En el primer semestre del año se perdieron entre 5 y 10 días de clases por paro y capacitación docente

En una encuesta nacional, el 60,8% de las madres encuestadas afirmaron que sus hijos e hijas tuvieron interrupciones en el calendario escolar de primaria. La cifra es mucho más alta en las escuelas estatales (75,8%) que en las privadas (34,1%). El análisis de especialistas.

En el primer semestre del año se perdieron entre 5 y 10 días de clases por paro y capacitación docente

Foto: El País

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Publicado el 01 DE SEPTIEMBRE DE 2022

Seis de cada diez familias indicaron que sus hijos e hijas no tuvieron clases entre cinco y diez días del primer semestre de 2022. Alumnos y alumnas de escuelas públicas fueron los más perjudicados porque duplican el porcentaje de las privadas. El principal motivo son las jornadas pedagógicas, seguida de los paros. 

Según el informe “Continuidad escolar: pérdida de días de clases durante el primer semestre de 2022” del Observatorio de Argentinos por la Educación, el 60,8% de las madres encuestadas indicaron que sus hijos e hijas tuvieron interrupciones en el calendario escolar de primaria durante el primer semestre. 

Los números aumentan en las escuelas estatales, donde el porcentaje asciende al 75,8%, un número que duplica lo que sucede en las privadas (34,1%). Si bien en las públicas el primer motivo de días no cursados es el paro, la cifra es levemente superior a las jornadas pedagógicas. El primer caso se dio en el 32% de los días y en el segundo, en el 30%. En las privadas, en cambio, encabezan los motivos las jornadas pedagógicas (46%), los problemas climáticos (12%) y los paros docentes (12%).

El relevamiento del Observatorio surge de la Encuesta Nacional Escolar (ENE), realizada en julio a una muestra representativa de 500 madres de todo el país con hijos e hijas en la escuela primaria (estatal y privada).

Según explicó a DiarioAR Guillermina Tiramonti, investigadora de Flacso y coautora del informe, Argentina es uno de los pocos países de la región que tiene un método de contratación que no contempla las horas de trabajo institucionales para docentes, algo que repercute en la pérdida de clases. 

“Acá siguen estando contratados por tiempo frente a alumnos y eso no incluye el pago de horas de trabajo institucional. Si ese tiempo existiera, podés hacer la jornada en ese horario. Chile, Brasil, Perú tienen esa manera, igual que Europa y Estados Unidos. Cada país tiene distintas proporciones, pero más o menos es 60% de trabajo frente a alumnos y un 40% institucional”, explicó Tiramonti. Junto a ella también participaron Gabriela Catri y Eugenia Orlicki del Observatorio.

Según Tiramonti, “Jesús Martín-Barbero, teórico de la comunicación, solía decir que ‘la realidad viene tejida junta’, para dar cuenta de la interrelación existente entre todos los elementos de la realidad social y la necesidad de que esta sea analizada desde una óptica compleja. Este informe da cuenta de la colisión existente entre la práctica reivindicativa de derechos usada por el sindicalismo y el derecho de los chicos más humildes al aprendizaje. No hay un solo modo de reivindicar derechos y es evidente que el adoptado por el sindicalismo debe ser revisto para evitar el impacto negativo sobre la justa distribución de los aprendizajes”.

“Se les pide a los docentes trabajar en equipo, pero para hacerlo hay que suspender las clases. El sistema atrasa en todo; no solo es el currículum, sino también la organización y gestión para la mejora de los aprendizajes –plantea María Cristina Gómez, directora de la Red de Educadores Innovadores–. Necesitamos abordar el tema de fondo: el sistema y la carrera docente. La autonomía escolar de la que siempre hablamos, entre otras cosas, permite contar con el personal a tiempo completo, con una organización del trabajo frente al aula y en el resto de las tareas que hacen sostenible y eficiente el sistema sin que los alumnos pierdan horas de clase”. 

En cuanto a la cantidad de días sin clases, el 21% de las madres encuestadas afirmaron que sus hijos perdieron más de 10 días de clase durante el primer semestre. El 18% respondió que se perdieron entre 6 y 10 días, y el 21% informó menos de 5 días. En las escuelas de gestión estatal, a las que asisten estudiantes de sectores socioeconómicos más bajos, las madres reportaron en promedio más días de clases perdidos.

Las jornadas pedagógicas son identificadas como el principal motivo de pérdida de clases (las menciona el 31% de las encuestadas), seguidas por los paros docentes (28%) y los problemas climáticos (13%). 

“La pandemia colocó a nuestras escuelas en una situación muy compleja al modificar dramáticamente sus rutinas educativas. Sin embargo, desafiados ante la necesidad de una continuidad de los trayectos escolares, fuimos aprendiendo y gestionando tiempos y espacios para retomar el desafío de la continuidad educativa. Iniciado el año lectivo 2022, ya la reducción de días que se observaba en los calendarios escolares parecía anunciar que los tiempos pueden declamarse, pero no necesariamente concretarse. El tiempo puede ser oro según el ámbito que lo requiere", indicó Alejandro Castro Santander, director general del Observatorio de la Convivencia Escolar (Universidad Católica de Cuyo).

Sostuvo que "vemos en este nuevo informe de Argentinos por la Educación, que más allá de los imponderables de dentro y fuera del sistema, ese gran esfuerzo para “re-vincular” al que nos comprometimos luego del duelo por los aprendizajes perdidos, muestra una peligrosa discontinuidad que puede llevar no solo a permanecer en pobreza educativa, sino a la desvinculación de muchos de nuestros estudiantes. Ya no es para debatir: La prestación sostenida y mejorada de la educación, debe posicionarse como prioridad en nuestras agendas familiares y escolares”.

 

Fuente: Observatorio de Argentinos por la Educación y DiarioAR

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