Florencio Randazzo reapareció en escena en el festejo de la bodega Fournier, un ámbito empresario propicio para recriminarle a Cristina Fernández haber elegido a Scioli antes que él. Algunos especulan que ha quedado a tiro de renuncia, aunque sería imprudente para el Gobierno central si eso ocurriera.

Ya se sabe que Sergio Massa no quiere que Daniel Scioli sea presidente porque él pretende transformarse en cabeza de la oposición, con Mauricio Macri como primer mandatario. De otro modo, el peronismo quedaría en manos del kirchnerismo y Massa tiene previsto que el PJ gire hacia la ortodoxia.

El kirchnerismo pretende limar la figura del Macri vinculándolo a las políticas neoliberales de los 90 y, en especial, con la debacle de diciembre de 2001, al señalar que el jefe porteño es el líder de la Alianza. Macri se recuesta en su potencial crecimiento, en el colchón que le dio el triunfo de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, y recién reapareció ayer domingo 1.º de noviembre en el estadio de La Bombonera para festejar el campeonato de Boca.

Scioli, en cambio, retomó la campaña con agresividad, tal como estaba previsto en el plan de esmerilamiento asesorado por el brasileño João Santana. Está claro que Scioli espera una reacción de los electores que no votarían a Macri y que tienen un pensamiento de centroizquierda, y pondrá énfasis en los sectores populares de la población, aunque se arriesga al efecto “rebote” y que el electorado lo termine rechazando por la virulencia del ataque, tan inverosímil como vincular al candidato del PRO con Martínez de Hoz. Esto puede ser interpretado como una demonización innecesaria del adversario y producir, como consecuencia, la victimización de Macri que termine beneficiando al jefe porteño con el voto de segunda vuelta.

El candidato del FpV también planea desembarcar en Córdoba e intentar seducir al electorado que le dio la espalda a José Manuel de la Sota en las elecciones del 25 de octubre. La campaña desde el oficialismo conceptualmente será por los modelos de país y no por candidato. En cambio, el retador Macri insistirá con su propuesta de cambio, hasta ahora, irrompible para el peronismo.