Erotizar el cuidado: cómo hacer que el preservativo sea parte del momento y no una interrupción
En los últimos años, la tasa de sífilis y otras ITS ha ido en aumento, pero falta concientizar y enseñar el uso del preservativo como único método de barrera y prevención de la transmisión. Contra la cultura de la inmediatez, creatividad, responsabilidad afectiva, diálogo y consentimiento.
Erotizar el cuidado para incorporar el uso del preservativo en todas las relaciones sexuales. Foto: Pexels
A pesar de que circula información sobre riesgos y cuidados en las relaciones sexuales –cualquiera de ellas–, el país registra un aumento en la tasa de sífilis y otras infecciones de transmisión sexual (ITS). El uso correcto del preservativo es indispensable para prevenir la transmisión, pero hay personas que todavía se resisten y consideran que la prevención es secundaria frente al placer. Sin embargo, el erotismo y el cuidado pueden converger y es lo ideal que así sea.
Al respecto reflexionaron María Emilia Marín –educadora sexual y diplomada en ESI– y Germán Gregorio Morassutti –psicólogo y sexólogo–. ¿Cómo incluir los cuidados en el encuentro sexual? En general, aseguran, la gente relaciona este término con la prevención de embarazos no intencionados y no de ITS que pueden afectar la salud a largo plazo.
Como hay tratamientos disponibles contra el VIH, la sífilis, el VPH, etc., las personas suelen preocuparse exclusivamente por la anticoncepción para evitar embarazos, y no por la profilaxis. Esto deja un riesgo inminente porque, hasta el momento, la única forma efectiva de prevenir la transmisión de infecciones es usar el preservativo durante toda la relación sexual. El desafío parece ser incorporarlo como parte del encuentro sin interrumpir el momento, es decir, erotizar el cuidado.
La educadora y el sexólogo hicieron sus aportes y, sin ponerse de acuerdo de antemano, mencionaron una palabra clave: consentimiento. Un sí rotundo frente a ciertas situaciones, afirmó Marín. Tratar las condiciones, qué se va a hacer y qué no, aportó Gregorio.
El uso y la colocación de preservativo se enseña en la ESI a partir del nivel secundario. Fotograma de "Sex Education", la serie de Netflix que estrena su cuarta temporada
“El grave error de la sexualidad hoy tiene que ver con que se habla poco previamente a un encuentro sexual. Es importante hablar de cosas en general, de placer, de disfrute, de qué le gusta a cada persona, pero se va directamente al encuentro y, en esa poca palabra, tampoco hay pactos en cuanto a la forma de cuidarse”, explicó el sexólogo.
Agregó que la falta de uso del preservativo es un problema que tiene que ver con distintos factores: sentir que interrumpe el encuentro, falsas creencias de que las ITS son visibles, relajación cuando hay un vínculo de mayor confianza. También se suele argumentar una pérdida de sensibilidad, que es real pero secundaria frente a la pérdida de salubridad, reflexionó la educadora en ESI: “Hay que poner en la balanza si tengo razón de no utilizarlo”.
El sexólogo remarcó que la baja en la erección no tiene que ver con el método, sino con la pausa en la estimulación al momento de la colocación, ya que, al ser una funda de látex y tener ese elástico en la parte final, sirve para que la erección se mantenga. Por eso recomiendan tenerlo al alcance para que sea de acceso rápido, incorporarlo dentro del juego sexual, practicar usarlo durante las masturbaciones y naturalizarlo para no interrumpir el encuentro.
“La creatividad en la sexualidad es un elemento que muchas personas olvidan –sostuvo Marín–. Esto es libre, no hay una receta en particular (...) hay que hacer algún tipo de juego”, sexo oral, masturbación, estimulación de los cinco sentidos. “La realidad no acompaña, porque la cultura de la inmediatez exige que todo salga rápido y bien(...) La fases de la respuesta sexual humana son cinco y siempre queremos llegar a la cuarta de inmediato”, puntualizó.
#CondomDance en Sex Education
El rol de la ESI
En este sentido, Emilia Marín explicó que la Educación Sexual Integral es clave para trabajar la responsabilidad afectiva, necesaria para entender que las mujeres –y todas las personas con vulva– están en desigualdad de condiciones porque no tienen a su alcance un método de barrera. El preservativo que es de fácil acceso es para los varones –y todas las personas con pene– y tienen que tener, tanto o más que las mujeres, conciencia de que es un dispositivo necesario para cuidar la salud.
Esta explicación se complementa con lo que Germán Gregorio Morassutti agrega sobre los géneros. Dentro de los sistemas familiares, las mujeres cumplen el rol de agentes de salud: hacen una visita ginecológica anual, tienen más frecuencia de contacto médico, piden turnos, llevan a hijos e hijas a controles, etc. Los varones, en cambio, cuando dejan de ser acompañados a consultas pediátricas, en general, dejan de consultar al sistema de salud hasta los cuarenta años, aproximadamente, cuando empiezan con algunos problemas generalizados, más avanzados, producto de años de descuido.
Hablar es la clave para conocerse y conocer. Fotograma de "Sex Education"
“Tiene que ver con un tema de género y de ejercicio de masculinidad: los varones tratan de sostener la potencia todo el tiempo, creen que no les va a pasar nada, que ningún síntoma los va a derribar. Necesitan estar muy mal para acercarse a la consulta médica, no hacen prevención”, explicó el sexólogo.
Aquí radica la importancia de educarlos en el cuidado, en la modificación de esa masculinidad, en la responsabilidad afectiva. Se trata de concientizar a las personas que participan de una relación sexual de que el cuidado es compartido y el preservativo es necesario para prevenir la transmisión de ITS, que pueden traer problemas de salud complejos, pero también evitables.
Preservativo siempre
El preservativo es el único método de barrera que la comunidad científica propone para reducir al mínimo las probabilidades de una infección de transmisión sexual, con el 96 % de efectividad. Esto significa que previene embarazos no intencionados, pero, sobre todo, previene la transmisión de todas las ITS, sea VIH, sífilis, VPH, gonorrea o cualquier otra. Su utilización, importancia y colocación –explicó la educadora sexual– se enseña en ESI a partir del nivel secundario, aunque en el buzón de preguntas anónimas, estudiantes de sexto y séptimo de primaria ya preguntan al respecto.
El principal, de uso más extendido y acceso fácil y hasta gratuito, es el preservativo para penes –externo, conocido como masculino–. Lo fabrican de diferentes tamaños, texturas y sabores. En Argentina se consigue de manera gratuita en cualquier centro de salud y se compra en farmacias y kioscos.
El preservativo externo, para vulvas, no se consigue en los circuitos comerciales de Argentina. Fotograma de "Sex Education"
Sin embargo, también existe el preservativo para vulvas –interno, conocido como femenino–, aunque no circula ni está disponible como el otro. Hasta ahora, solo ha ingresado en programas especiales y es muy difícil conseguirlo. Es diferente: se trata de una especie de bolsa cilíndrica de nitrilo, un plástico suave, que tiene dos aros en sus extremos: uno cerrado –con el mismo material– que va adentro; el otro abierto, que queda por fuera y recubre también parte de la vulva y del ano. Se puede colocar hasta ocho horas antes.
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