En un mar de incertidumbre, ¿quiénes ganan con la inflación?
No paramos de hablar del dólar, de los precios y de un horizonte cada vez más complicado. Buscamos voces de economistas para que nos den su punto de vista y conocer si alguien saca provecho de esta crisis.
¿Quiénes obtienen réditos con la escalada de precios? Imagen: freepik.es
Hoy, en Argentina, no resulta extraño escuchar una conversación sobre el nivel de reservas que hay en el Banco Central en la fila del súper o en la farmacia. Las variables económicas que en otras partes del mundo son patrimonio exclusivo de especialistas forman parte de nuestro día a día y parece no haber semana en la que números y porcentajes no copen la agenda mediática. No paramos de hablar de precios y, en ese marco, hay una pregunta que ronda en algunas de esas charlas, donde la incertidumbre es el hilo conductor: ¿quién gana con la inflación?
Empezaremos por una respuesta obvia. Si hubiera que armar dos columnas, una con perdedores y otra con ganadores, la primera sería colosalmente más grande. Desde febrero, la inflación interanual supera el 100%. Las temidas tres cifras prendieron todas las alarmas y para cuando se conozcan los índices de abril, el mayor temor es que la suba mensual alcance las dos cifras y se ubique en torno al 10%. No hace falta aclararlo, es un escenario muy complejo.
Rodrigo González, economista de Fundación Ideal, aproximó una respuesta para saber si hay ganadores con la escalada de precios. “Yo dividiría la respuesta. En el mediano y largo plazo, no gana nadie. Por eso, son contados con los dedos de una mano los países del mundo que tienen problemas inflacionarios, porque se han dado cuenta de que a la larga pierden todos. Dicho esto, en el corto plazo, la inflación es un impuesto. O sea, el que gana es el que está recaudando ese impuesto, que es el Estado. Esto le permite licuar sus gastos, sus gastos de jubilaciones, sus gastos de salario; le permite licuar parte de sus deudas también, dado que una parte de la deuda está a una tasa fija”, detalló el especialista.
Por su parte, la economista Belén Paz, quien trabaja como asistente técnica en el Área de Políticas Públicas del Instituto de Trabajo y Producción de la UNCUYO, también nos remarcó que es importante dividir en el corto y mediano plazo, aunque aclaró que “nadie gana con procesos inflacionarios”, sobre todo tan extendidos en el tiempo.
Para Paz, “se podría pensar que aquellas personas que tienen deuda en pesos podrían ser beneficiarias de procesos inflacionarios, ya que se licúa su deuda en pesos. También serían, por ejemplo, aquellas personas que tienen bienes. El peso es el que está yendo para atrás y vale cada vez menos, por lo que vale más cualquier otro bien. Entonces, aquellas personas que tengan bienes, como un auto, un terreno, una casa, incluso si tienen comida almacenada, le ganarían a la inflación. Pensando en esto, en que esos bienes conservan su valor y lo único que está perdiendo es el peso en un contexto inflacionario, lo que termina sucediendo es que todos quieren desprenderse de esos pesos”.
En tanto, José Vargas, de la consultora Evaluecon, también ubicó al Estado entre el lote de ganadores: “Gana todo lo que recauda a través de IVA. Fundamentalmente, tiene que ver con el crecimiento de la recaudación, con el impuesto inflacionario. Por otro lado, gana porque toda la deuda que emite el Gobierno nacional es en pesos y la inflación la licúa, y, por el otro lado, también licúa gasto público -salarios, jubilaciones- con lo cual es uno de los beneficiarios de los altos niveles de inflación”.
La inflación en el último año
“Cuatro vivos”
Desde 2020, la vicepresidenta Cristina Fernández ha utilizado y repetido la frase “cuatro vivos que se están llevando el crecimiento económico". Sergio Massa, el ministro de Economía, utilizó la misma frase, recientemente, tras la última disparada del dólar, cuando el “blue” dejó sin aire a medio país mientras coqueteaba con el billete de 500 pesos.
No es fácil identificar quiénes son los “vivos”. El economista Vargas habla de "especuladores" y los define como aquellos que, “por las dudas", remarcan permanentemente. "Como la población de consumidores no tiene una referencia de qué es caro y qué es barato, terminan remarcando de más. Entonces, tienen una ventaja adicional por la especulación”, destacó.
Federico Zirulnik es economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO). Esta semana pasó por el programa #ChatPolítico, que emite Señal U y se refirió a quiénes obtienen rédito de la escalda de precios. “Sin dudas, un proceso inflacionario como el que atravesamos hace que los precios relativos se rompan. ¿Qué son los precios relativos? Son las relaciones de precios históricas que uno puede encontrar en la economía. Por ejemplo, decir que un par de zapatillas vale tantos paquetes de fideos. Entonces, los sectores que tienen mayor poder para remarcar precios se encuentran más protegidos, son los que puede llegar a sacar más provecho”.
En tanto, Mariana Iza, economista del Centro de Investigaciones de Economía Crítica, también identificó a las empresas que ocupan un lugar dominante en el mercado del lado de los ganadores. “Podemos mencionar a las grandes empresas oligopólicas que hay en la Argentina, como lo son las del sector de alimentos, como las que han tenido grandes aumentos y saltos, sobre todo en este año”, dijo a Unidiversidad la economista que también se desempeña en cargos técnicos en la UNCUYO. Asimismo, también remarcó que “el mercado financiero” también gana “ajustando sus tasas de interés”.
Entonces, ¿son las grandes empresas las que se “avivan” con la inflación? Para Rodrigo González, de Ideal,esto hay que matizarlo y lo explica así: “A nivel de empresas también tenés un problema gravísimo en términos inflacionarios, no te permite planificar, no te permite proyectar una inversión. Dentro de lo que es el entramado de empresas, las más perjudicadas son las pymes, que tienen menos poder de negociación para pelear por sus precios. Tampoco es que las empresas grandes saquen gran provecho, sino que tal vez pueden ir jugando con la inflación y actualizando sus precios a un nivel más acelerado o con más poder de mercado”.
Quien depositó pesos, recibirá incertidumbre
En el amplísimo lote de perdedores, José Vargas ubicó a los ahorristas en pesos y agregó “a quienes están posicionados en pesos o no tienen ningún tipo de tasa de interés o tienen un interés más bajo que la inflación, que son casi todas las inversiones en pesos en la Argentina, también a quienes tienen los ahorros en pesos en el colchón y, fundamentalmente, el asalariado común”.
El economista de Evaluecon introduce a esa enorme masa de trabajadores y trabajadoras que cobran en pesos, la gran mayoría, por debajo de la Canasta Básica. Al 20 de abril pasado, el valor de una Canasta Básica Total (para dos personas adultas y tres menores), según el Indec, fue de 191.228 pesos.
Ahora bien, esa enorme masa de asalariados y asalariadas se puede dimensionar. Según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, a febrero de 2023, “se contabilizan alrededor de 6,3 millones trabajadoras y trabajadores con empleo formal, un 0,4% más que en el máximo anterior de diciembre de 2017 y un 1,4% más que en diciembre de 2015”.
El dato positivo de la cartera laboral pierde entusiasmo con los salarios alicaídos y pierde mucho más cuando se considera al mercado informal.
“Entre los más perjudicados están todos aquellos que tienen bajo poder de negociación para con sus ingresos, los trabajadores, principalmente aquellos trabajadores que están en negro y que no tienen paritarias o un gremio que los defienda como para ir acompañando”, destacó Rodrigo González.
Y claro, también pierden notoriamente jubilados y jubiladas. Ya no es noticia que los ajustes por la inflación pasada no alcanzan.
En conclusión, nadie gana con la inflación. Para Belén Paz, “con la incertidumbre que se genera y el desequilibrio que hay en los precios relativos, llega un momento en que no se puede planificar, no se sabe qué es barato, no se sabe qué es caro, desincentiva la inversión. Entonces, me parece que llega un momento en el que, realmente, a nadie le conviene y es una situación en la que, en realidad, uno empieza a ver quién puede cubrirse y verse un poquito menos afectado. A la larga, para mí, a todos los agentes de la economía les afecta la inflación en términos de incertidumbre, más allá del aumento puntual de los precios”.
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