El desafío fue doble: llevar el humor a la televisión (los referentes son pocos y nos quedan lejos) y hacerlo desde la improvisación. El resultado: una serie de 8 capítulos de 15 minutos donde se abordan distintas situaciones extremas desde personajes originales e ingeniosos. Entre medio, un proceso intenso que conjugó principios del teatro con la impronta de la televisión.

Alicia Sosa, asistente de dirección, recuerda ese comienzo. “'Colgados' surge desde la idea de Esteban Agnelo (creador de La Liga de Improvisación) y Rodrigo Casavalle (actor) de hacer humor con improvisación para la televisión. Así se encuentran con Mariano Sosa, director de Señal U en aquel entonces, y comienzan a darle forma al proyecto convocando a los actores Guillermo García y Mauricio Fábrega y a Matías Rojo, director de 'Algunos días sin música' (2013), para dirigirlo”. En cuanto al financiamiento y la producción, “la serie contó con presupuesto otorgado por la Red Nacional de Audiovisuales Universitaria (RENAU), presupuesto que por decisión del Coordinador de Medios de la UNCUYO, Nacho Castro, fue íntegramente utilizado para este proyecto”.  

Se trató de una “apuesta grande y arriesgada”, tal como lo resalta el director Matías Rojo. “'Colgados del Bigote' es un proyecto experimental, construido sin guiones, con un alto riesgo creativo y de producción que estuvo buenísimo que el canal lo aceptara”. Además, Rojo puntualiza que se trató de un trabajo “horizontal y colectivo”. “Trabajamos el principio de la acción y hacia dónde llegar, esa cosa media media jazzera de buscar y encontrar. Se charlaban ideas y personajes desde un proceso colectivo y horizontal; luego, Pablo Longo (dramaturgo y director de teatro) ordenaba esos ejes y los fijaba en un guion”.

Sumada a esa mirada televisiva que aportó Rojo ante lo imprescindible de la improvisación, otro “eje fundamental” según Sosa para que el proyecto fuera consistente fue la puesta en escena. “Leticia Sauma estuvo a cargo de la Dirección de Arte y desde ese gran equipo se lograron los ambientes necesarios que sustentaron cada una de las ocho historias que se cuentan”. Las cámaras y las luces, entonces, todas atentas al fluir de la acción que se iba dando enmarcada en esa escenografía. Fue entonces cuando entró el ojo preciso de la dirección de fotografía. Mabel Toledo nos cuenta al respecto: “Ellos improvisaban todo el tiempo, entonces el trabajo apuntó a iluminar cada espacio posible y crear una estética propia”.

Así se produjo Colgados del Bigote, la primera serie televisiva de humor de la televisión mendocina. Una nueva mirada que se suma a la nueva televisión que venimos construyendo.