El 22 de agosto se dictó el "Curso Taller: Enseñar ciencia con humor" en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. La encargada de dictarlo fue la doctora Mónica Guitart, a quien entrevistamos para conocer más acerca de esta forma de enseñanza que utiliza el humor como medio para transferir contenidos y mejorar la atención y el aprendizaje en clase.

Guitart comenzó su carrera como profesora de Matemática, Física y Cosmografía, luego hizo la licenciatura en Matemática, un posgrado en Docencia Universitaria y finalmente el doctorado en Enseñanza en Estadística. Tras unos veinte años enseñando en colegios secundarios, actualmente es docente de Estadística en la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO.  

“Cuando empecé a trabajar con el humor, haciendo un chiste o inventando una historia que incluyera el concepto que yo quería enseñar, era inconsciente de lo que hacía. Luego vi que pasaba el tiempo y los chicos se acordaban de los chistes y además recordaban los conceptos asociados. Eso me llevó a pensar que había encontrado algo muy interesante que había que formalizar”, confiesa.

Esta inquietud se convirtió en el tema de su tesis doctoral, un trabajo de investigación sobre cómo implementar el humor en las clases de Estadística. “Tuve muchos problemas a la hora de defender mi tema de tesis. A muchos les parece que el humor no es algo que pueda investigarse, cuando en realidad hay que estudiar muchísimo para saber algo del humor”, explica la doctora. “La primera pregunta que uno enfrenta a la hora de encarar el estudio del humor es, precisamente, ¿qué es el humor? Sin dudas es un concepto difícil de definir, pero se pueden analizar los aspectos que involucra”, revela.

Según explicó, el humor tiene un aspecto cognitivo, ya que está muy relacionado con el desarrollo de la inteligencia. También presenta un aspecto emocional, porque está asociado al estado emocional de las personas; un aspecto social, por ser un fenómeno fundamentalmente social, y aspectos psicofisiológicos, porque produce cambios en la función cerebral.

A raíz de su estudio, Guitart comenzó a encontrar diferentes técnicas para aplicar en las clases. Algunas son útiles para captar y mantener la atención y otras, para introducir o reforzar los conceptos. “Hay gente que es especialista en humor gráfico y que no usa el humor oral. Por el tipo de clase que doy, uso mucho más el oral, aunque en mis apuntes hay chistes gráficos que les permiten a los chicos hacer un cierre de la teoría vista en clase”, detalla Mónica.
 

Los beneficios del humor en la educación

La búsqueda de Guitart ha mostrado que el humor en el aula puede mejorar los procesos cognitivos de transferencia, comprensión y retención de conceptos teóricos, además de mejorar la actitud frente al aprendizaje y al docente, y el rendimiento de los alumnos. “El humor conecta los dos hemisferios del cerebro y aumenta hasta el 80 % la capacidad de aprendizaje, según lo que se ha visto a través de estudios con tomografía. Además, el humor tiene características adictivas, ya que trabaja en el sistema de recompensas del cuerpo aumentando los niveles de serotonina, lo que eleva la capacidad de trabajo y hace que el ambiente sea más agradable. De esta manera, tiene un efecto motivador que abre el camino al aprendizaje”, explica la especialista.

En conclusión, Guitart está convencida de que “a través del humor se generan creatividad, emoción, un montón de cosas que no suelen ocurrir comúnmente en un aula. Siempre digo que es una forma subversiva de comunicar, porque ‘te tira una bomba’ en la cabeza, sin quitar rigor científico a los contenidos”.

Por Guido Prieto, becario de Prensa de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.