GOSH, un movimiento por el libre acceso a herramientas científicas

Actúa en 30 países y busca garantizar el acceso abierto al instrumental científico. Destacaron el "prometedor" panorama a nivel local en el sector.

GOSH, un movimiento por el libre acceso a herramientas científicas

La comunidad GOSH se reunió por última vez en marzo de 2017 en la Universidad Católica de Chile (Foto: Prensa de GOSH).

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Unidiversidad / Fuente: Télam

Publicado el 13 DE FEBRERO DE 2018

El movimiento mundial por un Hardware Científico Global y Abierto (GOSH, por sus siglas en inglés), que busca "garantizar el acceso abierto a las herramientas científicas", está activo en Argentina, donde trabaja en generar microscopios de fluorescencia, monitores de calidad de aire y drones de código abierto.

GOSH (Gathering for Open Science Hardware) reúne a más de 100 representantes del ámbito científico, educativo y de organizaciones sociales, además de artistas y profesionales independientes de 30 países.

"Nos une la idea de garantizar el acceso abierto a las herramientas científicas para diseñar, fabricar, utilizar, estudiar, replicar y mejorar el instrumental científico, que es parte fundamental del proceso de investigación y desarrollo tecnológico", dijeron a Télam Julieta Arancio y Gustavo Pereyra Irujo, integrantes argentinos del colectivo.

Arancio es becaria del Conicet en el Centro de Investigaciones para la Transformación (Cenit), donde estudia la contribución de los desarrollos tecnológicos de código abierto a la democratización de la tecnología y forma partede de R'lyeh, un "hacklab" que impulsa proyectos de ciencia comunitaria bajo esta filosofía.

Pereyra Irujo es investigador del INTA y del Conicet en la bonaerense Unidad Integrada Balcarce (UIB) donde desarrolla su especialidad en fisiología vegetal, y trabaja en el desarrollo y aplicación de tecnologías accesibles y de código abierto para realizar mediciones sobre plantas y cultivos. Ambos son parte de la comunidad GOSH, que se reunió por primera vez en 2016 en la sede de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en Suiza, y otra vez el año pasado, en la Universidad Católica en Santiago de Chile. 

Allí se encontraron personas "que vienen trabajando con hardware abierto tanto en Argentina como en el resto de Latinoamérica, a partir de lo cual surgieron proyectos, colaboraciones, talleres, siempre enmarcados en el movimiento global", contaron los investigadores en una entrevista vía mail. A nivel local el panorama "es incipiente pero prometedor", consideraron los profesionales.

"Uno de los principales exponentes del movimiento es TecnoX, una red latinoamericana respaldada por Unesco que nació en Argentina, donde hay sobre todo estudiantes del campo de la biología sintética, aunque el espectro no se encuentra sólo limitado a ese área", destacaron.

En ese marco, en abril se va a concretar un taller de hardware científico abierto en Mendoza con la idea de "desarrollar capacidades a través de herramientas de libre acceso para la creación de equipamiento científico de bajo costo, talmo microscopios de fluorescencia y dispositivos fotométricos para el análisis de muestras de agua y suelo".

También existe la iniciativa Vuela, que tiene como objetivo "crear un set de herramientas basado en un dron de código abierto, para capturar imágenes aéreas y obtener datos para investigación en agricultura, ayuda en desastres, medio ambiente y otras disciplinas".

Este trabajo "se lleva a cabo entre Argentina y Chile, abiertamente y en colaboración entre académicos, científicos ciudadanos, aficionados y miembros de comunidades locales sin experiencia o formación previa en ciencia o tecnología", detalló Pereyra Irujo.

"Parte clave del proceso es desarrollar modificaciones al dron y sus accesorios en función a problemas concretos definidos por los mismos usuarios y colaboradores, los que van desde comunidades afectadas por problemas ambientales hasta investigadores en ciencias agrarias que quieren obtener información de cultivos a gran escala", añadió.

El investigador explicó que en el Laboratorio de Fisiología Vegetal de la UIB este tipo de drones se utilizan "hace años para estudiar cómo distintas variedades de cultivos (girasol, soja y trigo) responden a la distinta disponibilidad de recursos, tales como el agua o los nutrientes del suelo".

Con el proyecto Vuela "estamos intentando transferir esta tecnología a otros potenciales usuarios, que también incluirían otros investigadores en ciencias agrarias. Por ejemplo, este año tenemos la idea de llevar estos talleres a colegas de Uruguay, Brasil, Paraguay y Chile, para lo cual estamos esperando el financiamiento aún", sostuvo.

Arancio y Pereyra Irujo destacaron el antecendente de la Computadora Industrial Abierta Argentina (CIAA), "una referencia obligada que surgió en 2013 como una iniciativa conjunta entre el sector académico y el industrial".

La comunidad GOSH pretende "el acceso global al hardware científico para 2025, a través de diseños de libre acceso, desarrollo colaborativo y nuevas técnicas de fabricación digital", según sus postulados.

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