Este 40.º aniversario del golpe cívico-militar no se parecerá a ningún otro para María Assof de Domínguez (84), la referente de Abuelas de Plaza de Mayo en Mendoza. Es el primero que pasará con su nieta Claudia, a la que recuperó en 2015, después de 37 años de buscarla. Mientras se prepara para asistir a uno de los actos por la Semana de la Memoria, María contó que encontrar a su nieta fue igual a revivir y que por eso transita con emoción este nuevo aniversario del golpe cívico-militar.

Desde aquel día de septiembre de 2015, cuando se comunicó con ella la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y le comunicó que habían encontrado a su nieta, la 117, la vida de María se transformó. Confesó que el dolor de no tener a su hijo sigue intacto, pero que encontrar a Claudia fue un remanso y la posibilidad de encontrarse, de alguna manera, con él.

La realidad de María y de su esposo, Osiris Domínguez, cambió para siempre el 9 de diciembre de 1977. Ese día secuestraron en su casa de Godoy Cruz a su hijo Walter y a la esposa de éste, Gladys Castro, que estaba embarazada de seis meses.

Desde ese momento, María abandonó su vida de ama de casa y salió a buscarlos sin saber por dónde empezar. Con los años se  transformó en la referente de Abuelas de Plaza de Mayo en Mendoza. Ahora, María comparte la emoción que siente por vivir un nuevo aniversario del golpe, con el mismo dolor de siempre, pero con un signo de esperanza: su nieta Claudia.

Aunque desde el momento que confirmaron el ADN tanto la familia de María como la de la otra abuela, Angelina Catterino, se reunieron muchas veces con Claudia, la mujer de 84 años dice que aún les quedan muchas historias por contar y por escuchar. María reconoció en su nieta Claudia la misma personalidad de su mamá, Gladys, extrovertida y alegre, ya que asegura que su hijo era más callado. Cada día descubre algún gesto en su nieta que le hace acordar a su hijo o a su nuera.

Este aniversario del golpe será distinto para María Assof de Domínguez. Ella dice que el dolor por la pérdida no pasa, pero que encontrar a su nieta fue igual a revivir.