Pasada la tormenta, el sábado, la formación Delacalle Low Brass arrancó con un "siempre que llovió paró", para retomar la segunda jornada de la Fiesta Provincial de la Cerveza.
 
Desplegando toda su potencia y energía sobre el escenario, la banda confirmó su gran momento. Sin carteles luminosos más que los que rodean a la banda cuando tocan en la las veredas céntricas, su crecimiento ha sido menos ruidoso quizás que el de otras buenas bandas locales, pero ha logrado una constancia que refleja una madurez compositiva, que se puede escuchar en su reciente trabajo discográfico "Volumen 2".
 
Acaban de dejarlo todo con una performance increíble, prácticamente abriendo la segunda noche en el Parque San Vicente después de casi una hora de espera a causa de una breve pero fuerte tormenta. 
 
Nacida a comienzos de 2018, la agrupación está  cerrando un año con buenas y malas -quién no en este 2021?-, con cierres y aperturas, con altibajos, pero al fin y al cabo, muy positivo, con mucho trabajo: vienen de ser protagonistas del Festival Subite de la UNCuyo, fue seleccionada entre 217 bandas, sus próximos destinos incluyen San Juan, San Luís, Córdoba, Buenos Aires… Pero antes, aquí en la provincia los podrán escuchar el 19 de diciembre en el Festival Tribu Inquieta.
 
El grupo maneja a la perfección tres elementos que lo caracterizan: una estética escénica original,  una sinergia craneada y elaborada cual maquinaria de relojería y una impronta ideológica que va más allá del marketing de la selfie.
 
De la Calle  sonó la noche del sábado en un formato ampliado, con invitades y arreglos para la ocasión (la aparición de Clau Terra fue descomunal), pero con  su genética intacta. Imposible no haberlos escuchado si se caminan las calles de la ciudad. Su estilo... ya forma parte del paisaje sonoro de la peatonal y zonas cercanas.

Su fusión es callejera en esencia, "somos laburantes de la cultura, militantes de la música callejera, los espacios públicos son de todes, apuntamos  a lo comunitario, por eso hay que habitarlos, sostenerlos, apoyar los espacios colectivos. La calle no es del gobierno ni de la policía, es nuestra".
 
Sus integrantes (prefieren el anonimato) cargan sus máscaras que  "reflejan la personalidad del proyecto, dejar de lado lo personal, la carga física de una persona y por otro lado generan intriga, incomodan y lo incómodo  llama la atención". 
 
Les De La Calle se disponen a disfrutar de una noche que si bien comenzó con una lluvia intensa, parece estar destinada a correr la misma suerte que la primera: Una fiesta popular con grandes bandas sobre el escenario.