Hasta siempre, Rolando García

A los 93 años murió en la Ciudad de México el recordado científico, Doctor Honoris Causa de la UNCuyo y fundador del CONICET . Impulsó la compra de “Clementina”, la primera computadora de América del Sur.  

Hasta siempre, Rolando García

Rolando García, primer vicepresidente del CONICET y uno de los fundadores del organismo. Foto: Gentileza Facultad de Ciencias Exactas y Naturales – UBA

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Edición Cuyo

Publicado el 21 DE NOVIEMBRE DE 2012

El mundo científico y académico argentino se vio conmovido al conocerse el fallecimiento, el jueves 15 de noviembre pasado en México, del eminente científico Rolando García, a quien la Universidad Nacional de Cuyo otorgó en mayo de 2008 el Doctorado Honoris Causa.

García  fue además el primer vicepresidente del CONICET y uno de los fundadores del organismo. El meteorólogo representó un ícono de su época: fue por nueve años decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA entre 1957 y 1966, hasta la Noche de los Bastones Largos.

Nació el 20 de enero de 1919 en Azul, provincia de Buenos Aires. Se recibió de Maestro Normal en Ciencias en 1939, obtuvo una maestría en Meteorología en 1948, en la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos, y un doctorado en 1953 en la misma universidad.

Tras su retorno al país impulsó la construcción de la Ciudad Universitaria de la UBA y la organización de la Universidad Nacional del Sur y del Servicio Meteorológico Nacional. En 1958 fue uno de los miembros fundadores de CONICET, donde impulsó la compra de la célebre “Clementina”, la primera computadora de América del Sur.

Emigró en 1966 tras la Noche de los Bastones Largos. Se especializó en epistemología genética durante su estadía en Europa y fue discípulo de Jean Piaget. En 1980 se estableció en México, donde fue docente e investigador en la Universidad Autónoma de México (UNAM) hasta su muerte.

Al otorgarle el título de Doctor Honoris Causa, el 11 de mayo del 2008, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Cuyo destacaba “sus méritos excepcionales en la docencia e investigación, sus aportes teóricos, metodológicos y epistemológicos a la ciencia, su compromiso con el desarrollo nacional, con la defensa de la democracia y con la autonomía universitaria”.

Esa decisión implicó, según el Consejo, “recordar y homenajear los valores, el compromiso y los logros de una generación de reformistas, de mujeres y hombres que se animaron a ser protagonistas de su historia”.

Emocionado el recibir el galardón, el científico, a la sazón, de 89 años, hizo referencia a la importancia de la filosofía y la historia de las ciencias como dos visiones necesarias y mutuamente complementarias, como una necesidad para superar mediante el trabajo interdisciplinario los numerosos compartimentos y decisiones existentes hoy en las disciplinas científicas.

Entre quienes participaron en ese acto, aún perdura el recuerdo de “alguien de una gran humildad que nos pidió que simplemente le llamáramos compañero”.

rolando garcía,