La opción dura que presentan los asambleístas está definida como un total rechazo a la idea de iniciar alguna actividad minera por más que esta sólo sea para prospección y exploración, una acción que no demanda agua. Está claro que la resistencia es contra cualquier desarrollo de cualquier proyecto minero metalífero. Por eso será muy difícil que los asambleístas flexibilicen su posición, aunque se pretenda instalar un emprendimiento con baja intensidad contaminante.

Jorge Tanús, el presidente de la Cámara de Diputados, señaló que se intentaría ir más allá del análisis de la Declaración de Impacto Ambiental de esta etapa inicial del proyecto minero que está localizado en Malargüe. El ingeniero y precandidato a gobernador por el PJ quiere saber cómo será la extracción de hierro para intentar desvirtuar los argumentos de los que resisten a la minería metalífera rotulada como contaminante.

La pelea produjo el quiebre en el Frente Renovador, donde el intendente de San Carlos echó al senador Gustavo Valls por haberse abstenido en la votación en la Cámara Alta. El diputado Daniel Cassia advirtió que tomaría la misma actitud de Valls y que no entendía por qué Jorge Difonso creía ser dueño del espacio político liderado por Sergio Massa.

Cassia anticipó que por las mismas contradicciones dentro del oficialismo, no estaban los votos necesarios para aprobar el proyecto. Es cierto el intendente peronista de Alvear, Juan Carlos De Paolo, pidió el rechazo del proyecto. Por eso la mayoría de los medios impresos coinciden en hablar de un debate condicionado en la Cámara de Diputados.

Los Andes, Uno, El Sol, Jornada y Vox ubican en sus portadas el conflicto con ese enfoque. En el caso de MDZ, anticipa que la iniciativa es empujada al archivo por la protesta social.