Esta canción durará por siempre

Charly volvió a Mendoza ante 4.500 personas que lo aclamaron durante todo el show. Tocó 30 canciones repasando hits y temas de su último trabajo. Inolvidable. 

Esta canción durará por siempre

Charly deleitó a las más de 4.500 que lo vieron en Maipú. Fotos Fran Erian

Cultura

Unidiversidad

Francisco Erian

Publicado el 28 DE MAYO DE 2012

"Yo necesito tu amor, tu amor me salva y me sirve". Charly García
Esta vez Charly no se tiró de un noveno piso, ni demolió dos habitaciones del hotel pero a cambio dio un recital memorable en donde repasó su extensa lista de hits y demostró que lo peor ya pasó.

Charly está en franca recuperación y el camino del exceso parece cosa del pasado. Acompañado por su banda The prostitution dio un show de más de dos horas frente 4.500 personas que agotaron todas las entradas del Estadio Arena ubicado en Maipú.

Sin dudas la novedad es verlo bien, calmo y enfocado en la ejecución de una lista de temas similar a la del jueves en Santiago de Chile en donde saludó al público chileno con un “¡Hola Mendoza!”. El concierto se dio en el marco de la gira “60x60”, por los 60 años del músico y la selección de 60 canciones divididas en tres dvds, tres cds y varios extras, objeto pensado para fans.

Rezo por vos con la imagen del flaco de fondo fue el momento más emotivo de una noche pensada para atravesar todas las épocas y hacer delirar a la generación ochentosa, mayoría en Maipú. 

Las 30 canciones fueron desde los clásicos de la época de Sui Generis pasando por Fanky, Cerca de la revolución, Pasajera en trance, Influencia, Yendo de la cama al living, La grasa de las capitales, No llores por mi, Argentina, Eiti Leda por mencionar algunos, intercalados con canciones  de sus producciones más recientes. 

La banda que lo acompañó, formada por Zorrito Von Quintiero, Fernando Samalea y Negro García López, el trío chileno Kiuge, Silva y González y un trío de cuerdas, sonó ajustada y le agregó rock a los clásicos, compuestos en clave más pop durante los ochentas. 

Charly se dispuso como un director de orquesta y dejó gran parte de la música en manos de su banda, para poder manejar libre en el escenario durante las dos horas de show. Todas las miradas estuvieron puestas en él y siempre estuvo la posibilidad de que Charly se salga del libreto, algo que no sucede, en un show donde todo parece bajo control. 

El punto más bajo de la banda estuvo en la interpretación de los coros femeninos a cargo de la hija menor de Palito, Rosario Ortega, acostumbrados a ver a Charly rodeado de talentosas mujeres como la inolvidable María Gabriela Epumer o Hilda Lizarazu. 

La voz de Charly sonó afinada aunque seca, cada vez más lejos de la voz dulce y juvenil de los inicios. Pero Charly cantó, algo que desde hace tiempo no hacía en vivo y no esquivó los momentos emotivos al piano ni la zapada rockera. 

Durante el recital no hizo demasiadas interrupciones pero agradeció la presencia del público mendocino “tuvimos un cortocircuito pero ya pasó” y susurrando agregó “los quiero mucho”, para que el estadio lo ovacione de pie.

Una banda que sonó bien, un recital largo con las canciones que todos querían escuchar y que dejó al público conforme, un Charly lúcido, sobrio, concentrado en dar un buen recital. 

Muy distinta esta historia a la de su última visita hace tres años cuando después de destrozar dos habitaciones del hotel terminó internado en una clínica. Después llegó la recuperación, la ayuda de Palito y vimos una versión de Charly gordo, con poca movilidad que parecía que ya no daba más, pero se recuperó y aunque Charly cambió, sus canciones siguen intactas y escucharlas en vivo sigue siendo parte de la religión.