María Eva Duarte de Perón nació en 1919 y falleció en 1952. Su corta vida, no fue sinónimo de discreta o poco interesante. Despertó odios y pasiones a lo largo y ancho de la Argentina. Su figura traspasó fronteras, no solo por la gira mundial que realizó reivindicando al peronismo que se extendió por España, Italia, Portugal, Francia, Suiza, Brasil y Uruguay, sino que su figura también fue inmortalizada en el cine de Hollywood representada por Madonna.

Recibió el reconocimiento de "jefa espiritual" de la Nación, por su labor como presidenta del Partido Peronista Femenino y de la Fundación Eva Perón. Se destacó por apoyar  la sanción en 1947 de la ley de sufragio femenino y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949. Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos.

No solo fue actriz de teatro, cine y radioteatros, sino que también escribió dos libros, 'La razón de mi vida' en 1951 y 'Mi mensaje' en 1952. Era tal la relevancia de su figura que en 1951, para las primeras elecciones presidenciales con sufragio universal, el movimiento obrero propuso a Evita como candidata a vicepresidenta. 

Sin embargo ella renunció a la candidatura, presionada por las luchas internas en el peronismo y las fuerzas armadas ante la eventualidad de que una mujer pudiera llegar hasta tal cargo jerárquico. Esta declinación además se la atribuye a otro causante, un fulminante cáncer de útero, contra el que luchó para acompañar a su marido, Juan Domingo Perón, hasta el último momento.

Luego de su deceso, la historia no terminó allí. En 1955, durante la dictadura militar de la llamada Revolución Libertadora, por órdenes directas del dictador Aramburu, un comando de marinos entró por la fuerza en el edificio de la CGT y secuestró el cuerpo envalsamado de Eva. Después de que circulara por Bueno Aires, en diferentes automóviles, el cadáver fue trasladado en 1957 a Génova y fue enterrado bajo el nombre María Maggi de Magistris.

En 1970 la organización guerrillera Montoneros secuestró a Aramburu, exigiendo entre otras cosas la aparición del cuerpo de Evita. En 1971, el general Lanusse, ordenó el "Operativo Retorno". El cuerpo de Evita fue desenterrado de la tumba clandestina y devuelto a Perón en Puerta de Hierro, Madrid. Posteriormente, en 1974 la presidente María Estela Martínez de Perón trajo el cuerpo de Eva al país y lo ubicó en la quinta presidencial de Olivos.

Pero cuando la Junta Militar de 1976 tomó el poder, entregó el cuerpo a la familia Duarte, que dispuso que fuera enterrada en la bóveda que su familia poseía en el Cementerio de la Recoleta de Buenos Aires. Allí se encuentra desde entonces consiguiendo su descanso corpóreo después de más de 20 años de idas y vueltas.