Especialista del Conicet estudia el desarrollo vincular en el proceso de adopción en Mendoza
La investigación de Franco Donadel aborda la complejidad de la adopción, analizando las expectativas y preconceptos existentes, así como las competencias emocionales de los adoptantes.
Donadel estudia el proceso de adopción, en tornos al cual asegura que hay muchos mitos y prejuicios. Foto: Prensa Gobienro.
El becario doctoral de Conicet, Franco Donadel, estudia el proceso de vinculación en la adopción, dando cuenta de la complejidad de este proceso, donde, por un lado, hay niños y niñas que han sufrido vulneraciones de derechos y que están a la espera de ser adoptados, y, por otro lado, adultos decididos a construir una familia a través de la adopción.
Donadel realiza su doctorado en psicología como becario del Conicet en el grupo de Estudios de Psicología del Desarrollo Infanto Juvenil del Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (Incihusa-Conicet).
“Trabajo en poder pensar, investigar e indagar las expectativas ideas y preconceptos acerca de la adopción, partiendo de la hipótesis de que estos podrían estar relacionados con la manera de vincularse, viendo cómo aportar en una instancia previa a la vinculación para lograr hacer mejores perfiles desde lo que trabaja el Registro Provincial de Adopción (RPA). Por otro lado, también evalúo las competencias socioemocionales que se asocian a la parentalidad; desde lo psicológico, me enfoco en evaluar el apego como constructo psicológico de los adultos, ya que se relaciona con el apego que, después, pueden desarrollar estos niños y niñas adoptadas que al momento de la adopción ya cuentan con una historia previa de maltratos que afecta mucho a su desarrollo, lo que configura las particularidades del fenómeno de la adopción a nivel regional”, señala Donadel.
Familias en construcción
Quizás la pregunta más indicada que menciona el especialista para entender este estudio sea la reflexión acerca de qué tipos de familias pueden constituirse como el mejor lugar para que habite un niño o una niña. Plantea que vivenciar la adopción como un acto de solidaridad también puede ser riesgoso tanto para las personas adoptadas como para las personas adoptantes. Por ello, es útil mantener ciertos cuidados en las prácticas profesionales, para ser conscientes de las propias concepciones asociadas a la adopción. Desde la psicología,
Donadel sostiene la importancia de prestar atención a las categorías que parecen estar presentes en el sentido común al momento de pensar la adopción y repensar cómo se construye ese vínculo de una familia para estas infancias.
“En el desarrollo del proceso de adopción, primero los adoptantes deben anotarse en el registro de adopción; luego, yo me vinculo con los que acceden a participar en la investigación cuando se genera el primer encuentro. Es una instancia bastante particular, ya que ninguna de las dos partes se conoce. Por lo tanto, es una forma que interpela bastante a los preconceptos que uno puede llegar a tener sobre la familia porque tiene instancias que son muy específicas de las familias por adopción y no hay momentos similares en otros tipos de familia. Es un momento donde un adulto va a conocer a su potencial hijo/a y donde un niño/a también va a conocer a su potencial familia, y es una instancia que atraviesa distintos estados emocionales particulares”.
Donadel explicó que no existen en psicología estudios científicos sobre adopción en el país ni en Latinoamérica. Foto: Prensa Conicet.
Sin estudios científicos
En relación con la existencia de registros científicos sobre esta temática, Donadel hace referencia a que son casi nulos los registros de estudios similares en el país e incluso en Latinoamérica, “Diría que son nulos en la disciplina de la psicología, en términos de investigaciones científicas empíricas; quizás donde hay más registros es a nivel de medios de comunicación. Por otro lado, en el momento de la sanción del matrimonio igualitario en el año 2010, hubo algunos estudios al respecto, pero donde más registros existen a nivel regional es en la disciplina del derecho, no así en la psicología científica que sigue amplios estándares de calidad para la generación y validación del conocimiento nuevo”, expresa,
El profesional considera interesante que, cuando se buscan datos científicos sobre adopción, hay mucha producción en Estados Unidos y en Europa, especialmente en Europa occidental, pero nuestro caso se parece más al de Europa del Este, como Rumania, que tienen algunas características que podríamos llegar a compartir, porque también los niños y niñas que llegan a situación de adoptabilidad han tenido experiencias marcadas por distintas formas de maltrato en la crianza, como estar expuestos a diversas formas de violencia directa o indirectamente. Por lo tanto, comenta, cuando los equipos que están interesados en profundizar y poder indagar por qué fracasan algunas vinculaciones en Argentina, buscan esas investigaciones, no alcanza, ya que son cosas diferentes, porque lo sociocultural, lo contextual, lo legal y lo social son tan distintos que no alcanzan a explicar lo que sucede aquí. Nuestro estudio es bastante pionero en ese sentido”.
Trabajo en equipo
El becario del Conicet menciona cómo su trabajo cotidiano se contradice con el imaginario de un investigador de un laboratorio con guardapolvo. “Trabajamos a nivel de integrar equipos del registro de adopción, que está en el marco de la Suprema Corte de Justicia, compartiendo con equipos también en esta inserción, que es una parte clave del trabajo. Nosotros no entendemos el trabajo de investigar, como equipo, desde una lógica extractivista de ir a sacar datos y llevarlos; por lo ético y por el tipo de trabajo, es como que no se puede hacer así. Por lo tanto, hay que insertarse en los equipos, lo cual lleva mucho tiempo y mucho trabajo, porque también implica trabajar en cosas que exceden a veces los propios objetivos de la investigación, complejizando no solo el lugar de trabajo, sino el tiempo para trabajar”, cuenta.
El profesional destaca el cambio que se produce en la vida de las familias cuando comienza el proceso de vinculación, por lo que asegura que se adapta a las disponibilidad de espacio y tiempo para poder hacer el trabajo. “Yo me adapto a los horarios y los lugares disponibles para cada situación, porque la verdad es que les cambia tanto la organización familiar que desde mi rol debo adaptarme para que la gestión del encuentro sea lo más sencilla que se pueda”, dice el especialista.
Gabriela Morelato, investigadora del Conicet y directora de tesis Donadel, destaca la importancia de esta investigación para las familias y para los profesionales que trabajan en los equipos de adopción. Aunque estos equipos están conformados por especialistas altamente capacitados, hay escasos estudios previos que aporten evidencia científica al proceso de acompañamiento de la adopción.
“La tesis de Franco es pionera en proporcionar datos significativos sobre el tema y en ofrecer respaldo a aspectos relacionados con la elección y continuidad de los procesos de adopción. Contar con evidencia científica fortalece y valida lo que los profesionales hacen con tanta experticia, en situaciones muy difíciles y de mucha adversidad debido a la complejidad de la temática.”
También reflexiona sobre la percepción a menudo un tanto distorsionada que existe en la sociedad respecto a la adopción y los procesos de vinculación. “Muchas personas tienden a idealizar la adopción, a considerándola principalmente como un acto de solidaridad, cuando en realidad su propósito central es proteger los derechos de niñas y niños vulnerados, es decir que han experimentado múltiples experiencias de maltrato y violencias, ofreciéndoles la posibilidad de crecer en un entorno familiar caracterizado por la protección, el afecto y la estabilidad, tal como lo establece el marco de derechos humanos y la protección integral de la infancia”.
Aporte social
Según Donadel el valor de este estudio para la sociedad se puede pensar desde distintas perspectivas. Desde una mirada individual para alguien que en algún momento decida constituir una familia por adopción porque así lo desee o por cuestiones de su propia historia no se lo permita de otro modo, esta investigación podría aportar muchos recursos para posicionarse incluso como adoptante y principalmente como profesional acompañante del proceso.
“Si me pongo ambicioso sería poder pensar en resolver este problema de muchos niños y niñas que llegan a la adolescencia sin una familia o teniendo solamente como modelo de familia a una que los ha vulnerado en sus derechos y les es muy difícil insertarse en una sociedad que se caracteriza más por la exclusión que por la integración en esos casos”.
Según el estudio en la actualidad hay vinculaciones adoptivas que fracasan porque algunos infantes no cumplen con las expectativas de las personas adoptantes. “El ejercicio de una parentalidad sana tiene que ver, entre otras cosas, con permitir que ese niño o niña pueda desarrollarse y crecer con una base segura y con libertad para poder ser quien quiera ser sin estar condicionado por las expectativas e ideales de las personas adultas que participan en la crianza.
Según el especialista las expectativas, los mandatos, las presiones socioculturales, los ideales que cada persona adoptante carga a veces operan a la vista de toda la gente. Sin embargo, siempre marcan decisiones, intenciones y caminos.
Donadel se interroga, “¿Cómo coexisten mandatos e ideales viejos en un mundo nuevo y distinto? ¿Cómo coexisten los deseos y expectativas propias de las personas adultas con niños y niñas que paso a paso desafían lo propio y lo establecido? Y se contesta: Coexisten en la actualidad, en una Argentina con una vanguardista legislación en materia de derechos y protección de las infancias y adolescencias con una gran cantidad de personas adultas que se quejan de la aparente ineficiencia de un sistema por el cual pretenden adoptar solamente a niños o niñas pequeños o bebés, sanos; sin historias previas. Son personas adultas que tienen devoción por los bebés pero rechazo y temor por los adolescentes, por sus historias, por sus marcas.
“Partiendo de esa realidad entonces sí, hay que repensar el modelo de adopción, hay que discutir las infancias (en plural) y poner sobre la mesa las responsabilidades y posibilidades de cada ciudadano/a y escuchar a cada niño, cada niña porque la salida para esta problemática que es social, es siempre colectiva, concluye Donadel.
Fuente: Prensa Conicet
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