En la Octava Cámara del Crimen de Tribunales Provinciales, el último 14 de febrero comenzó el juicio oral contra Francisco Sanhueza, el chofer de TurBus que iba al mando del colectivo que volcó en la ruta a Chile, a la altura de la localidad de Horcones, en el que fallecieron 19 personas. Aquel fatídico día, otras 20 personas quedaron heridas luego de que el colectivo 2251 de la empresa chilena volcara a solo dos kilómetros del límite fronterizo, en la Curva del Yeso.

Foto: Los Andes.

Durante estos tres días de testimoniales se vivieron momentos de mucha tristeza y sentimientos encontrados por parte de los familiares y víctimas del accidente.

Martín Sevilla, abogado querellante que representa a cinco de las víctimas, insistió en que el colectivo iba a un exceso de velocidad "evidente", por lo tanto, la razón del accidente fue una "acción humana temeraria". "Se presentaron pruebas sustanciales que han determinado con certeza que Sanhueza condujo el colectivo a 97 kilómetros por hora al momento del accidente, por lo que se puede afirmar que las causas del hecho fueron una acción humana temeraria y esperamos que el martes (por mañana) pueda haber una sentencia", afirmó el letrado.

Martín Sevilla y Daniel Romero (al centro), los abogados querellantes. Foto: Ernesto Gutiérrez.

Los dichos de Sevilla fueron respaldados por los peritos de Policía Científica, quienes señalaron que Sanhueza manejaba a 99 kilómetros por hora en una curva donde la velocidad máxima permitida era de 40 kilómetros por hora.

Así las cosas, el martes será un día clave, no solo para Sanhueza sino también para las familias y las víctimas del accidente que clamaron justicia durante todo este año. El chofer Francisco Sanhueza está acusado por homicidio simple de 19 personas, además de lesiones graves y leves, por lo que arriesga una pena de entre 8 y 25 años de cárcel.

Las disculpas a los afectados

Francisco Sanhueza pidió perdón a los afectados, y enfatizó que al momento del accidente fue encandilado por otro vehículo, lo que le hizo perder el control del bus. Dejó claro que su intención no fue dañar a las personas. “Nunca se me pasó por la cabeza el suicidio ni matar a nadie. Espero algún día pedirles perdón a los familiares cara a cara”.

Asimismo, expresó: “Cuando llegué al final de la curva había vehículos en la dirección contraria que me enceguecieron, no me permitían ver la cartelería del lugar. Tomé la decisión de bajar la velocidad, pero el colectivo se me fue de control, vi que se me acabó la ruta. No tengo problemas psiquiátricos para querer perjudicar a alguien; cometí un error, sepan que no fue intencional”.

Claro pedido de justicia

Por esa situación, Alfredo Olivera, que perdió a tres familiares en el accidente, señaló que era momento de cambiar el método de trabajo y que la cadena perpetua era lo que ellos esperaban.

"Yo creo que es momento de que cambiemos la mentalidad de la sentencia, la metodología de trabajar y de estar a la deriva de lo que él diga. La negligencia estuvo, él transportaba gente y no creo que pueda volver a traer a los fallecidos", comentó Olivera, quien agregó: "Él me sentenció a la cadena perpetua de no ver más a mis familiares".

Misa por las victimas

A un año de cumplirse la mayor tragedia automovilística de Mendoza, este pasado domingo 18 de febrero los familiares de las víctimas realizaron una misa en la Catedral de Loreto por las 19 almas que perdieron la vida en ese trágico hecho. Ese mismo día por la tarde, en la Terminal, a partir de las 19, se realizó una suelta de globos en conmemoración a las víctimas de la tragedia.