La sorpresa se colaba entre la incertidumbre de las listas “grandes”. No tenían nombres propios a pocos días de la oficialización y aparecían por las redes sociales las fotos y los videos de dos abogados con mucho carisma que hablaban de las facturas del gas. Los abogados de la ONG Protectora llamaban a participar de las audiencias públicas por la tarifa de los servicios y empezaban a mostrarse como precandidatos para las PASO. Y se ratificó: Ramón y Vadillo iban a ser las caras “conocidas” del Partido Intransigente y una resurrección inesperada.

Llegó el día de saber si esos “me gusta” de los videos en Facebook y los comentarios de apoyo que se multiplicaban se traducirían en el porcentaje necesario para poder competir en las elecciones legislativas generales. Con tan sólo el 8 % de mesas escrutadas, alrededor de las 20.30, ese objetivo ya podía ser tachado de la lista.

Pero la sorpresa comenzaba unos minutos antes, cuando empezaban a llegar a la sede del PI, en calle Rioja al 1587, los encargados de cuidar el voto “de los ciudadanos comunes” y en sus sonrisas se traducía el éxito conseguido. “En mi mesa le empatamos al PJ”; “Hay mesas en las que estamos por encima del FIT”; “Los fiscales de los otros partidos nos felicitaban”, son algunos de los comentarios que se escucharon. Y no es menor mencionar que los fiscales contrincantes se solidarizaron con el PI cuando en algunas mesas no podían estar presentes.

El mismo José Ramón contaba, charlando con todos, como si la sede del partido fuera el living de su casa, que había recorrido dieciséis escuelas y que eso se repetía con los demás fiscales, personas que se acercaron y ofrecieron su apoyo y ayuda, que “no pidieron vales para la nafta”.

La pregunta no requería de mucho ingenio. ¿A qué se debe este resultado? Mario Vadillo, precandidato a diputado provincial, comenzaba a levantar los vasos y los platos de la mesa para improvisar un cierre, aunque las mesas escrutadas no llegaran siquiera al 20 %.

Entonces la.pregunta tuvo respuesta en voz de José Ramón, el gran animador de la jornada: “Tiene que ver con ideas, con conceptos, con la República. Esta posibilidad que existe en una República de que nos podamos relacionar todos aquellos que tenemos intereses diferentes. Acá hay gente que piensa de una manera y gente que piensa de otra. Nosotros creemos que en nuestro país no existe una grieta. La única grieta real y que existe de verdad es la pobreza creada a partir de esa antinomia que han hecho esos dos partidos que han gobernado en las últimas décadas y nos han hecho creer que la política hecha profesionalmente es algo en lo que no merece participar el ciudadano. Creo que estamos rescatando a una parte del mendocino que había sido perdida”.

No había ningún rasgo de jerarquías dentro de la pequeña sede. Y según lo que decía el aspirante a la banca nacional, ahí había un grupo de ciudadanos comunes que habían logrado entrelazar diferentes intereses políticos, económicos y religiosos con un tema común: idear y llevar a cabo una política para proteger el interés del pequeño productor, del consumidor, del trabajador de a pie.

Ramón también le agradeció al PI por darles la posibilidad de participar en unas elecciones y “bajó línea” a la gente de su espacio a quienes les toque ocupar un cargo público a través de un concepto de valor expresado en las palabras del fundador del partido, Oscar Alende: “Me van a doblar, pero no me van a quebrar”.

Y como si la sorpresa no bastara, o en realidad fuera tan grande, hasta para ellos mismos, al rockero, al excéntrico, al efusivo abogado le bastó el 7,62 % de los votos a tan sólo dos horas del cierre de los comicios para animarse a vaticinar que el PI –algún día– va a gobernar la provincia.