La situación de los jardines de niños está llegando a un punto sin retorno ya que, según la Asociación Jardines Maternales Privados de Mendoza, se están cerrando dos jardines por día. En este sentido, explicaron que viven un momento crítico, ya que desde marzo no reciben ayuda que les permita mantener sus fuentes laborales. Además, indicaron que desde el Gobierno provincial aún no reciben una respuesta concreta.

“Estamos en la etapa más crítica y el cierre de los jardines se está incrementando cada día más. De un cierre eventual en el comienzo de la cuarentena, ahora están cerrando dos jardines maternales por día, y algunos de ellos tenían una trayectoria de más de treinta años”, explicó Florencia Pedroza, integrante de la asociación que nuclea a los jardines maternales privados de la provincia.

De esta manera, desde la organización destacaron que en más de noventa días de cuarentena, son muy pocas las instituciones que han recibido la ayuda proveniente del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), y por consiguiente, acumulan deudas. Además, se dificulta el pago de salarios.

Según un informe, en lo que va de la cuarentena Mendoza perdió 15 mil empleos

Según un relevamiento realizado por el Observatorio de Despidos durante la Pandemia de la Izquierda Diario a nivel nacional (ODP-LID, Mendoza) y el Observatorio de Despidos de Santa Fe, desde la medida de aislamiento social decretada por el Gobierno Nacional, un total de 15.942 empleos fueron afectados en Mendoza.

“Por distintas razones, la mayoría no ha recibido ATP, solo un mínimo porcentaje lo cobró, y recién lo han recibido el mes pasado. El grueso de los jardines tiene una situación compleja porque no hay ingresos. Algunos papás están pagando, pero es una cuota mínima, porque la realidad económica golpea a todos. Se nos hace imposible seguir pagando nuestros gastos de alquiler, impuestos de comercio, servicios y el pago a las docentes”, describió Pedroza a Unidiversidad.

En general, los jardines continúan realizando actividades a distancia, con el envío de videos y regalos a los niños. Pero su actividad principal, el cuidado y contención de los niños y niñas, no se puede realizar. Desde las instituciones piden al Gobierno que, al menos, avancen en un protocolo para el regreso a las actividades.

“Estamos en un hueco porque somos considerados como un comercio, pero brindamos prestaciones educativas. No recibimos las ayudas para el sector comercial ni las destinadas al sector educativo porque no somos parte de la Dirección General de Escuelas. Somos un sector productivo que está parado desde hace meses y de él dependen muchas familias. Necesitamos que el Gobernador nos reciba y avancemos sobre un protocolo general”, dijo Florencia Pedroza.

La DGE profundiza las clases virtuales: ¿qué opinan docentes, padres y alumnos?

Este viernes se completan dos semanas desde que se suspendieron las clases presenciales en todos los establecimientos educativos de la provincia. Sin embargo, los estudiantes de todos los niveles han estado "asistiendo", en la medida que pueden, desde la virtualidad.

A su vez, Roxana Carro, directora del Jardín de Niños “Los Pininos”, explicó que, puertas adentro, las instituciones “ya no dan más”, y que muchas docentes y directoras comenzaron a vender empanadas para contrarrestar la compleja situación económica.

“Hemos pedido que se dejen sin efecto los derechos de comercio, por lo menos de los últimos tres meses. Además, cuando tuvimos una reunión virtual con el ministro Trotta, nos adelantó que íbamos a tener una ayuda, que hasta el momento no llegó. Hoy cerraron dos jardines, uno en San Rafael y otro del Gran Mendoza. Muchas compañeras están vendiendo cosas para subsistir”, detalló la directora del jardín ubicado en Guaymallén.

En la provincia de Mendoza, existen aproximadamente 300 jardines, de los cuales ya han cerrado unos 27. Durante los últimos días, el número comenzó a subir y calculan que, desde el lunes 22, ya cerraron 6 jardines maternales en todo el territorio. Para Roxana Carro, es muy angustiante conocer el cierre de otro jardín porque saben todo lo que conlleva este sueño. "Hay muchas compañeras que están con problemas de salud por todo lo que estamos viviendo”.

“Los papás de mi jardín quieren que abra porque la mayoría empezó a trabajar, y los chicos están yendo a la casa de tíos y abuelos. Yo no sé si eso es más saludable que tenerlos en un jardín donde saben que vamos a cumplir todas las medidas del protocolo que se nos asignen. En el caso mío, por suerte tengo el acompañamiento de los padres, que aún continúan pagando una cuota social”, concluyó Carro.