Usted ha dicho en varias oportunidades que el capitalismo está destrozando el medioambiente, ¿por qué habla de guerra por el agua?

América Latina tiene entre el 40 y 42 por ciento del agua dulce del mundo y tenemos sólo el 7 por ciento de la población mundial. Por otro lado hay poblaciones de África, de Asia y de Estados Unidos que no tienen agua. El Sudoeste Norteamericano, donde están dos de las más grandes ciudades, que son San Diego y Los Ángeles, es una zona que se ha desertificado aceleradamente porque han mal utilizado el gran Río Colorado, que fue un río fenomenal, pero sin embargo hay épocas en las que ni siquiera llega a desaguar al Pacífico, se lo tragan las tierras arenosas y parece un pequeño arroyito. Entonces el tema del agua es un tema de enorme gravedad. Se habla mucho de una serie de países que están sufriendo el llamado “estrés hídrico”, es decir que tienen que conseguir agua en condiciones muy difíciles, en algunos casos buscarla a 20 o 30 kilómetros de distancia. Esto en África y Asia es muy común.

En ese sentido, ¿cuál es el único recurso sin el cual no hay vida en el planeta Tierra? No es el petróleo; si vos no tenés agua, no tenés viabilidad. América Latina tiene casi la mitad del agua del planeta Tierra. Las grandes guerras del mundo van a estar causadas por el acceso al agua.

¿Cómo ve a Argentina parada frente a este tema, especialmente por la importancia que le da a la megaminería?

La Argentina tiene potencialmente condiciones favorables, pero se requiere de una política para el agua que me parece que todavía no tenemos y que está eclipsada porque se privilegia muchísimo el tema de la megaminería o la energía. Entiendo que son temas muy importantes, pero lo más importante debe ser el agua. Hay algunos cálculos que son muy ilustrativos. Aproximadamente el 70 por ciento del agua dulce del planeta se destina a la agricultura, que es una actividad donde tenés cada vez menos campesinos y cada vez más empresas capitalistas, que tratan de utilizar el agua a todo trapo, a como dé lugar, a los efectos de potenciar el rendimiento de sus cultivos. Cuando se sumen la agricultura y la minería, la gente no va a tener agua para tomar. Y esto lo que los norteamericanos ya están pensando, preventivamente, diciendo que, sobre todo, a partir de que nos internemos más en este siglo XXI la gran mayoría de las guerras ya no van a ser por el petróleo, sino por el agua.

Es decir que habría, desde el Estado argentino, replantear el tema de las leyes impulsadas por Carlos Menem a favor de las mineras..

Sí, porque se privilegia totalmente la explotación minera. El tema del fracking (fractura petrolera para extraer hiodrocarburo no convencional) es muy grave porque, por ejemplo, en el Estado de Nueva Jersey y en California lo han prohibido. Por más cuidado que tengan, se les escapa parte de los líquidos que introducen en las cañerías para romper las rocas hacia las napas de agua potable. Ellos en Nueva Jersey tenían una legislación tolerante, pero salieron varios estudios en los últimos años, no quisieron saber nada más y prohibieron que el agua que venía del fracking del Estado de Pensilvania se la tiraran a ellos. Nosotros no prohibimos el fracking porque la privatización del petróleo en Argentina tuvo un resultado desastroso. La privatización significó que no hubiera más proyectos de prospección.

Cuando hablamos de América Latina ¿podemos hablar de un bloque homogéneo?

América Latina es un mosaico que tiene por lo menos cuatro tipos de regímenes sociopolíticos y su unidad está condicionada por esta realidad tan diferente. Tenés un gobierno revolucionario consolidado que es Cuba; tenés varios gobiernos revolucionarios en avance hacia el socialismo que son Venezuela, Bolivia, Ecuador y en cierta medida Nicaragua; después tenés gobiernos progresistas o de centroizquierda como son Argentina, Brasil y Uruguay, y tenés gobiernos abiertamente conservadores. Entre ellos están México, Colombia, Perú y Chile.

¿Y Bachelet?

La gestión de Michelle Bachelet no se distinguió de los gobiernos conservadores que la precedieron, fue un conservadurismo en envase del partido socialista. El gobierno de Bachelet sí tuvo algunos gestos importantes que hay que reconocer: en 2008, cuando vino la amenaza de golpe contra Evo Morales, ella se movió con rapidez, pero son regímenes que no simpatizan demasiado con los gobiernos bolivarianos. Vamos a ver cómo sigue, hay un gran desafío por delante. A pesar de las diferencias entre los países latinoamericanos, hay una conciencia de las amenazas que tenemos, especialmente por el papel que está jugando Estados Unidos en la región, que tiene que ver con la escalada del gasto militar o con una política muy depredatoria del medio ambiente. Me parece que, en la medida en que haya una conciencia de estos problemas en la Unasur, podrán resistir.

¿La desaparición física de Chávez y de Néstor Kirchner atentó contra la Unasur?

Fueron dos golpes muy fuertes. Y ahora fijate que en la Unasur el secretario general ya ha cumplido su mandato y hay que buscar el reemplazante. Jorge Taiana es un buen candidato, pero el Gobierno argentino no ha manifestado si lo apoya o no. Acá empiezan a tallar cuestiones de internas. Creo que el Gobierno debería avanzar en la designación de Taiana como nuevo secretario general de la Unasur, pero en la Casa Rosada hay mucho internismo.

Desde algunos sectores de la izquierda argentina se habla de un giro a la derecha del Gobierno argentino, especialmente por la designación de Milani como jefe del Ejército o por el acuerdo con Repsol, ¿qué piensa al respecto?

Yo creo que ha habido una serie de decisiones desarcertadas. Creo que lo de Milani ha sido un error incomprensible, que tal vez haya alguna explicación. Creo que el tema de Repsol es un poco el precio que el Gobierno está pagando por haber desatendido algunos problemas durante mucho tiempo. Le permitieron a Repsol vaciar YPF y ahora, por una situación muy precaria por el tema del dólar, no tienen más remedio que acudir a fuentes externas. Pagar lo que se va a pagar por Repsol es absurdo, porque en el momento en el que se produjo la toma del paquete mayoritario de la empresa, esa empresa no tenía mucho valor. En ese sentido hay un retroceso.

¿Cómo debería Argentina enfrentar la escasez de dólares?

En Argentina, los grandes recursos están en manos de las petroleras, las mineras y la agricultura. Como faltan los dólares y Argentina los necesita para comprar insumos, el país se los tiene que pedir prestado a estas empresas a cambio de hacer lo que ellos quieran. Perón tomó dólares que entraban por la exportación y así favoreció la industrialización del país. Es muy importante que Argentina también resuelva el tema de la reforma tributaria, que es muy regresiva, y que libre una fuerte batalla contra la inflación.

Lo llevo a un tema de actualidad local, ¿qué opina de los linchamientos contra personas que roban, ocurridos en distintas ciudades argentinas?

Son claramente justicia por mano propia. Los condeno absolutamente. Son, como dijo el juez de la Corte Eugenio Zaffaroni, homicidios agravados, porque son varios quienes lo comenten. Muchos justifican este accionar diciendo que en Argentina el problema es la ausencia del Estado y esto no es cierto, porque el Estado se expandió cada vez más. La pregunta que hay que hacerse es por qué la policía no llega a tiempo y cuál es el papel que juega en temas como el narcotráfico.

Honoris Causa otorgado por la UNCUYO

“Me honra, estoy orgulloso y me da mucha alegría recibir este reconocimiento de una Casa de Estudios de donde surgieron dos grandes pensadores contemporáneos, como son Arturo Roig y Enrique Dusell”, aseguró Borón al referirse al reconocimiento que recibió este jueves 3 de abril al mediodía en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Se trata del máximo reconocimiento que otorga la Universidad Nacional de Cuyo.

Atilio Borón nació en Buenos Aires y obtuvo el título de Licenciado en Sociología de la Universidad Católica Argentina. También es Magíster en Ciencia Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y Doctor en Ciencia Política de la Universidad de Harvard.

Actualmente es investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET); profesor titular de Teoría Política y Social en la carrera de Ciencias Políticas de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales del Centro Cultural de la Cooperación.

Se desempeñó como secretario ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en el departamento de Ciencia Política del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston y en la Universidad de California, entre otros puestos.

En La Caja

Una entrevista imperdible. Señal U pondrá al aire el próximo miércoles a las 22 el segundo programa de la segunda temporada del programa En La Caja, que conduce Natalia Bulacio, y el entrevistado será Atilio Borón. Un recorrido por su estrecho vínculo con el fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez, el papel de los intelectuales, su mirada de Latinoamérica, los Estados Unidos y la actualidad local estarán en la agenda. Para no levantarse ni cambiar de canal.