más antiguos que se conocen datan del año 1642 y estaban hechos de membrana animal. En Asia, por otra parte, los confeccionaban de papel de seda con aceite, de intestino de cordero o incluso de caparazón de tortuga.

Comerciantes holandeses introdujeron por el año 1700 condones hechos de cuero y, más tarde, en el siglo XVIII se hicieron muy populares, siendo vendidos en pubs, barberías, farmacias y mercados.

Gracias al descubrimiento de la vulcanización del caucho en 1839, el material de los condones finalmente cambió, siendo fabricado el primer condón de goma en 1855. Luego, en 1920 fue descubierto el látex, material que se usa hasta el día de hoy.

En el mundo se venden 12 mil millones de preservativos anuales, 180 millones de ellos en Argentina. La cifra local arroja un promedio de 4,5 condones por persona.