Está en marcha la COP29. Oficialmente, se llama Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Este año se realiza en Bakú, la capital de Azerbaiyán, donde los países tratarán de establecer un nuevo objetivo anual de financiación para enfrentar el cambio climático. Hasta ese país ubicado en el centro de Eurasia viajó una pequeña delegación en representación de Argentina, que, tras una concisa declaración, abandonó las mesas de negociación.

Uno de los objetivos principales de la COP29 es llegar a un acuerdo para superar el compromiso de financiamiento para intentar frenar el calentamiento global (que genera el cambio climático). La meta es sustituir el compromiso de 100.000 millones de dólares establecido en 2009, que expira a finales de año. “Dejemos de lado la idea de que la financiación contra el cambio climático es caridad”, dijo Simon Stiell, secretario ejecutivo de Cambio Climático de la ONU, en la inauguración de la COP29.

La delegación argentina hizo una presentación tras la inauguración, donde dejó en claro que su postura ante este tipo de convenciones globales ha cambiado.

Los principales puntos de la postura oficial nacional son que, por un lado, Argentina rechaza “cualquier intento de imposición de obligaciones que atenten" contra las necesidades económicas del país. Asimismo, indicó: “La cuestión climática debe ceñirse a los avances científicos basados en la evidencia sólida, sin dogmatismos de ninguna índole”.

“A pesar de representar solo el 0,9% de las emisiones globales, la Argentina ha demostrado un compromiso superior al buscar reducir más que proporcionalmente sus emisiones. En esta línea, destacamos que nuestro país, dados sus recursos naturales y humanos, tiene el potencial de ser proveedor de servicios y productos para la descarbonización global”, fue parte del texto que leyó la delegación argentina, enviada en medio de los cambios en Cancillería, donde ahora el titular es Gerardo Werthein, que reemplazó a Diana Mondino.

En tanto, y en consonancia con lo expresado por el presidente Javier Milei en septiembre pasado en la Asamblea General de la ONU, la presentación oficial subrayó: “Consideramos que el multilateralismo nos puede ayudar a alcanzar importantes logros, pero no debe volverse un instrumento que limite las libertades y vulnere la soberanía nacional”. Por último, añadió: “La República Argentina rechaza la imposición de regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy cuestionan”.

La Conferencia de las Partes (COP) es el principal foro para definir las políticas climáticas globales. Foto: Prensa ONU

Retirada

La comitiva argentina llegó, como se mencionó, en medio de los reacomodamientos en Cancillería. Arribó conformada por funcionarios de Cancillería y de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes. En Bakú, la misión era participar en dos grupos de negociación: por un lado, el Grupo Sur, que incluye a Uruguay, Brasil, Ecuador, Paraguay y Argentina; por otro lado, en el G77 más China (que alberga a los países en desarrollo).

Sin embargo, la decisión del Ejecutivo nacional fue que Argentina no participe de estas negociaciones.

Según publicó el diario Clarín, la delegación nacional iba a remitirse a la presentación realizada y el escaso personal técnico que llegó a Bakú estaba destinado a capacitarse, “porque a fin de año hay que presentar el Informe de Transparencia e iban a tomar unas capacitaciones para ver cómo llevar a cabo este trabajo". En ese sentido, la información recolectada destacó: “Los equipos técnicos van a ilustrarse sobre el modo de llevar a cabo estos informes, reportes y presentaciones que hay que hacer ante la Convención, en cumplimiento de los compromisos internacionales que tomó Argentina". La subsecretaria de Ambiente de la Nación, Ana Lamas, confirmó al diario británico The Guardian: “Es cierto. Tenemos instrucciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de no participar más. Es todo lo que puedo decirles”.

Contexto climático: vivimos la década más calurosa jamás registrada

Con motivo de la inauguración de la COP29, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicó su actualización sobre el estado del clima en 2024 y senaló que se perfila ya como el año más cálido de la historia registrada.

La OMM emitió una "alerta roja" sobre la rápida progresión del cambio climático en una sola generación, impulsado por el aumento de los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Los años 2015-2024 marcarán la década más calurosa jamás registrada, con una pérdida acelerada de hielo glaciar, un aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos. Las condiciones meteorológicas extremas están causando importantes trastornos a comunidades y economías de todo el mundo. De enero a septiembre de 2024, la temperatura media mundial del aire en superficie fue 1,54 °C (±0,13 °C) superior a la media preindustrial, amplificada por el calentamiento de El Niño, según un análisis de seis conjuntos de datos internacionales utilizados por la OMM.