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13 DE DICIEMBRE DE 2017
Son jóvenes creativos, autodidactas y poseen ventajas en el espacio virtual. Estos nuevos profesionales representan un desafío para el mundo laboral y educativo.
Foto: archivo Unidiversidad.
Unidiversidad / Natalia Burgos, becaria de la Facultad de Ingeniería
Publicado el 26 DE JUNIO DE 2018
La Generación Z irrumpe en el escenario laboral como un nuevo modelo productivo, capaz de generar y aportar creatividad mediante el asiduo manejo de las múltiples plataformas virtuales; pero esto implica, también, un gran desafío para las empresas, que deben innovar para atraerlos, mantenerlos y motivarlos en su tarea. La formación académica no es la excepción, y tiene el reto de adaptar la trasmisión de conocimientos a las demandantes expectativas de aprendizajes que tienen los jóvenes del nuevo milenio, partidarios de la inmediatez, autodidactas y con habilidades multitareas, entre otras.
Estos “nativos digitales” –tal como los clasificó Marc Prensky–, que nacieron entre 1992 y 2000, transitan por un escenario que parece ir a la velocidad de la luz. Manejan sus dispositivos móviles de manera innata y necesitan obtener todo lo que desean en el menor tiempo posible. Por ello, la adaptabilidad que propician las empresas y las universidades, ante el imponente escenario virtual, cumple un rol fundamental para que los nuevos profesionales cuenten con experiencias enriquecedoras y de permanente motivación, donde puedan adquirir habilidades en lo que más les gusta y, a la vez, aporten frescura en los métodos tradicionales de trabajo.
Para analizar esta problemática, se ha tomado como referencia el proyecto de investigación "Expectativas laborales de las nuevas generaciones (Generación Z)", desarrollado por la Dirección de Posgrado y la Secretaría de Ciencia, Tecnología y Posgrado de la Facultad de Ingeniería (SECTyP, UNCUYO) y dirigido por Lucía Brottier, doctora y docente de Gestión de las Personas y Práctica Profesional de la carrera de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ingeniería, que pretende conocer la incidencia que tienen los jóvenes de entre 18 y 28 años en el mundo laboral y viceversa.
Qué ofrecen las empresas
Es notorio que en los últimos años el mundo laboral cambió. Los profesionales de hoy no piensan en un trabajo para toda la vida como lo hicieron sus abuelos y padres. El hecho de ingresar a una empresa y jubilarse allí no pasa por la mente de la actual generación. Estos jóvenes, que no han superado las tres décadas de vida, representan un nuevo modelo productivo empresarial y el quiebre de los esquemas tradicionales de trabajo, pues aportan creatividad e idoneidad en el futuro de los negocios. Además, siempre buscan nuevas oportunidades, anhelan disfrutar de sus horas de trabajo y de un ambiente flexible que les permita desarrollar nuevas habilidades.
Es por eso que se los identifica como “YOLO” (You Only Live Once, que se popularizó en 2011 con la canción "The Motto", del rapero canadiense Drake) o “Sólo vives una vez”, frase que invita a disfrutar de la vida y a tomar riesgos pese a las consecuencias. Ante esto, muchos de ellos (el 40 % de los encuestados) piensan en tomar todos los riesgos necesarios para aprender, dando un paso fugaz dentro de las empresas, para luego poder emprender su propio negocio/emprendimiento o formar equipos de trabajo que lleven adelante un proyecto rentable e innovador para el mercado.
Es por ello que las empresas desarrollan nuevos métodos de búsqueda laboral, de desempeño profesional y competencias de formación, recursos muy requeridos por los nuevos profesionales. Sin embargo, la difícil tarea es retenerlos, ya que son capaces de renunciar a su trabajo por cumplir con expectativas personales que les permitan viajar y transitar por diversas experiencias.
Las compañías motivan a los Z con atractivas herramientas de aprendizaje y competencias laborales. Entre ellas se destacan: cursos en instituciones/universidades o dentro de la empresa, cursos de idiomas (como bisagra para poder desarrollarse en el extranjero), sistema de coaching/mentoring, intercambios/pasantías dentro y fuera del país, cursos corporativos, especialización en un área dentro de la empresa, entre otras que se van implementando de acuerdo con los tiempos que corren.
A esto se suman la oportunidad de acceder a beneficios especiales, como asistencia médica diferenciada, licencia por maternidad/paternidad extendida, comedor, gimnasio, voucher por desempeño, día de cumpleaños, guardería, descuentos en comercios o productos de la empresa, plan de suscripciones y tarjetas de beneficios, entre otros.
Anhelos
Como característica fundamental dentro del trabajo, los Z valoran la posibilidad de crecimiento y desarrollo profesional dentro de la organización, acompañado de un agradable ambiente laboral y una buena remuneración económica. Pero sobre todo, buscan terrenos de trabajo más flexibles, con equipos colaborativos, donde exista autonomía en la planificación laboral; en tanto, prefieren una relación horizontal con sus superiores (donde las jerarquías se mantengan, pero que no sean extremadamente estructuradas). También quieren tener desafíos enriquecedores, tiempo sabático, licencias laborales y se enfocan en recibir recompensas inmediatas y no tanto en un reconocimiento como premio.
Su visión de futuro se centra en la concreción de proyectos a corto plazo, cuyo propósito principal es crear un emprendimiento propio, aspiración que resulta demandante para las instituciones educativas, que incorporan de a poco currículas que atañen a emprendimientos personales y grupales.
Reacción y acción
La universidad se encuentra atenta a las nuevas demandas de saberes y trabaja en los requerimientos formativos de la nueva generación. Los modelos tradicionales, segmentados y automatizados, se van diluyendo; cada vez se hace más foco en la implementación de competencias que generen un trabajo colaborativo y multidisciplinario o en red, para que los estudiantes realicen un aporte fructífero en las compañías y adquieran de la mejor manera las distintas competencias que estas les ofrecen.
En cuanto al rol de los docentes, Brottier admite: “Es un desafío, como profesores, transmitir conocimiento a una generación de jóvenes que carece de una atención focalizada y pierde el interés con facilidad, sus intereses son simultáneos. Debemos renovar los procesos de aprendizaje, ya que la Generación Z es autodidacta y autosuficiente, prefiere buscar información a través de internet antes de esperar a que se les otorgue el material en clases. Siempre están buscando la innovación, son multitarea, desean aprender desde la experiencia, son muy visuales y dispersos. Por esto, los docentes debemos incorporar o adaptar contenidos y herramientas de trabajo, es decir, aplicar actividades innovadoras y atractivas para que las clases sean más dinámicas y participativas, ejercicio que los mantiene más atentos y focalizados en el cursado”.
En general, los profesores entrevistados consideran que la mayoría de sus estudiantes tiene el hábito de buscar contenidos en la web para interiorizarse en diversas temáticas, ya sea en información sobre las materias que cursan en la facultad o contenidos de gusto personal. Sus mentes necesitan estar ocupadas y la motivación es un factor singular para desarrollar el aprendizaje y la iniciativa del alumno. Para ello, durante el cursado se implementan técnicas variadas: videos de YouTube, roleplays, visitas a empresas, invitaciones de especialistas a las clases, charlas TED (Tecnología, Entretenimiento y Diseño), plataforma virtual, trabajo en equipos y exámenes virtuales, entre otros recursos.
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