La técnica que ganó el Nobel de Química y se aplica en la UNCUYO
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07 DE NOVIEMBRE DE 2024
Hasta el momento, no existía registro de insectos que estuvieran expuestos a verdaderas condiciones marinas.
Foto: Conicet
En la alacena, en el patio, dentro del armario y en los cajones: desde los orígenes, los insectos se encuentran en cada rincón y ambiente del planeta, a excepción del lugar más grande: el océano. Si bien es posible encontrar alguna variedad en la superficie del mar, no lo es en las profundidades. Sin embargo, investigadores argentinos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), en colaboración con colegas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y la Universidad de Tours, Francia, descubrieron que los piojos marinos sobreviven a la presión del océano.
“Cuando se habla de insectos oceánicos, se menciona a los 'patinadores', unos hemípteros del género Halobates, pero los patinadores permanecen sobre la superficie del mar, no están expuestos realmente a condiciones marinas. Los únicos insectos realmente oceánicos son los piojos de los pinnípedos (lobos marinos, focas y morsas). En este trabajo, demostramos que estos insectos son capaces de tolerar buceos en profundidad, lo que permite retomar la discusión acerca de por qué el grupo de animales más diverso y abundante que existe no está representado en el mayor hábitat del planeta”, comentó Soledad Leonardi, investigadora adjunta del Instituto de Biología de Organismos Marinos (Ibiomar-Conicet).
Hallan restos de un perezoso gigante de entre 30 y 50 mil años de antigüedad
Ciencia Unidiversidad por Unidiversidad / Fuente: Télam / Publicado el 09 DE AGOSTO 2020 Un grupo de especialistas halló en la provincia de Corrientes restos fósiles de un perezoso gigante de entre 30.000 y 50.000 años de antigüedad, informaron hoy fuentes académicas.
En este estudio, investigadoras, investigadores y técnicos, recolectaron de las aletas de cachorros destetados de elefantes marinos, 75 piojos (Lepidophthirus macrorhini, un insecto de 3 o 4 milímetros), tanto adultos como ninfas, y diseñaron un experimento para poder detectar cuál era el límite de profundidad que podían alcanzar.
“Trabajamos con piojos de elefantes marinos, que son los pinnípedos que realizan los buceos más profundos. Sometimos a los piojos a 4 presiones diferentes, equivalentes a buceos a 300, 800, 1500 y 2000 metros, durante 10 minutos cada vez. Luego del experimento, los despresurizamos y chequeamos si estaban vivos y cuánto tiempo tardaban en mostrar algún signo de actividad (movimiento de antenas o patas). Encontramos que los piojos sobrevivieron a las distintas presiones a las que fueron sometidos y que existe una respuesta diferencial en los adultos, que parecen soportar mejor las diferentes presiones. Incluso, durante la calibración de los equipos, accidentalmente un piojo fue sometido en pocos segundos al equivalente a 4500 metros de profundidad y sobrevivió. Esto representa una profundidad 1500 metros mayor al máximo registro de buceo de un mamífero”, afirmó Leonardi.
Si bien aún se desconoce exactamente cómo hacen los piojos para sobrevivir a grandes presiones hidrostáticas, la investigadora detalló que estos animales llevan haciéndolo desde hace al menos 40 millones de años. Además, a lo largo de su evolución se han adaptado a sobrevivir bajo el agua parasitando a los antecesores terrestres de los actuales pinnípedos, con lo que lograron adaptarse al proceso de colonización del mar.
“Una de las características de estos piojos es que los espiráculos, orificios externos asociados al sistema respiratorio, tienen un sistema especial de cierre. Creemos que lo que hacen al comienzo de la inmersión es eliminar todo el aire del sistema traqueal para que pueda colapsar durante el buceo. Cuando están sumergidos, los piojos entran en un estado de inmovilidad refleja que estaría indicando una reducción de su metabolismo, lo que les permitiría sobrevivir con el oxígeno acumulado a nivel celular”, describió la investigadora.
Soledad Leonardi comenzó hace quince años a estudiar piojos y hasta la fecha considera que son animales fascinantes.
“Es un tema que nadie más aborda en el mundo, y aún nos quedan muchas preguntas por responder, pero hemos dado un paso para comenzar a entender por qué no hay, salvo estos piojos, insectos en el océano”, concluyó.
Cómo son los barbijos del Conicet que inactivan el coronavirus en 5 minutos
Un equipo de investigación integrado por científicas y científicos del Conicet, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), con el apoyo de la pyme textil Kovi SRL, desarrolló telas tratadas con activos antivirales, bactericidas y fungicidas para, entre otras cosas, fabricar barbijos de uso social.
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