Mendoza, una ciudad asentada sobre más de una decena de fallas sísmicas

Sociedad

“En primer lugar, debemos diferenciar lo que llamamos escalas de intensidad y escalas de magnitud. La escala de intensidad mide los efectos de un terremoto en el entorno, y se basa en las observaciones de los daños y las sacudidas percibidas por las personas, edificios y objetos en el área afectada. La escala más conocida para medir la intensidad es la Escala de Mercalli. Por otro lado, la escala de magnitud mide la energía liberada por un terremoto en su epicentro. La escala más utilizada para medir la magnitud es la Escala de Richter”, afirmó el docente. Otras escalas de magnitud incluyen la Escala de Momento Sísmico y la Escala de Magnitud de Duración.

Además, el docente de la cátedra de Geología Tectónica señaló que “las escalas de intensidad y de magnitud son dos formas distintas de medir el tamaño y la fuerza de un sismo. Actualmente, en la provincia de Mendoza se está utilizando esta escala de Mercalli modificada, la cual está actualizada en todo el mundo. Está nos permite medir la intensidad de los daños que el sismo produjo. No obstante, también se aplica y se complementa la escala de Richter para medir la magnitud del evento”.

“Es importante destacar que la escala de Richter no es una medida directa que indica los efectos del terremoto, sino que mide la energía liberada en el epicentro del sismo. Esto es bueno aclararlo porque muchos medios confunden intensidad con magnitud a la hora de mencionar los efectos de un terremoto. Debemos aclarar que los sismos dependen de muchos factores, como la distancia del epicentro, la profundidad del sismo, la geología local y la construcción de las estructuras cercanas”, continuó Mescua.

En resumen, mientras que la escala de intensidad mide los efectos y daños causados por un terremoto en un área determinada, la escala de magnitud mide la energía liberada en el epicentro del terremoto. Ambas escalas son importantes para entender la magnitud y el impacto de un sismo.

Diferencia entre escalas de intensidad y de magnitud

Las escalas de intensidad y magnitud son dos formas diferentes de medir los terremotos. A continuación, te contamos sus diferencias y para qué se utilizan:

• Origen de la escala de intensidad (Mercalli)

La escala de Mercalli es una escala de intensidad sísmica, creada por el sismólogo italiano Giuseppe Mercalli en 1902. La escala de Mercalli se basa en la observación de los efectos del terremoto en las estructuras y el medio ambiente, en lugar de en mediciones instrumentales como la escala de Richter. La escala de Mercalli es una escala de 12 grados que describe los efectos que un terremoto produce en las personas, las estructuras y el medio ambiente. Actualmente, la provincia está utilizando como medición una escala de Mercalli modificada.

• Origen de la escala de magnitud (Richter)

La escala de Richter es una escala de magnitud logarítmica desarrollada en 1935 por el sismólogo estadounidense Charles Richter para medir la magnitud de un terremoto, es decir, la cantidad de energía liberada durante el sismo. Esta escala se utiliza para medir la amplitud máxima de las ondas sísmicas registradas por los sismómetros, que se relaciona con la energía liberada en el epicentro del sismo. La escala de Richter es abierta, no necesariamente va de va de 1 hasta 10, aunque en la práctica los terremotos más grandes han superado la magnitud 9. La la escala de Richter o de magnitud no tiene tope, por lo que la enregía liberada podría ser incluso mayor.

Actualmente, la escala de Richter ha sido reemplazada en gran medida por la escala de magnitud de momento, que es una medida más precisa de la energía liberada durante un terremoto. Sin embargo, la escala de Richter sigue siendo ampliamente utilizada en la divulgación pública de información sobre terremotos debido a su amplia difusión y comprensibilidad.

¿Es factible el sistema de alerta sísmica en Mendoza?

Toda aquella personas que ha viajado a Chile sabe que este país cuenta con un sistema de alerta -el cual llega a través de los celulares- cada vez que se produce un sismo. La pregunta es si la provincia de Mendoza podría adoptar este sistema y si es factible o necesaria su implementación.

Según Mescua, esta implementación de sistemas de alertas no tiene ningún sentido en Mendoza, ya que “las fallas más peligrosas están alrededor del Gran Mendoza, por lo que no habría prácticamente tiempo de emitir la alerta. Las alertas funcionan en un país como Chile -o México- porque el territorio sísmico es amplio y no está focalizado en una región puntual”.

“Mi opinión personal es no trabajar tanto en las alertas, sino puntualizar en la prevención de los eventos sísmicos. Por lo tanto, lo que podemos hacer es prepararnos para el sismo, el cual en algún momento va a llegar. Debemos tener una preparación previa; establecer un plan de prevención sísmica para el lugar; ubicar y señalizar zonas seguras o libres de riesgo; designar responsables para cortar los servicios de agua, gas, luz y otros suministros; disponer de luces de emergencias, linternas y radio a transistores; o establecer un plan de emergencia familiar, entre otras acciones”, señaló Mescua.

¿Cuántos sismógrafos hay en la provincia?

Para medir un sismo, se utilizan instrumentos llamados sismómetros, que miden las vibraciones producidas por el sismo. Estos instrumentos pueden estar ubicados en la superficie terrestre o en pozos profundos, y registran la amplitud y la duración de las ondas sísmicas. A partir de estos datos, se calcula la magnitud del sismo utilizando la escala de Richter o la escala de magnitud de momento.

En este caso, la provincia -según el Instituto Nacional De Prevención Sísmica (Inpres)- cuenta con seis estaciones sismográficas. Seis menos que la provincia de San Juan y tan solo dos más que la provincia de La Rioja.

De esta forma, Mescua afirma que estas estaciones sismográficas no son muchas pero que permiten trabajar en las localizaciones rápidas de los eventos sísmicos. “La verdad es que la provincia de Mendoza no tiene gran cantidad de estaciones sismográficas y de sismógrafos. No obstante, las que desempeñan esta función trabajan de buena forma en una red interconectada, lo que permite que las localizaciones sean rápidas y automáticas.