Freestyle en el penal: el poder de las rimas para dar batalla a los prejuicios
D-Rimando Muros es un programa, junto a la revista “Contala Como Querás" (CCQ), que se realiza en la Unidad VI de Jóvenes Adultos del complejo San Felipe. Desde 2019, buscan luchar contra la discriminación y brindar herramientas de inserción social para los jóvenes en contexto de encierro.
Foto: Unidad VI de Jóvenes Adultos del complejo San Felipe
Ernesto Gutiérrez
Publicado el 26 DE OCTUBRE DE 2021
No está escrito ni ensayado, rima y no tiene censuras: así es el freestyle rap, más conocido tan solo como freestyle. Quienes lo practican lo definen como una forma de “pelearse con estilo”, un arte fácil para iniciarse, pero que lleva años perfeccionar, una forma de expresarse y contar miedos, experiencias y anhelos.
El arte de improvisar rimas con una base rítmica nació en los Estados Unidos allá por la década del 70 como un fenómeno under, pero hoy genera un fanatismo que atraviesa edades, clases sociales, países e incluso muros. Un ejemplo de ello son los internos de la Unidad VI de Jóvenes Adultos del complejo San Felipe que, el pasado Día del Estudiante, se batieron en el torneo "D-Rimando Muros", el primero de su tipo realizado en un contexto de encierro.
“El taller de freestyle intramuros comenzó a dictarse a principio del año 2019. La idea inicial surgió porque esta rama del hip-hop estaba en auge entre los jóvenes y había tomado notoriedad a través de las redes sociales y plataformas audiovisuales. Aprovechando que muchos de estos adolescentes se motivaban y mostraban interés por las batallas de rap, se pensó, de manera interdisciplinaria, comenzar a desarrollar un taller dentro de la Unidad VI”, contó a Unidiversidad Bruno Fabri, encargado de cultura del penal.
“Al principio, costaba la expresión y poder elaborar frases –continuó Fabri–, pero poco a poco se fueron sumando estrategias y metodologías de enseñanza, y las primeras rimas empezaron a aparecer. Se comenzó enriqueciendo el vocabulario a través de la lectura de recortes de noticias y el uso de diccionarios. Luego se incorporaron técnicas de afluencia verbal y, poco a poco, el taller fue creciendo y sumando más participantes. Quedamos sorprendidos”.
Ni bien se lanzó la propuesta, muchos jóvenes en contexto de encierro se engancharon con la propuesta y empezaron a meterse de lleno en el mundo de la improvisación y de las rimas. Es el caso de Leandro y Joaquín, dos de los tantos jóvenes que practican esta disciplina. Ambos llevan casi 2 años improvisando en el penal.
“Desde joven me empecé a interiorizar por este estilo. Lo compartía con mis amigos, ensayaba con ellos en juntadas, cuando íbamos a plazas, en todo momento. Sin embargo, cuando llegue aquí a la Unidad, ese interés se intensificó. Gracias a Daniel Del Monte (rapero), que visitó el penal allá por 2019, me motivé para continuar con esta práctica. Gracias a él, lancé mi primer tema”, dijo Leandro.
Pero hasta los mejores freestylers, incluso Leandro, saben cómo emplear todas sus facetas para lograr una experiencia espontánea que sea reveladora tanto para el intérprete como para el público.
“Son muchos los factores que hacen que un estilo libre sea excelente: el ritmo, el ingenio, la incorporación del entorno y la espontaneidad, pero la improvisación es lo más importante. Lo es todo y se basa en la memoria, los sentimientos y la personalidad del freestyler. En ella incorporamos buenos y malos momentos de la vida. Creo que al improvisar intentamos dejar atrás lo que fuimos, nos aleja de todo lo malo, nos hace repensar en muchas cosas, pero, por sobre todo, nos ayuda a soñar y pensar que el único impedimento es uno mismo”, resaltó el joven rapero.
En ese sentido, Fabri aseguró que en este lugar se busca generar en los jóvenes hábitos y valores que les permitan lograr o aprender algo que quizás nunca tuvieron, como también otorgar herramientas para el momento en que los jóvenes tengan que abandonar la unidad.
“En la Unidad VI alojamos hasta 200 chicos de 18 a 21 años, es un establecimiento de tránsito en el que conviven personas procesadas y condenadas. Parte de nuestro tratamiento con los chicos allí detenidos consiste en diferentes talleres laborales, educativos y culturales que contribuyen a disminuir la ociosidad y a evitar la violencia. No podemos acompañar a una persona en un proceso de encierro si no le damos herramientas varias, más allá de las estrictamente formales”, indicó Fabri.
Joaquín es otro joven amante del estilo libre. Desde chico le gustó el rap, pero no se animaba a practicarlo frente al público hasta que un compañero del penal se lo propuso. Así empezó a participar de los talleres.
En cuanto a la inspiración para sus versos, no duda en decir que la familia y amistades son sus pilares. “En las rimas está todo: hablás de tu vida, de lo que te pasó, pero lo más importante es que lo hacés por vos, por tu familia y amigos que siempre te apoyan. Como dijo Leandro, hay mucho sentimiento en nuestras canciones. Hoy, el freestyle es todo para mí. En cada lugar que estoy, intento escribir mis letras y luego improvisar”, dijo Joaquín.
Sobre los talleres, este apasionado por el rap comentó con entusiasmo que es sensacional lo que le está sucediendo a su vida. “Es algo único lo que nos está pasando a todos nosotros. Sería muy bueno que esto también pasara en las calles, no solamente aquí dentro. Mi anhelo es seguir rimando cuando salga del penal, que la gente escuche mis canciones, que sienta mis letras, que vea que a través de la música se pude expresar y abrirse al mundo. Quiero demostrar lo que sé y lo que aprendí en todo este tiempo”, resaltó el rapero.
En esa línea, el psicólogo social del penal, Gabriel Pelegrina, sostuvo que allí se busca contener y dar instrumentos que permitan encarar la vida fuera de esos muros.
“Esta actividad, como tantas otras, surge a partir de dos vertientes: por un lado, como expresión recreativa que permite la disminución de los efectos de la prisionalización y, por otro lado, un taller de tratamiento utilizando la expresión artística musical de forma terapéutica, lo que se conoce como musicoterapia, que es un proceso para facilitar la creatividad, promover la comunicación, fortalecer las relaciones interpersonales, la expresión oral, la organización de conceptos a través de la métrica y otros objetivos relevantes que influyen en el bienestar físico, emocional, mental, social y cognitivo de quienes participan de esta actividad. Pero lo más importante es que encuentren una forma de reinserción extramuros”, explicó el psicólogo.
"D-Rimando Muros"
Luego de que los jóvenes del penal se engancharan con la propuesta y aparecieran las primeras letras improvisadas sobre distintas temáticas, vino el desafío más importante: fomentar la inclusión social.
“A partir de esta iniciativa, que tiene como objetivo fomentar la inclusión social, borrar las diferencias y fomentar vínculos de camaradería y empatía a través de la música, surgió el primer torneo de freestyle en contexto de encierro del mundo, denominado 'D-Rimando Muros'”, contó Fabri.
“Como hace ya tres años –continuó–, el pasado 21 de septiembre, la Unidad VI volvió a vivir un evento cultural único y de enorme dimensión. Para poder realizar este torneo, como los anteriores, fue necesaria la participación de distintos actores, principalmente de reconocidos artistas del género, que desinteresadamente prestaron colaboración para que aquellos que se encuentran alojados puedan tener la posibilidad de vivir una competencia desde adentro”, dijo.
El objetivo del torneo, organizado por personal penitenciario, encargados de la revista CCQ y referentes del género freestyle, fue mostrar el creciente interés hacia la cultura del hip-hop, relacionada a la escritura e improvisación de letras. Su modalidad, detalló Fabri, siempre es en duplas integradas por un participante del medio libre y un participante de la unidad, improvisando libremente sobre una base, beatbox o a capella.
“'D-Rimando Muros' se trata de una competencia en parejas donde los jóvenes improvisan y después un jurado decide quién es el ganador de cada 'batalla'. En ella, cada pareja pasa al frente, improvisa su tema con rima y su oponente responde. Lo bueno de todo esto es que, al menos durante algunas horas, las y los participantes del torneo se olvidan del encierro y disfrutan de la actividad junto con compañeros y familiares que tienen un permiso especial para asistir”, expresó el encargado de cultura del penal.
Cabe resaltar que el rapero Dragón Rapstar, uno de los principales referentes, está llevando a cabo un proyecto para poder grabar los temas escrito por los jóvenes. Rapstar se encarga no solo de la producción, sino también del desarrollo de las bases.
La revista que lucha contra la discriminación
"Contala Como Querás" (CCQ) es el nombre del proyecto de difusión cultural de los chicos de la Unidad VI. Según Fabri, CCQ nació con la idea de ser una herramienta de nexo y comunicación con la sociedad.
"Esta revista, al igual que el taller de freestyle, comenzó a principios de 2019 con la idea de mostrar las actividades que hacen los jóvenes en el penal. Fue pensada como un espacio donde los jóvenes puedan contar, expresar e informar sobre distintos temas de interés. Teniendo en cuenta la realidad en la que se encuentran inmersos, se intenta visibilizar aspectos que tengan que ver con sus deseos, sus miedos, sus dificultades y sus esperanzas, que exista un lugar donde puedan hacer circular la palabra, que logren conectarse con el afuera”, detalló.
Esta revista, que está por presentar su quinta edición, también busca romper con los estigmas, la discriminación, las representaciones sociales y el imaginario colectivo que la sociedad tiene sobre los contextos de encierro.
La UNCUYO también
Otra de las actividades que se llevan a cabo en la Unidad VI de San Felipe junto a la UNCUYO es la elaboración de ecoescobas. El objetivo principal de estas actividades, según contó Pelegrina, consiste en que las personas que se encuentran en contexto de encierro adquieran conocimientos y habilidades, mientras generan, además, hábitos laborales como la creatividad, el trabajo en equipo y el desarrollo de valores.
Este taller, al igual que muchos otros, nació en 2019, pero durante 2020 se articuló con la Facultad de Diseño e Ingeniería de la UNCUYO bajo la modalidad Prácticas Socioeducativas, a cargo de las docentes Mónica García Tello y Mariana Gordillo.
“El objetivo principal del proyecto es la construcción de escobas PET a partir de material en desuso. En líneas generales, se busca capacitar a los chicos en oficio, ya que para hacer las escobas aprenden a utilizar máquinas industriales en carpintería y conocimientos básicos de carpintería”, detalló Pelegrina.
También se desarrolla el proyecto “Espacio Maker”, en el que docentes de la casa de estudios, como Fernando Svrzek y Mónica García Tello, entre otras personas, llevan adelante espacios de creación. “Los espacios 'Maker' son lugares físicos donde las personas pueden explorar una variedad de herramientas y materiales. Tienen como objetivo proporcionar a los jóvenes la autonomía necesaria para explorar sus propias ideas y verse a sí mismos como personas que pueden imaginar, crear, construir y resolver problemas. Además, incentivan el trabajo colaborativo y el aprendizaje a través de la experiencia”, completó el psicólogo social del penal.
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