El jueves 31 de diciembre, Alfredo Cornejo visitó el Hospital Notti y vio de cerca la realidad de Mendoza en una de sus facetas más carnales que es la salud pública y, en especial, la de los niños. Esa imagen resume la idea de gobernar a una población, una idea que se asienta en una buena administración, según el propio primer mandatario, pero también con la buena intención de hacer crecer a las generaciones venideras en un ambiente apto para el desarrollo humano.

Un mes

El Presupuesto provincial fue aprobado un día antes que Cornejo cumpliera un mes como gobernador, un instrumento esencial que no era actualizado desde 2014, teniendo en cuenta que en el último año de Paco Pérez, el proyecto quedó trabado por la confrontación con la UCR, que se negó a autorizar un endeudamiento al considerar que el peronismo sólo buscaba financiarse en un año electoral y terminaría aumentando el déficit.

Dicho sea de paso, al final, el incremento de la deuda se produjo pero con financiamiento “lateral”, o sea con el no pago a los proveedores y, sobre el final del mandato de Pérez, con el aplazamiento de los pagos de los sueldos de los agentes públicos.

Ya asumido, Cornejo logró la primera meta de su administración mirando hacia adelante. Mostró un diagnóstico negativo a la semana de hacerse cargo del Gobierno. El número global del desfinanciamiento del Estado mendocino resonó fuerte: 11.800 mil millones de pesos.

Pasaron 23 días desde aquella presentación en Casa de Gobierno para que el Senado terminara sancionando la pauta de gastos con un presupuesto de 64 mil millones de pesos.

De acuerdo con la información oficial de la Cámara de Diputados (iniciadora de las leyes financieras) “las erogaciones reales están determinadas en $ 64.015.054.619, en tanto que se estiman en $ 58.557.200.890 el cálculo de recursos destinado a atender tales erogaciones”. Según las estimaciones, la Provincia quedará con una deuda global de 10 mil millones y se destinarán casi 6 mil millones para saldar parte de ese rojo.

Lo que no logró Cornejo fue la autorización de obtener más endeudamiento para afrontar los pagos atrasados con los proveedores.

Se notó el trabajo de operación política de parte del oficialismo (y del mismo Cornejo con llamadas y visitas a los intendentes) para desarrollar los contactos territoriales con los jefes peronistas y así conseguir los votos legislativos. Es un tiempo de revisión en el peronismo local y el reordenamiento nacional, después de la derrota electoral, ha favorecido a los peronistas mendocinos, excepto a los camporistas

El otro PJ (Poder Judicial)

A los 12 días de haber asumido, el Gobernador se enteró que quedó en medio de un tironeo interno del Poder Judicial que lo obligó a salir a las apuradas y denunciar públicamente -el sábado 26 de diciembre- que la resolución de la Corte de limitar las detenciones preventivas, iba en contra de sus planes de gobierno en materia de seguridad.

La medida fue un mensaje hacia dentro del Poder Judicial y, en particular, para el Procurador de la Corte, Rodolfo González, para que él y sus fiscales justificarán, en 24 hora,s por qué pedían la detención preventiva de los sospechosos de haber cometido delitos en Mendoza. El funcionario -acuciado- reaccionó y recurrió a la Corte de la Nación para dar vuelta la resolución impulsada por el garantista juez de la Corte Omar Palermo y votada, en plenario, por el resto de los ministros del Alto Tribunal.

Por defender su posición, González fue un eventual socio de Cornejo quien, como convidado de piedra de esta disputa, se vio obligado a transparentar su estrategia en política de seguridad, que está basada en las encuestas de victimización más que en los delitos registrados en las fiscalías. Un análisis jurídico y político del ex ministro de Seguridad Leopoldo Orquín pone en relieve este propósito de Cornejo y a la vez lo justifica.

El caso es que el fallo quedó en suspenso y su aplicación en punto muerto por decisión de la misma Corte local y la discusión se reactivará en febrero tras la feria judicial.