Entre los problemas que la comuna tiene que resolver está la salida de la feria comercial La Salada. El emprendimiento desembarcó en 2013, cuando Francisco Pérez manejaba la provincia y Sergio Salgado estaba al frente del municipio. Ahora, tres años después, lo que nació con la aspiración de ser un polo comercial es sólo un par de tinglados que cada fin de semana está más vacío.

Jorge Castillo, dueño de la feria, aseguró a Unidiversidad que desde hace semanas traslada parte de la estructura de la feria hacia Buenos Aires porque tiene miedo de que le roben y aprovechó para criticar la gestión de Trigo. Aseguró que la comuna le exigió un pago de 98 mil pesos mensuales en concepto de tasas y que él abonó, pero no hay nadie que controle. “Pidieron planos y tengo todo habilitado”, recriminó el comerciante, al tiempo que denunció que presentó dos proyectos en Parque Industrial de la comuna, que se ubica cerca de La Salada, y no tuvo respuesta.

El éxodo del complejo de locales se dio luego de que el municipio clausurara el predio hasta que estuvieran las instalaciones terminadas. Desde la comuna aseguran hasta el cansancio que el acuerdo entre Castillo y Salgado era sólo de palabra y que durante todo este tiempo quisieron cobrar las tasas, pero antes había que habilitarla porque no está en regla. “Hay problemas con los planos, con el agua, con la luz, con la edificación; les paramos la obra hasta que presenten los nuevos planos, pero la realidad es que no muestran voluntad para hacerlo”, recriminó Trigo ante Los Andes el 12 de octubre.

Al predio concurren más de 10 mil personas y, en relación con el cierre, Castillo aseguró que más de 1000 trabajadores perderán su empleo. El empresario no descartó la posibilidad de que la feria se instale en San Luis.