En equilibrio: cómo avanza el programa de perros protectores de ganado en Mendoza
Desde cachorros, los perros son criados junto al ganado caprino o bovino que van a cuidar. La idea es promover la coexistencia entre especies, proteger la producción y evitar un daño irreversible contra los carnívoros locales. El programa, con el apoyo de organizaciones proteccionistas viene creciendo en Malargüe, donde ya hay dos estaciones de cría.
Los perros conviven las 24 horas del día con los animales y son tratados "como una cabra más". Foto: WCS / Agustín Gregori
Coexistir en equilibrio es la visión que distintas personas y organizaciones tienen para evitar pérdidas en las zonas de crianza de ganado caprino y bovino. En el sur de Mendoza, desde hace unos pocos años, se viene desarrollando un método para contribuir a la conservación de las especies de la estepa patagónica: perros protectores de ganado.
Según el informe bianual 2022/23 que entregó la gestión saliente de la Secretaría de Ambiente, en el sur provincial hay dos estaciones de cría y 7 ejemplares entregados a crianceros de la zona que tienen conflicto con carnívoros silvestres, como pumas, zorros, gatos y perros asilvestrados.
El programa de perros protectores de ganado abarca varias zonas de la estepa patagónica y, en Mendoza, avanza gracias a una alianza entre la comuna de Malargüe, la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS es la sigla en inglés de Wildlife Conservation Society) y la Alianza Gato Andino (AGA), con apoyo del INTA.
La distribución de perros desde cachorros busca disminuir el daño al ganado sin atacar y /o combatir a la fauna autóctona, favoreciendo la conservación.
En diálogo con Télam, Ezequiel Infantino, coordinador de Certificación y Cadenas de Valor de WCS Argentina, precisó que desde la organización se trabaja hace más de 30 años con temas de coexistencia de especies y su conservación.
"La relación que tiene la gente con la naturaleza, el medio ambiente y la fauna silvestre es importante para que estos proyectos de conservación sean efectivos a largo plazo", expresó.
Foto: uno de los perros protectores con una criadora en la estepa patagónica. Fuente: Télam
Los productores de ganado ovino y caprino se enfrentan a la amenaza de la vida silvestre de la zona. Una de las técnicas que más resultados positivos tuvo es la de la incorporación de perros protectores de ganado que, si bien requiere de "mucho trabajo y compromiso de los productores", proporcionaron "reducciones que van del 85% al 100%" en depredación.
"El proceso de impronta es el proceso mediante el cual estimulamos al perro, cachorro en este caso, para que genere un vínculo familiar con otras especies. De esa manera, los animales con los que el perro crece son con los que empieza a crear una relación social", indicó Infantino.
En guardia
Según la página de la WCS, luego de más de 4 meses de crianza, cuidados y entrenamiento específico, los perros protectores de ganado (PPG) acompañan la labor de crianceros dispuestos a utilizar métodos no letales para disuadir los ataques de los carnívoros silvestres sobre el ganado, minimizando sus pérdidas económicas y disuadiendo represalias hacia las especies nativas.
Las razas protectoras más utilizadas en la Argentina y Sudamérica son el perro de montaña de los Pirineos (gran Pirineo), el Pastor de Maremma, originario de Italia, y, en particular, la WCS reproduce una cruza entre Pastor de Anatolia, originario de Turquía, con el gran Pirineo.
"Las razas de perros protectores tienen más de seis mil años de historia, no es una metodología nueva. Cuando el ser humano domesticó al lobo y surgió esta entidad doméstica lo que hace es exacerbar algunos comportamientos y disminuir otros", explicó Infantino.
Y señaló que "el perro sigue siendo un carnívoro y la conducta típica es marcar territorio. Orinando marca su territorio y avisa a otros carnívoros de su presencia".
Además, los pumas y los zorros "no son animales que se enfrenten con otro carnívoro, por lo que en esta zona de estepa no hay registro de enfrentamientos físicos con estos animales".
En acción
Una de las peculiaridades de este proceso, según Ezequiel Infantino, es advertir cuando el perro detecta una amenaza y "trabaja" en conjunto con las ovejas y cabras.
"Estos animales saben que el perro es parte de su grupo, pero que tiene una actitud defensiva. El perro se interpone entre su rebaño y la amenaza, comienza a ladrar direccionado y mientras hace esto las chivas y las ovejas se forman detrás del perro", apuntó.
Además, gracias a los perros protectores, las especies silvestres de la zona no son cazadas ni tampoco son abordadas utilizando cebos tóxicos, lo que produce una "convivencia entre especies sin que sea una amenaza para el pequeño productor".
"De tener casi un 50% de pérdida por depredación hoy tenemos cero. Si tenemos pérdidas con la cría son por factores climáticos, entre otros", expresó a Télam Flavio Castillo, uno de los productores de cabras de la cooperativa.
Castillo trabaja con perros protectores desde hace diez años y proviene de una familia de crianceros y remarcó que gracias a estos canes "no estamos preocupados por los animales si salen al campo".
El productor explicó que los perros conviven las 24 horas del día con los animales y son tratados "como una cabra más".
"El perro come y duerme con los animales y sale a caminar por el campo para marcar su territorio junto con las chivas. Eso te facilita un montón de tiempo. Antes perdíamos tiempo persiguiendo o corriendo para que no se metan predadores a las inmediaciones, hoy ya no nos preocupamos por eso. Nosotros cuidamos solamente la producción", agregó.
Otros métodos no letales
Desde WCS explicaron que otro de los métodos que utilizan para ahuyentar a los carnívoros es con el uso de luces disuasivas ya que "los carnívoros son muy temerosos de los elementos nuevos en el ambiente. Poner una luz disuasiva por lo general los asusta".
"Es una metodología que sirve si se complementa con otro y se le da descanso a la utilización de la luz porque, si el depredador se acostumbra, pierde el miedo y deja de ser útil", señaló.
Lo positivo de la implementación de estos métodos es que "no interfiere con la vida silvestre ni con su entorno" ya que "las poblaciones de estos animales se mantienen y cazan otras especies, como liebres".
Desde Malargüe, jóvenes que estudian en la Secundaria impulsaron un innovador proyecto que también busca resguardar la vida de especies autóctonas. Se trata de un sistema de alarmas llamado “Global Impact" que espanta al depredador y evita así su caza por parte de crianceros rurales. La iniciativa fue impulsada por Augusto Aragón y Ángela Rodríguez. En este caso, un sensor de movimiento emite luz y sonido (tipo sirena) para ahuyentar a las especies depredadoras
Fuente: Télam -WCS - Prensa Gobierno de Mendoza
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