La fiscalía de Ecuador informó que el ADN de un tercer acusado por los femicidios en Ecuador, que tuvieron como víctimas a María José Coni y Marina Menegazzo a fines de febrero de este año, fue encontrado no sólo en la casa de Segundo Ponce Mina (otro de los acusados que ya fue sentenciado en juicio) sino también en los cuerpos de las víctimas. 

A principio de la semana pasada, dos personas fueron detenidas por el caso de Coni y Menegazzo: se trata de los hermanos José Luis y Juan Carlos Pérez Castro. Al primero se le dictó prisión preventiva el pasado viernes 18; ayer domingo 20 el fiscal Galo Chiriboga confirmó que el ADN de ese detenido se encontraba en los cuerpos de las chicas mendocinas asesinadas en Montañita en febrero.

Según el diario Los Andes, a partir de ahora la fiscal a cargo de la causa, María Colomba, dispone de 90 días para reunir más pruebas contra Pérez Castro y someterlo a juicio. Las evidencias hasta ahora son sus rastros genéticos en la casa de Segundo Ponce Mina, el lugar del crimen y los cuerpos de María José y Marina. 

En tanto, Diario UNO informó que el hermano de José Luis, Juan Carlos, fue liberado por el momento por falta de pruebas, pero no quedó totalmente desligado del caso, ya que podría ser considerado cómplice.

El fiscal Galo Chiriboga informó a través de su cuenta de Twitter los resultados del cotejo de ADN de José Luis Pérez Castro.

El doble femicidio

Los cuerpos de Marina, de 21 años, y María José, de 22, fueron encontrados envueltos en plástico en una zona próxima a las playas de Montañita; uno, el jueves 25 de febrero y el otro, el sábado 27. Las jóvenes habían tenido su último contacto telefónico con sus familiares el lunes 22 de febrero y planeaban regresar a Argentina cuatro días después. Eso no sucedió.

El pasado 8 de agosto comenzó el juicio por este caso en el que los principales acusados fueron Segundo Ponce Mina y Eduardo "El Rojo" Rodríguez. El 17 de ese mismo mes, el Tribunal Penal de Santa Elena (Ecuador) los condenó a 40 años de prisión. Sin embargo, las familias de las víctimas siempre insistieron en la idea de que había más involucrados, por lo que se siguió investigando y así se llegó a José Luis Castro.

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