“Télam es la mayor agencia de noticias del país y una de las más importantes de Latinoamérica. Fue fundada por el general Perón en 1946 para contrarrestar la concentración de las voces de las agencias internacionales. Fue pionera en América Latina en la generación de contenidos nacionales y federales, y contribuyó en la fundación de la Agencia de Noticias de Brasil y, más recientemente, en la de Paraguay. Damos asistencia al resto de las agencias del continente y actualmente presidimos la Unión Latinoamericana de Agencias de Noticias. Por eso Télam es reconocida en todo el mundo, más allá del gobierno en particular”, explicó.

Fonrouge es un comunicador con intensa trayectoria en medios gráficos y en la creación de espacios comunicacionales. Entre otras, fue director de la revista 2010. Desde su formación, considera que siempre valoró “a Télam como una gran empresa de comunicación nacional, que básicamente genera materia prima periodística”. Con respecto al archivo fotográfico de la agencia estatal, explicó que solo existen los archivos de 1983 a esta parte, dado que el período 1946-1983 fue destruido durante la última dictadura cívico-militar. Lo que se ha podido rescatar está en proceso de digitalización y ya ha deparado “muchas sorpresas” en cuanto a lo que los genocidas no lograron ocultar del todo. En el área de Desarrollo Institucional “se busca generar valor agregado a las fotografías, videos y otros productos de la memoria histórica de los propios fotógrafos de Télam”. 

En el marco de las celebraciones por los 30 años de recuperación democrática, Fonrouge habló de la importancia de reivindicar y defender la democracia en un país con una historia convulsionada: “Primero fue el fraude patriótico, después vinieron Yrigoyen, el primer presidente democrático, los bombardeos a Plaza de Mayo, los fusilados, las prescripciones. Una democracia plena no puede ser condicionada por los poderes fácticos, sean militares, políticos o económicos. Generar una conciencia democrática no es solamente votar cada dos o cuatros años. Tenemos que entender la democracia y defender sus instituciones. Más allá de que creemos inviable una interrupción democrática, hay cuestiones que la lastiman y mancillan”. Es el caso de lo que sucedió con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, durante años frenada “por un andamiaje y un lobby jurídicos que atentan contra el sistema democrático”.


Colchones y poderes fácticos

La militancia y el compromiso de Fonrouge abrevan en las luchas del movimiento piquetero en La Plata, durante la crisis económica, política y social de principios de milenio, tras lustros de gobiernos neoliberales. A partir de ahí, y en concomitancia con su oficio periodístico, se fue aproximando al naciente kirchnerismo hasta convertirse en un reconocido referente de la Agrupación La Oesterheld, cercana a La Cámpora. Desde ese devenir personal y político, analiza la última gran crisis nacional, el reverdecer de la sociedad a través del proyecto nacional y popular, y las amenazas actuales a nuestra democracia:

“Fui un desocupado más, pero al menos tuve la posibilidad de estudiar. En su momento sentí que había que luchar contra gobiernos como los de la década del 90 y su continuidad en el de De la Rúa. Teníamos una democracia condicionada, era un modelo vinculado solamente al ajuste y la represión. Se trataba de frenar los avances de los sectores que querían recortar salarios, jubilaciones, la educación. Hemos aprendido que la democracia se defiende cuando es plena. Cuando los gobiernos aceptan que los poderes fácticos determinen cuáles van a ser sus políticas económicas, sus políticas culturales y de derechos humanos, o los planes de estudios de las universidades, todo se complejiza y entramos claramente en conflicto”.

La imagen de un grupo de personas llevándose un colchón durante los saqueos recientes fue ampliamente repetida por los medios de comunicación hegemónicos del país. Lo curioso es que ese hecho fotografiado, que emergió en Córdoba en la génesis del conflicto policial, fue utilizado para mostrar caos en casi todas las provincias donde la extorsión de las policías locales atenazó a las sociedades y sus gobiernos. La misma imagen en cadena, colchones en cadena, solo como pequeña y alevosa muestra de lo que los intereses desestabilizadores son capaces de hacer para despanzurrar la realidad en su favor, o “mostrar una crisis generalizada que no era tal”, según Fonrouge. El funcionario, actualizado con respecto a la grave irresponsabilidad en la cobertura de los conflictos de Mendoza por parte del diario digital MDZ, que entre otras maniobras golpistas incurrió en la “difusión” de un saqueo inexistente el 7 de diciembre en Maipú, evaluó:

“Más allá del debate alrededor de la Ley de Medios, tenemos que empezar a discutir el rol de los medios y los periodistas. Esto no cambia sin un compromiso nuestro. Tenemos una responsabilidad, tal vez sea necesaria la figura de un juramento hipocrático como en la medicina, para impedir que ocurran estas cosas. Que las grandes empresas tengan una línea editorial es rescatable, pero que haya una manipulación, que se mienta como acá y como hace TN Noticias, perjudica a la democracia. Esto ya lo hemos vivido. Se dice que ningún medio de comunicación volteó a ningún gobierno. Pero si vemos el caso del gobierno de Arturo Illia, para no hablar solo de este, sabemos que ahí hubo una deslegitimación manifiesta para cimentar un golpe de Estado. Lo mismo pasó con el gobierno de Isabel Martínez de Perón: se generó un clima de desestabilización en la opinión pública para facilitar el golpe. Tiene que haber un rol claro de los periodistas para intentar aplacar esto. Sinceramente, como periodista, más allá de mis ideas políticas, yo no puedo faltar a la verdad para manipular y generar un interés que tiene que ver con lo corporativo”.