El Gobierno nacional y la AFA dieron marcha atrás y suspendieron el fútbol profesional como consecuencia de la expansión del brote del nuevo coronavirus desde la fecha hasta el 31 de marzo. Este domingo, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, en consonancia con la mayoría de los dirigentes de los clubes, y Sergio Marchi, titular de Futbolistas Argentinos Agremiados, habían coincidido en seguir jugando.

"Si es a puertas cerradas, no le veo el problema", había dicho el jefe de Estado tras anunciar medidas para bajar la tasa de contagio del COVID-19.

El cambio de postura responde a que la Argentina quedó aislada en la decisión de no parar la pelota. Se tuvo en cuenta el escenario internacional, donde no solamente fue suspendido el fútbol, sino también otros eventos deportivos. Por ejemplo, la Confederación Argentina de Básquet cierra su sede y suspende sus competiciones por el coronavirus.

En Sudamérica, la Conmebol​ ya había cancelado por una semana la Copa Libertadores y postergado las dos primeras fechas de las Eliminatorias Sudamericanas Qatar 2022. A nivel clubes, este lunes, Chile y Bolivia completaron el listado de ligas sudamericanas que cesaron su actividad.

Además, el reclamo de los futbolistas se hizo cada vez más fuerte desde la decisión de River de no presentarse el último sábado frente a Atlético Tucumán en el Monumental por la primera fecha de la Copa Superliga.

La reunión de los futbolistas en su gremio está pactada para el miércoles a las 18, pero el titular de Agremiados decidió por estas horas atender el reclamo de quienes representa.

Este lunes se reunió con Silvio Romero, capitán de Independiente, que fue en representación de todo el plantel del Rojo y también de Villa Mitre, equipo al que debía enfrentar este martes por la Copa Argentina, para solicitar la suspensión del encuentro. La solicitud fue aceptada.

En principio, se completará la primera fecha del certamen con los partidos Lanús vs. Argentinos y Rosario Central vs. Colón.