El secretario general del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE), Sebastián Henríquez, fue apartado de su cargo luego de que se conocieran públicamente graves acusaciones de violencia machista difundidas en un comunicado de Venceremos Partido de Trabajadorxs. Además, se lo investiga por una denuncia penal en su contra.

Días atrás, Venceremos Partido de Trabajadorxs había tomado la decisión de expulsar a Sebastián Henríquez “por diversos y reiterados hechos de violencia machista, que incluyen la violencia sexual, el abuso sexual, la violencia psicológica, violencia simbólica y la violencia política”.

Ante estas acusaciones, el martes 5 de enero, se reunió el Secretariado Provincial del SUTE “para evaluar un comunicado difundido recientemente, en el que se realizan graves aseveraciones”, publicó el sindicato. Allí se resolvió activar “los mecanismos contemplados estatutariamente para esclarecer los hechos” y poner en marcha la Junta de Disciplina.

El Secretariado rescató los criterios de “celeridad, rigurosidad y los mecanismos democráticos” del sindicato, y habilitó la posibilidad de presentar cualquier otro tipo de información o denuncia para incorporar en el proceso. Además, aseguró conocer la existencia de una denuncia penal contra Henríquez que será tenida en cuenta en la investigación.

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“Mientras este proceso se efectúa, el Secretario General permanecerá apartado de todas sus funciones sindicales para así garantizar la transparencia e imparcialidad del mismo”, concluyó el Secretariado Ejecutivo del SUTE en su comunicado.

El motivo por el cual Venceremos Partido de Trabajadorxs difundió esa carta trasciende al hecho particular. Desde el partido, consideran “que el cuidado y la advertencia hacia otras compañeras, compañeres, es un hecho político que nos ayuda a prevenir, a alertar ante prácticas patriarcales que nada tienen que ver con la sociedad que queremos construir”. En el comunicado de expulsión, el partido aclara, para esta acusación, algunos agravantes de las violencias: la utilización del lugar de poder para ejercerlas, el relato de varias compañeras que aseguran haberlas sufrido, su naturalización por parte de Henríquez en los espacios de militancia y los señalamientos y apercibimientos realizados previamente.

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“Para nosotres, la sanción no tiene como dimensión central lo punitivo, sino que se trata de proponer un trabajo de revisión crítica que permita una verdadera transformación subjetiva, a partir del trabajo del compañero denunciado con un Equipo de Acompañamiento”, explica la carta de Venceremos.

Estos hechos ponen en cuestión las lógicas patriarcales entramadas en las instituciones, en el Estado, en toda la sociedad y, en este caso, en los partidos políticos. La perseverancia de los feminismos en la actualidad ha atravesado las estructuras y, también desde adentro, intenta transformar la situación de desigualdad, opresión y subordinación.