Tras más de medio siglo de conflictos, amenazas y tensiones, ayer se unieron los presidentes de Corea del Norte y Corea del Sur en la frontera de la península en una histórica cumbre que tuvo como lema “Paz y prosperidad”. A punto de cruzar el abismo de una guerra nuclear el año pasado, Kim Jong-un y Moon Jae-in, por primera vez en once años, hablaron a los medios de comunicación y leyeron una declaración en conjunto.

La Declaración de Panmunjom, firmada por los líderes coreanos en La Casa de Paz, deja en claro que “Corea del Sur y Corea del Norte confirman el objetivo común de obtener, a través de una desnuclearización total, una península coreana no nuclear".  

El encuentro estuvo cargado de simbolismos. El diario El País publicó: “Al final formal de la cumbre, los dos líderes se abrazaron y, tomados de la mano, alzaron el puño al cielo en señal de victoria tras firmar la declaración. Todo fueron amplias sonrisas, alusiones a la cultura común, risas y ambiente distendido”.  

En el documento firmado no se especifica concretamente en qué consiste esa desnuclearización. Esto se precisará tras reuniones previstas para los próximos meses entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los mandatarios de Corea del Norte y Corea del Sur. Sendos encuentros se concretarán de forma paralela. En cada una de las reuniones está previsto diseñar medidas para la posibilidad de levantar parcialmente sanciones internacionales o el tratado de paz que sustituya definitivamente al armisticio que detiene la guerra entre las dos mitades de la Península. 

Según publica el diario Clarín, los países que han estado enfrentados por más de 50 años acordaron pactar encuentros trilaterales que incluyan a las dos Coreas y a Estados Unidos, como también acercamientos cuatripartitos que abarquen a las dos partes de la península Asiática en cuestión, a Estados Unidos y a China, con el objetivo de establecer un régimen de paz “permanente y sólido”.

Firmando esta nueva voluntad, Moon (Surcorea) y Kim (Norcorea) acordaron también el establecimiento de una oficina de enlace entre los dos países en Kaesong (del lado norcoreano de la frontera). "Espero que como este árbol, nuestra relación se mantenga siempre verde, incluso en invierno", dijo el líder norcoreano tras concluir la ceremonia, luego de plantar un árbol en conjunto con su eterno rival.