“Estamos viviendo una continuidad del 'Que se vayan todos'”
Así lo expresó el politólogo y profesor de la UNCUYO Daniel Hugo Villanueva. Analizó las razones del triunfo de Milei. Dijo que las otras fuerzas no brindaron respuestas a las demandas de los sectores excluidos.
Villanueva dijo que Milei representa un fenómeno nuevo en el país, enmarcado en el avance de las derechas en el mundo. Foto: captura de pantalla/SeñalU
El momento actual es un revival de una consigna que surgió en la crisis de 2001 y que se convirtió en símbolo: “Que se vayan todos”. El politólogo y profesor de la UNCUYO Daniel Hugo Villanueva cree que el resultado de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) en las que se impuso el libertario Javier Milei es una vuelta a aquel concepto, una muestra del hartazgo del sector más empobrecido y precarizado de la sociedad, que busca respuestas a los mismos problemas que arrastra desde hace años y que no tiene nada que perder, simplemente porque ya perdió.
El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO acepta la invitación de Unidiversidad para analizar los resultados de las PASO, para intentar comprender. Reconoce que fue uno de los sorprendidos por los 7 millones de votos que obtuvo Milei y es justamente a partir de esa sorpresa que ensaya respuestas.
Villanueva contextualiza el triunfo de Milei en el avance de las derechas en el mundo y plantea un panorama sobre la situación de las tres fuerzas que competirán en las elecciones generales de octubre. Aquí, parte de la charla con el profesional.
La sorpresa de las PASO
¿Cuál fue su primera impresión sobre el triunfo de Milei en las PASO?
No le daba ni el 15 %, que era lo que medía en todos lados, y lo duplicó. El día de la elección, seguí algunas mesas y fue una sorpresa, me permitió tener un atisbo de comprensión de lo que es el fenómeno. Te doy un ejemplo con dos regiones de Las Heras, porque soy de ahí: una mesa de El Borbollón, una zona en la que históricamente el peronismo ni en las peores épocas había perdido, donde votan obreros rurales y mayoritariamente la gente del Barrio Fachinal, que son los que trabajan dentro del basural. En una mesa en la que usualmente votaban 300, fueron 220, y 140 votaron a Milei. En otro distrito, El Reguardo, que sí lo había perdido el peronismo con Cornejo (Alfredo), se mantuvo el empate: fueron 110 votos a Milei, 55 al peronismo y 55 al radicalismo. O sea que gran parte de lo que explica ese salto de entre el 12 % y el 18 %, que era lo que medía Milei, hasta el 30 % está dado por los votantes de los sectores más pobres, más excluidos, los pobres de toda pobreza. Esos fueron los que le dieron el voto a Milei y los que lo sostuvieron.
¿Cuál es su análisis sobre las razones del triunfo de Milei?
Creo que estamos viviendo una continuidad, un revival del “Que se vayan todos”. Después hablamos de las consecuencias y sobre lo que puede pasar. Hace años hicimos una investigación sobre robos en la escuela de la periferia, en la que no solo robaban, sino que se producían hechos de violencia extrema dentro de la escuela, de desprecio hacia la institución. Cuando analizamos, vimos que en esta zona, desde el año 75 para acá, se ha creado una conciencia y es: "Yo vivo peor que mi padre, mi padre vivió peor que mi abuelo, yo estoy viviendo en el límite de la subsistencia y me doy cuenta de que mi hijo va a vivir peor que yo". Y eso es lo que viene pasando en la Argentina sistemáticamente desde el 75 para acá. El primer ajuste estructural fue con el Rodrigazo y continuaron otros, y se ha creado una suerte de conciencia que fue lo que produjo el estallido en la convertibilidad. Luego del período del kirchnerismo, en el que se produce una recuperación en la vida de estos sectores, venimos con un período de 10 años de estancamiento. los dos últimos del gobierno de Cristina, y luego, ocho años de retroceso. El país está conformado por dos identidades políticas, peronismo y antiperonismo, que reafirmaban su identidad dialécticamente en contra de la otra. ¿Qué pasó? Que el antiperonismo, Macri (Mauricio), presenta un fracaso que se siente en las condiciones de vida, se duplica la inflación, pero el hecho concreto es el deterioro de los niveles de calidad de vida, menos comida, menos esparcimiento y cada vez peor. El gobierno del peronismo, sea por las causales que sea, también fracasó y también duplicó la inflación. Entonces estamos en unos límites de enorme pobreza. Vemos a ese trabajador, que puede estar en una cooperativa adentro del basural, que puede llegar a armar un ingreso familiar con mucha suerte y con todas las ayudas del Estado, planes escolares, de 200 a 250 mil pesos, por debajo de la línea de pobreza y en uno de los peores trabajos que existen en nuestra civilización. Frente a esto, el único que está proponiendo algo distinto –que es romper todo– es Milei. Entonces es la concreción del "Que se vayan todos", porque las personas están en el límite de la subsistencia y perciben que sus hijos van a pasar hambre.
Villanueva hizo un paralelismo del momento actual con la crisis de 2001. Foto: Carlos Brigo/Télam
En estos días oí a algunas personas decir que tienen temor a Milei, pero que lo votaron porque nadie les daba una respuesta, que fue como tirarse a la pileta…
Es un poco eso. Nosotros pertenecemos a un sector que podemos llamar pequeña burguesía media pobre, pero tenemos condiciones de vida y recursos para poder seguir manteniéndonos. El sector que está inmediatamente debajo de nosotros no tiene esa posibilidad, está en el límite de la subsistencia y, si no hacen algo, van a pasar hambre: ese algo ha sido el voto a Milei. No es tirarse a la pileta, en realidad es: "Rompamos todo, nos tiramos de cabeza, no sabemos si hay agua y ni siquiera sabemos si hay pileta", porque lo que propone Milei es ominoso para el futuro, es la desaparición del mundo tal cual lo conocemos y un período de ajuste estructural muy fuerte, similar al que provocaron las dos hiperinflaciones de Alfonsín (Ricardo), y luego, una estabilización total en la que queda congelada la situación social, donde va a quedar una sociedad establecida en castas. Una casta es un sector social del cual es imposible salir, y ese es el modelo que propone Milei.
Muchas personas que viven en situación de pobreza ya sienten que están en una situación de la que no pueden salir…
Por eso votaron a Milei, porque los otros tres candidatos relevantes que había, que eran Rodríguez Larreta (Horacio) Bullrich (Patricia) y Massa (Sergio), más allá de que nosotros intelectualicemos que eran diferentes, están económicamente proponiendo lo mismo. Evidentemente, este es un voto protesta que nos debería llamar la atención a quienes defendemos este modelo de Estado social, de Estado de bienestar, de una democracia participativa con resguardo de los derechos, porque, si triunfa Milei, todo eso va a cambiar, y no solo es porque sea un fenómeno argentino, sino que es una oleada de triunfos de las derechas en todo el mundo, cada una con características particulares. Desde el neonazismo al neofascismo y el neofranquismo, están renaciendo con mucha fuerza y más extremos todavía que sus originales en sus planteos ideológicos. Tenemos que tener atención a eso, porque eso está resurgiendo en todo el mundo, porque la crisis del Estado de bienestar es global y explica fenómenos inexplicables, como el de Bolsonaro (Jair) o como Trump (Donald).
Esto es parte de ese resurgimiento.
En Argentina nos caracterizamos por una suerte de provincialismo, mirarnos el ombligo y creer que nuestros fenómenos son únicos y excepcionales en el mundo, y no, son fenómenos globales en el sentido de que el capitalismo se está encontrando con una suerte de límite, producto de su propio éxito. Básicamente, el capitalismo es organizar la producción social, transformar la naturaleza en productos a través de la extracción de la plusvalía de los trabajadores y, luego, hacer un reparto de la riqueza desigual. Entonces, ¿cuál es el éxito del capitalismo? Que cada vez se pueden producir más elementos, transformar más productos de mejor calidad a menor precio y con cada vez menor cantidad de mano de obra, y eso nos está dando por resultado un concepto que es el de población excedente en el mundo, que no tiene ninguna posibilidad de ingresar al circuito productivo. Las crisis económicas, los ajustes del 75 y el 76 con los que empezamos la charla, eran distintos de los de ahora, porque quienes quedaban desocupados pasaban a integrar lo que Marx definía como el ejército industrial de reserva, que eran los desocupados que tenían la función social de deprimir el precio de los salarios de los que estaban ocupados, pero que tenían una posibilidad, y generalmente lo hacían, de volver a reinsertarse en el circuito productivo. En la actualidad, quien pierde un trabajo no tiene ninguna posibilidad de reinsertarse. Pasamos a ser población excedente y está todo el mundo atravesado por esa situación. Por eso se explica el surgimiento de estas ideologías de derecha, que son defensivas, pero no apuntan a decir qué hacemos con la población. No hay una solución, y esto exacerba las tensiones a nivel internacional, los conflictos geopolíticos por los recursos. Cada vez tenemos más conflictos y vivimos danzando como sociedad internacional, como especie, al borde de un equilibrio que nos acerca cada día un poquito más a un conflicto nuclear, al desborde por el calentamiento, pero no afrontamos este problema que sería decir qué hacemos con la población, cómo reorganizamos la sociedad para incluir a todos los que no pueden ingresar dentro de ese sistema capitalista.
Milei obtuvo 7 millones de votos en las PASO y competirá con Bullrich y Massa en las elecciones de octubre. Foto: Alfredo Luna/Télam
¿Qué papel debería jugar en este momento el sector de la sociedad que no está en esos límites de pobreza, de indigencia?
Siempre que me hacen preguntas de este tipo digo que, de todos los científicos sociales que conozco, la única que puede dar una respuesta sobre el futuro es Ludovica Squirru. Una cosa es la teoría política, donde podés analizar estos temas, y otra es la praxis política, donde tenemos una tradición de fuerzas que han defendido el Estado de bienestar de distintas maneras, alguna más republicana y otra con visos más populistas. Entonces me parece que radicalismo y peronismo deberían recuperar esa memoria histórica en esta crisis y buscar soluciones económicas que permitan salvar lo que quedó del Estado de bienestar y, a partir de ahí, generar una reconstrucción de la economía. Hay indicios. Sospecho que, si no gana Milei podría llegar a haber algún tipo de gobierno de coalición, de unidad nacional, que ponga algún límite y que permita una reconstrucción económica, porque si no hay una reconstrucción económica, es imposible, pero para llegar a esa reconstrucción, hay que lograr los acuerdos necesarios entre las fuerzas que mencioné, y para eso se necesita acción política. La gente debería recuperar la política e inmiscuirse en la política, es una cuestión de supervivencia.
Camino a las elecciones generales
¿Cuál es su visión sobre la situación de las fuerzas políticas camino a las elecciones generales de octubre?
Creo que, haciendo un análisis táctico electoral, entre los tres que quedaron posicionados, a quien veo peor es a Patricia Bullrich, porque, en política electoral, uno tiene que confrontar con un enemigo. Milei y Massa tienen sus enemigos definidos, pero Bullrich, ¿contra quién va a confrontar? Si confronta contra Massa, pierde parte del electorado de Rodríguez Larreta, y si confronta contra Milei, pierde parte de su electorado, o sea que hoy, como está dada la contienda, me daría la impresión de que la gran lucha va a ser entre Milei y Massa. Eso, siempre y cuando Massa no repita o que no sea obligado a realizar otra devaluación y, si puede, frenar en algo los efectos de esta devaluación, porque acá también hay otros actores, como el Fondo Monetario, técnicamente la burguesía financiera transnacional, fondos de inversión, que son la verdadera polis dominante. Aquí sigo a Samir Amin, un teórico egipcio, que sostiene que los Estados nación prácticamente son simples administradores, y que el verdadero poder es la globalización y la define como la hegemonía de la burguesía financiera transnacional, que se ejercita a partir de determinados organismos visibles, como el Fondo Monetario o el Banco Mundial, pero que son una serie de fondos que están en muy escasas manos y presionan para mantener este orden de cosas. Al Fondo no le interesa que le devolvamos la plata, sino mantener nuestra economía primarizada para poder lograr la extracción a bajo costo de los recursos naturales, la Pampa húmeda, el gas, el litio, etc.
El domingo 22 de octubre se realizarán las elecciones generales, en las que competirán Milei, Bullrich y Massa. Foto:Télam
En algunos análisis se encolumna a Milei y a Bullrich como en el antiperonismo. ¿Cuál es su opinión?
Milei es algo nuevo. La identidad argentina, desde el año 45 para acá, siempre ha sido una antinomia entre peronismo y antiperonismo, dos fuertes identidades que se han definido una a otra y que han estructurado toda la historia en estos 80 años. Milei es un fenómeno nuevo, digno de estudio y amenazante. Milei, cuando dice "la casta", está diciendo lo que pretende, que es eliminar a todas las élites; no son solo las élites políticas, es un discurso de arrasar con todo. Lo único que se salvaría son las fuerzas del mercado con capacidad de competir, pero arrasa con todo lo demás: las élites judiciales, estudiantiles, académicas, arrasar con todo, y eso es alguno nuevo, no lo proponían ni el peronismo ni el antiperonismo, es un fenómeno nuevo y es una emergente que está surgiendo no solo acá, sino a nivel global.
En este escenario, ¿el peronismo es la fuerza política que está más en peligro?
Están todos las fuerzas en peligro. El peronismo tiene una cualidad que sería muy larga de explicar, pero que está relacionada con la genealogía de las fuerzas de origen, que lo hacen extremadamente resistente y adaptable a los cambios. Alguna vez escribí un artículo que decía que el peronismo es como la chipica: vos la querés extirpar, le echás ácido y siempre sale, resurge bajo otra forma. Sospecho que estamos en un período de esos, de decadencia relativa del peronismo, de división, partición y que, dentro mismo de esa discusión, de esos componentes ideológicos internos, puede llegar a resurgir de una forma que nadie sospecha, como en 1998, cuando nadie sospechaba que Kirchner (Néstor) podía ser lo que iba a ser cinco años después. Creo que el peronismo está en ese proceso de ebullición.
¿Y las otras fuerzas?
Todas las fuerzas dentro de Juntos por el Cambio, tanto del PRO como los radicales, la Coalición Cívica, el socialismo, si quieren sobrevivir, van a tener que tratar de hacer un esfuerzo por comprender que poder salvar la república implica un sustento, un entramado económico que la haga viable y sostenga un Estado de bienestar, porque, sin Estado de bienestar, no hay república.
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