Estudian qué riesgos generan casi 5 mil perros de vida libre que deambulan por el Gran Mendoza
Los animales que deambulan en libertad incluyen a aquellos callejeros y los llamados "comunitarios", también a los que tienen "dueño". Estos perros representan un riesgo para la salud pública. Desde el Iadiza-Conicet abordaron esta problemática e hicieron un muestreo en el Gran Mendoza para tomar mejores decisiones.
El trabajo preventivo del Iadiza-Conicet en el piedemonte con perros de vida libre. Foto: Conicet Mendoza
Los perros de vida libre son aquellos que se desplazan sin restricciones por el espacio público. Entre estos están los que tienen dueño, pero deambulan sin correa, los comunitarios que viven en la calle bajo el cuidado de una comunidad, y los callejeros, sin dueño ni cuidados. Estos animales de vida libre, mantienen algún tipo de vínculo con los humanos, principalmente porque dependen de su accionar para alimentarse. Por otro lado, existe otro grupo de perros, denominados asilvestrados o cimarrones, que han perdido su dependencia de los seres humanos y sobreviven de manera independiente en ambientes naturales.
Los perros que deambulan en libertad representan un riesgo significativo tanto para la salud pública como para los ecosistemas, por lo que un grupo de especialistas del Conicet, a través del proyecto “Perros de vida libre del Gran Mendoza”, busca abordar esta problemática con el objetivo de conocer cuál es la situación en el área metropolitana y alrededores y trabajar junto a los gobiernos municipales para generar planes de gestión.
“Uno de los principales problemas de los perros de vida libre radica, justamente, en su libre movimiento, ¿por qué? Porque pueden atacar a una persona, a otro animal doméstico o a la fauna silvestre que habita en las ciudades y sus alrededores. También, pueden generar accidentes de tránsito con autos y bicicletas. En los ambientes naturales y rurales, como el piedemonte de Mendoza, pueden atacar y perseguir a la fauna silvestre y al ganado doméstico, generando un impacto directo sobre la biodiversidad y sobre las economías familiares de los puestos ganaderos. Además, representan un riesgo indirecto en la transmisión de enfermedades o parásitos a las personas, u otros animales no humanos”, comenta Daniela Rodríguez, investigadora del Conicet en el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza, Conicet-UNCUYO-Gob. Mza.) y una de las responsables del proyecto.
Durante el otoño y la primavera de 2023, el equipo científico realizó un muestreo intensivo en el Área Metropolitana de Mendoza (AMM) y registró más de 4800 perros de vida libre. En algunas zonas, identificaron más de treinta animales en una misma manzana. “Actualmente, estamos llevando a cabo el primer muestreo con cámaras trampa en el pedemonte, lo que nos permitirá conocer cuál es la situación de este problema en la zona rural y natural de la AMM. Ya hemos realizado las primeras campañas de relevamiento y contamos con varios registros fotográficos de estos animales en esa zona. A partir de los relatos de los puesteros, sabemos que en los últimos años los perros de vida libre aparecen cada vez con más frecuencia y en mayor número, por lo que estamos ante un escenario de preocupación y que podría empeorar si no hacemos nada”, relata Rocío Fleitas, becaria doctoral del CONICET, parte del grupo de trabajo.
Puntualmente, el proyecto “Perros de vida libre del Gran Mendoza” busca abordar este problema de manera integral. A través de encuestas, realizadas a más de mil personas, el equipo evaluó las percepciones y conocimientos de la población sobre el cuidado de mascotas y la gestión de los perros de vida libre. Además, recopiló datos sobre la cantidad, condición y distribución de estos animales en áreas urbanas y periurbanas, lo que permitirá identificar áreas que requieren intervenciones urgentes. También, abordan la situación en zonas rurales, especialmente en el pedemonte, donde, según lo obtenido por las investigadoras de palabra de los puesteros, se ha observado un aumento en la presencia de jaurías sin supervisión humana. Sumado a esto, en conjunto con los municipios, están implementando campañas de vacunación y desparasitación para mejorar la sanidad animal.
“Se realizó una primera campaña de vacunación y desparasitación a cargo de los integrantes de la Red Witral del IADIZA, en la cual participé junto a los investigadores Daniela Rodríguez y Pablo Moreno, en conjunto con el departamento de tenencia responsable y la Dirección de Ambiente, Energía y Cambio Climático de la Municipalidad de Godoy Cruz. Primero, dimos a conocer la problemática de los perros de vida libre del piedemonte al municipio, junto a la necesidad de actuar de manera conjunta para apoyar a los puesteros rurales que utilizan a los perros como protectores de su ganado. Luego, visitamos cada uno de los puestos con los que trabajamos y procedimos a vacunar y desparasitar a los animales. En esa ocasión, los puesteros también nos comentaron la intención de castrar a varios de sus animales, y esperamos en un futuro próximo poder hacerlo. A su vez, esperamos que más municipios se sumen a esta iniciativa que no solo fomenta la salud y el bienestar de los animales de compañía, sino que también protege nuestro entorno natural. De este modo, buscamos fomentar la coexistencia entre la fauna silvestre, los animales domésticos y las comunidades humanas”, asegura Fleitas.
En cuanto a la gestión de la problemática que representan estos animales, las especialistas afirman que no existe una solución única y que cada contexto debe ser abordado de manera específica, con planes de gestión a largo plazo que incluyan objetivos a corto y mediano plazo. Las acciones actuales, como la castración, vacunación y desparasitación de mascotas, son positivas, pero no resuelven por completo el problema. Además, enfatizan en la necesidad de educar sobre la tenencia responsable de mascotas y los problemas que pueden causar los perros de vida libre.
Perros de vida libre captados por cámaras trampa. Gentileza investigadoras. Foto: gentileza investigadoras Iadiza
“Es importante destacar que este tipo de acciones concretas son una estrategia fundamental para la conservación de la biodiversidad. Estas iniciativas deberían implementarse de forma permanente en sitios clave de Mendoza, como las áreas protegidas y sus zonas de influencia directa, así como también los ambientes naturales y rurales asociados a las grandes metrópolis provinciales (Gran Mendoza, San Rafael, Gral. Alvear y Malargüe). Además de la campaña realizada recientemente en el piedemonte, desde hace dos años se están llevando a cabo campañas de vacunación, desparasitación y castración de los perros y gatos que habitan en la Reserva de Ñacuñán, también en coordinación con el Municipio de Santa Rosa, la universidad Juan Agustín Maza y la Dirección de Recursos Naturales Renovables. Más allá de estas acciones concretas llevadas a cabo desde el Estado, es fundamental reflexionar sobre nuestro rol como ciudadanos en estas problemáticas socio-ambientales”, comenta Rodriguez.
“Quizás el problema de los perros de vida libre habla más de nosotros como dueños de mascotas, que de los mismos perros que solo siguen su naturaleza animal”, concluye Fleitas.
Fuente: Prensa Conicet Mendoza
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