En Nicaragua el representante del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) Daniel Ortega tendría el 63,95 por ciento del apoyo, seguido por el representante de  la Alianza Partido Liberal independiente (PLI), Fabio Gadea, quien consiguió, hasta el momento, el 29,09 por ciento de los sufragios.  Mientras tanto en el balotaje electoral de Guatemala el militar retirado Otto Pérez Molina se impuso al empresario Baldizón en lo que fue la séptima elección desde la restauración de la democracia en 1985.

Unos 3,4 millones de nicaragüenses habilitados para sufragar acudieron a las urnas este domingo para elegir a su presidente, vicepresidente, 90 diputados a la Asamblea Nacional y 20 representantes al Parlamento Centroamericano. Escrutadas casi el 40% de las mesas, sería irreversible la tendencia que impone a Ortega con un 63% por encima del 20,09% de su más cercano rival, el representante del Partido Liberal Independiente, Fabricio Gadea.

Por su parte, el electorado guatemalteco optó por reemplazar al actual presidente, representante de la UNE, Álvaro Colom, por quien era el candidato del Partido Patriota Otto Pérez Molina. "Me emociona y me motiva el triunfo, pero reconozco la responsabilidad. No los voy a defraudar", sentenció el electo presidente.

Las elecciones de este país eran observadas por la Organización de Estados Americanos (OEA). Tanto el Tribunal Supremo Electoral (TSE) como el jefe de la misión de observadores de la OEA, el argentino José Bordón, expresaron su satisfacción por cómo se llevó a cabo la jornada, en la que sufragó un 54 por ciento de los inscriptos, cifra que el TSE señaló como "récord histórico" para un balotaje.
 Por último, cabe destacar que con su victoria, Pérez Molina también cumple con una curiosa tradición guatemalteca: quien pierde un balotaje -el militar retirado fue derrotado en el 2007 por Colom- gana en la elección siguiente, una costumbre que ya lleva cinco recambios consecutivos.