¿Cómo te surgió la idea de escribir el libro?

Básicamente la necesidad de compartir con los lectores breves relatos en los que cuento experiencias que marcaron mi vida en distintos sentidos. En muchos me refiero a situaciones o a  lugares, pero especialmente a personas muy valiosas para mí, que han sido mis maestros, ejemplos a seguir, o compañeros de camino y de sueños, amigos del alma. Se trata de personas que me influenciaron al traspasarme valores fundamentales como el amor a la vida y a la naturaleza, la solidaridad, la alegría, lo importante de las pequeñas cosas, lo imprescindible que es la fe en Dios y en uno mismo, lo sublime de luchar por las causas nobles y especialmente por los más pobres. Y en base a esto, personas que fueron imprescindibles también para la sociedad mendocina.

¿Podés mencionarnos algunos de estos referentes sobre los que escribiste?

La figura del Padre Jorge Contreras es muy recurrente en estas páginas. Relato cómo fue mi vinculación con él, cuando hace muchos años atrás me invitó a armar un centro de capacitación laboral para los chicos del Barrio La Gloria que hasta el día de hoy funciona y del cual se egresan entre 70 y 90 chicos por año.  Profundizo en mi relación con Jorge y sus enseñanzas; también me refiero al dolor que nos dejó su ausencia física.

Hablo del Padre (Enrique) Angelelli,  a quien aunque no lo haya conocido personalmente lo reconozco como el ser que marcó no solo mi vocación sacerdotal, sino sobre todo humana por su inmenso compromiso social. En el libro remarco una frase que le pertenece y con la cual me sentí muy representado en el tiempo en que me ordené sacerdote en 1990: “No vengo a ser servido, sino a servir. Servir a todos sin distinción alguna, de clases sociales, modos de pensar o creer; como Jesús, quiero ser servidor de nuestros hermanos más pobres”.

A partir de eso cuento anécdotas y experiencias compartidas con otros curas de gran compromiso con el pueblo como fueron el padre Vázquez, el padre Pérez y el padre Baggio, entre otros.

También hablo de mi familia, de cuando llegamos a Mendoza desde Miramar, donde nací. Y los condicionamientos que tuvimos que atravesar acá en la época de la dictadura porque mi papá se quedó sin trabajo. Ese capítulo lo titulé “Sueños robados”, justamente por lo que vivimos a nivel personal y social en esos años tan tristes.

Ya en el último capítulo, llamado “Del otro lado del río”, me refiero a la familia que estoy construyendo, junto a Virginia, mi gran amor. Y por supuesto a Eluney, nuestra hija que está a un mes de nacer.

¿En el libro contás cómo nace tu propio compromiso con el pueblo?

En varios capítulos lo señalo. Podemos decir que me hice cura para servir a nuestros hermanos y especialmente a los más pobres.  Pero en el 2008 cuando muere Jorgito (el Padre Contreras)  yo me siento muy solo a nivel eclesial. Empiezo a notar una Iglesia que se va cerrando cada vez más y con la que dejo de identificarme respecto a su visión de lo social, lo personal y de la sexualidad, entre otras cosas.  Ante la percepción de que la Iglesia necesitaba renovarse mucho y mis necesidades personales tomé la decisión de abandonar el sacerdocio, pero nunca ese compromiso social del que hablas.

Ya hace 3 años que dejé de ser cura, y durante ese primer año sin la sotana me  dediqué a reconstruirme psicológicamente y anímicamente. Después llegó el momento de pensar en lo laboral. Y ahora este tercer año con nuevos desafíos como es el de formar una familia y esperar a mi nena que viene en camino. Todo un cambio de vida muy grande sobre el que quiero apostar y dar la vida, y también seguir luchando en lo social. En medio de todo esto nace también “El fin del afán”.

¿Por qué “El Fin del Afán”?

El título del libro habla de la búsqueda del hombre en sí mismo y del recuentro consigo mismo, de ese momento en que uno dice: “basta de correr, basta de estar afuera de uno mismo”.

“El fin del afán porque como me pasó a mí seguramente sean muchos quienes desean encontrar ese lugar, tanto exterior como interior, en el que dejemos de correr, de sufrir, de luchar con los demás y con nosotros mismos, un lugar donde sólo respiremos, vivamos, nos sepamos únicos e irrepetibles.  Un lugar profundamente personal, intransferible, incomprensible, que roza el misterio  y de donde nos nace la fuerza. Sin duda, algunos lo hallan más fácilmente, mientras que a otros el afán los distrae, los llena de preocupaciones, los desestabiliza.

¿Cómo fue el proceso de escritura  y edición teniendo en cuenta que es tu primera experiencia de este tipo ?

Un día hice un listado con 41 títulos sobre las ideas que quería ampliar en el libro. A partir de allí empecé a hacer una selección más fina y finalmente quedaron 22 capítulos. Y si te ponés a pensar 22 es un número muy significativo para mí: “22 el loco” (se ríe). Asique lo dejé ahí.

Luego fueron cuatro meses de escritura, uno de corrección a cargo de Alejandro Farías,  y uno de impresión. En total seis meses fueron los que me llevaron concretar el libro.

No recurrí a ninguna editorial, todo lo fui armando de manera independiente. En este libro están puestos todos mis ahorros, yo solventé los gastos. Y la idea es recuperarlos con las ventas para de esta manera colaborar con dos asociaciones de personas con discapacidad con las que he trabajado mucho y con las que me unen fuertes lazos personales y también forman parte de los relatos del libro. Ellas son  AMOI (Asociación Mendocina de Osteogénesis Imperfecta) y CADIM (Centro Amigos del Discapacitado Motor).

Ya escribiste tu primer libro, estás próximo a ser papá... ¿Podemos decir que sólo te falta plantar el árbol?

(Risas) La verdad que me parecía muy sencillo plantar un árbol, asique yo redoblé el esfuerzo y me prepuse cantar en una murga uruguaya. Esa es otra de mis pasiones, cambié el árbol por la murga.

Cronograma de presentaciones

Las presentaciones estarán todas a cargo de artistas que integran el entorno cercano de Carlos García.

San Martín: Sábado 8 de octubre 20 hs en la Casa de la Cultura (Sarmiento y 9 de Julio). Análisis literario: Alejandro Frías. Música: Gladys Ravalle y Víctor Hugo Cortéz.

Maipú: Domingo 9 de agosto 20 hs en Parque metropolitano (Carpa Mujer y Emprendimiento). Análisis literario: Alejandro Frías. Música: La Cepa Torcida.

Ciudad: Viernes 14 de octubre 21 hs en Biblioteca Gral. San Martín (R. Escalada de San Martín 1843). Análisis literario: Alejandro Frías. Música: Jorge Sosa y Orozco-Barrientos.

Lavalle: Sábado 15 de octubre 20.30 hs en Plaza Departamental Juan Galo. Música: Gladys Ravalle y Juanita Vera.

“El fin del Afán” puede conseguirse en la librería céntrica García Santos a $35. Lo recaudado es en beneficio de AMOI (Asociación Mendocina de Osteogénesis Imperfecta) y CADIM (Centro Amigos del Discapacitado Motor).