El discurso de un estadista revolucionario en la UNCUYO
La Universidad Nacional de Cuyo entregó el Doctorado Honoris Causa al vicepresidente de Bolivia, doctor Álvaro García Linera, en un acto caracterizado por las palabras de compromiso con la Patria Grande, el llamado a la población universitaria a sumarse a la transformación latinoamericana y el festivo acompañamiento de la colectividad boliviana en Mendoza.
El vicepresidente boliviano es el soporte político e intelectual de la gesta de Evo Morales en el país del Altiplano.
Ante un salón colmado por estudiantes y autoridades de la UNCUYO, integrantes de la colectividad boliviana en Mendoza, el Embajador en Argentina y el Cónsul de ese país en nuestra provincia, el rector Arturo Somoza y el vicerrector José Rodríguez entregaron el Doctorado Honoris Causa al vicepresidente de Bolivia, doctor Álvaro García Linera. El evento se realizó en el auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas, se emitió en directo en el auditorio 5 para quienes no pudieron entrar al auditorio, y se transmitió en vivo por la web de Señal U y para la Televisión Pública de Bolivia. En el acto, además de destacar la trayectoria y la coherencia militante del homenajeado, se agradeció el compromiso de su país con la causa argentina por la recuperación de las Islas Malvinas y se reiteró el apoyo nacional al derecho de Bolivia de tener una salida al mar.
Estas son algunas de las palabras expresadas por García Linera en su discurso de aceptación:
"Me siento muy emocionado por este reconocimiento a un comunista, a un luchador, a un comunitarista, a un subversivo; a un irremediable subversivo de la vida, que ha dedicado casi 35 años de su vida a luchar por la causa de la emancipación de los pueblos de Bolivia y de América Latina, y que lo que queda de vida seguirá con este destino. Recibo con mucha humildad este reconocimiento y lo recibo a nombre de mi país, de mi pueblo, de 10 millones de bolivianos que hoy luchan".
"Hoy América Latina en su conjunto atraviesa cambios muy importantes, transformaciones decisivas de su política, de su Estado, de su economía y de la sociedad. Muchos líderes que hace 30 o 40 años eran guerrilleros, subversivos, llamados “terroristas”, perseguidos, encarcelados, hoy gobiernan el continente, desde El Salvador (guerrillero) hasta Brasil (un obrero), o Argentina (luchadores contra la dictadura de los años 70 y 80), Ecuador, Venezuela y Bolivia. Enmarcan un continente en el que, por primera vez en más de 150 años, se da una articulación entre gobiernos progresistas y revolucionarios".
"La única globalización que llegó a América Latina fue la de los golpes de Estado y la del neoliberalismo, lo único en común en el siglo XX fueron los golpes de Estado por las dictaduras militares; es decir, una articulación de derecha, una unificación formal a partir de la reacción, de la represión, de la tortura, del asesinato. Luego vino la otra forma de articulación, que fueron los gobiernos neoliberales, los tiempos de la privatización, en los que lo público se volvía privado, lo común se volvía individual. Desde México hasta Argentina, Chile y Perú, Venezuela y Ecuador, Bolivia y Brasil, en los 90 el continente vivió un segundo proceso de articulación regional de derecha; es decir, de desnacionalización de las sociedades, de la economía, y fragmentación de las estructuras sociales. A principios del siglo XXI se da un acontecimiento extraordinario, que no tiene parangón en la historia: la emergencia, diversa, con sus ritmos, su propio lenguaje, sus propios liderazgos, sus propias metas, pero que podemos denominar un programa post neoliberal".
"La primera [característica del continente] son las políticas post neoliberales en el ámbito económico. La segunda es la democracia como vía de transformación hacia cambios revolucionarios en la organización social. La tercera es el papel cada vez más activo y creciente de las organizaciones sociales".
"El Estado Plurinacional significa dos cosas. En primer lugar, el reconocimiento dentro del Estado de 36 naciones indígena-originario-campesinas. Significa que el Estado reconoce la identidad, la cultura, el idioma, las tradiciones, los símbolos de cada una de las naciones indígenas como naciones, no como folclore, sino como nación, como identidad colectiva nacional. (...) La plurinacionalidad significa también un segundo momento: la indianización de la propia identidad boliviana. No es solamente el reconocimiento de los pueblos indígenas al interior del Estado sino también indianización del propio ser boliviano, comenzando por los símbolos patrios: la bandera tricolor y la wiphala, las medallas, los símbolos, los rituales, la narrativa histórica, la enseñanza en las escuelas, los procesos administrativos, los idiomas oficiales. Hoy Bolivia asiste a un proceso gradual de indianización. No es que la antigua identidad y cultura boliviana sean desplazadas: se enriquece, se entremezcla, se indianiza, recogiendo el conjunto de enseñanzas, de virtudes, de procedimientos, de experiencias, de tradiciones, que vienen del mundo indígena".
"Por experiencia en el gobierno, el concepto leninista y gramsciano de hegemonía tiene dos componentes indisociables. Por una parte, el clásico: hegemonía es la capacidad de liderizar a sectores sociales que no son los tuyos; es la capacidad de incorporar a otros sectores sociales, que son diferentes a vos, en el proyecto de tu sector, haciendo pasar el proyecto de tu sector como proyecto de todos en la medida en que incorporás elementos del proyecto de otros de manera secundaria al proyecto líder. La hegemonía es una forma de seducción, es el liderazgo intelectual, moral y organizativo de un bloque social sobre el resto de los bloques sociales. La hegemonía tiene un segundo componente, que es la derrota del adversario. No basta con incorporar las preocupaciones y las demandas de los otros bloques, sociales contestatarios y opositores, para liderizar. Por lo general no sucede. Esta posibilidad, descrita por Gramsci, requiere un elemento imprescindible: la derrota, que es la parte que veía Lenin. Yo veo la diferencia entre Lenin y Gramsci. La versión leninista de la hegemonía, la acción de derrota del adversario; la mirada gramsciana de la hegemonía, el trabajo de convencimiento. En verdad es una sola cosa. No puede haber convencimiento de los otros sectores si no los has derrotado previamente. Tienes que derrotar previamente al otro sector en su moral, en su intelectualidad, en su percepción del mundo. No basta derrotar al adversario si no tienes la habilidad de incorporarlo en el proyecto hegemónico dominante, porque si no lo haces, más pronto que tarde volverá a crear otro polo de oposición que limitará la expansión hegemónica. Hoy en Bolivia vemos al presidente Evo, a los movimientos sociales, reunirse con empresarios. ¿Cómo es eso de la que la Central Obrera Boliviana (COB) se reúne con empresarios? ¿No es que somos adversarios? ¿No es que querían tumbar al presidente Evo? ¿No eran los que querían golpear al presidente? Sí lo hicieron. Y los derrotamos. Cuando entraron en una actitud conspirativa, los enfrentamos y los derrotamos, en los hechos, en las palabras, en las ideas, en la percepción del mundo".
"Las universidades son los lugares donde se gestan las ideas fuerza de una sociedad. No son los únicos lugares, porque también están los sindicatos, los barrios y las organizaciones sociales como gestores de sentido común. Las universidades tienen un papel destacado: fundamentalmente son creadoras de ideas que se destinan después al ámbito productivo. Es el laboratorio de las ideas técnicas, productivas, filosóficas y sociales, que luego se expanden, difunden y generalizan en el ámbito social. (...) A la vez, decimos que el ámbito académico y universitario desempeña otro papel decisivo, que en Bolivia no se da con la velocidad que uno quisiera: es el ámbito de la construcción de los nuevos escenarios tecnológicos, administrativos, productivos, organizativos del nuevo régimen, de manera duradera".
"La revolución boliviana le debe mucho a Argentina. Sin esa intervención del gobierno argentino, seguramente yo no estaría aquí recibiendo un Honoris Causa. Estaría en alguna cárcel, acusado de terrorista, y el presidente Evo estaría seguramente muerto. Fue la solidaridad latinoamericana que se movió al día siguiente del golpe de Estado, que le puso un freno. No solamente fue en Bolivia. Lo mismo está sucediendo con Venezuela, que es objeto de una agresión terrible por parte de las fuerzas imperiales, que busca debilitar al pueblo venezolano. Está ahí Unasur, está ahí Celac, están los presidentes, la presidenta Cristina hablando con el presidente Nicolás. Quiero que los jóvenes valoren mucho eso. Hace poco menos de 10 años, no se llamaban entre presidentes. Quien los llamaba era el Departamento de Estado de Estados Unidos, el Comando Sur de Estados Unidos, para definir qué tenían que hacer los comandantes de las fuerzas armadas y qué tenía que hacer el presidente".
"El siglo XXI no solo tiene que ser de los pueblos, sino de los regímenes revolucionarios, porque los pueblos tienen que tener la dimensión internacionalista del Che Guevara (aplausos). ¿Cómo convertimos la entrega personal del Che en tecnología? ¿Cómo convertimos la ética del Che en planificación? Es irrepetible lo que hizo el Che, y siempre queda como un ícono insuperable que orienta al ser humano. ¿Qué pueden hacer un ingeniero, un filósofo, un economista, un arquitecto, un agrónomo, para ser como el Che? No puede ponerse un uniforme verde olivo y una metralleta, pero puede hacer lo mismo en términos de importancia a partir de lo que es. ¿Qué son ustedes? Universitarios, profesionales. ¿Qué hace un profesional, un universitario? Piensa, planifica, organiza, produce. Se puede ser como agrónomo, matemático, físico, ingeniero, como el Che. Eso es construir la dimensión continental de nuestros países, de nuestra integración. Es ahí donde el joven universitario puede convertir sus cinco, siete, diez años de estudio, de investigación, de sacrificio, en un compromiso revolucionario".
"Gracias, Rector; gracias, Universidad, por apoyarnos en nuestra reivindicación de salida soberana al mar, al Océano Pacífico. No estamos pensando la salida al Pacífico en clave aislada sino continental. Necesitamos eso para integrarnos de mejor manera con Chile, con Perú y con Brasil, porque el paso obligatorio de Brasil para llevar sus productos a Asia es Bolivia, en lugar de estar vagando 15 mil kilómetros hasta Cabo de Hornos para luego ir a Shanghái. Nuestra salida al Pacífico no solamente es un tema de derecho histórico, sino la clave de la penúltima herida, porque la otra es Malvinas. Necesitamos resolver estas heridas para articular mejor el continente".
Doctor Honoris Causa Álvaro García Linera
Discurso de Álvaro García Linera
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