En las zonas urbanas del Gran Mendoza hay 216 200 personas que están en situación de pobreza, de las cuales 50 900 son consideradas indigentes, es decir que sus ingresos no les alcanzan para comprar los alimentos básicos para subsistir. Los datos surgen de un informe elaborado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCUYO, a pedido del diario Los Andes. Participaron Alejandro Trapé, Gustavo Maradona, Monserrat Serio y María Inés Lara.

Los profesionales determinaron que la tasa de pobreza moderada de las zonas urbanas del Gran Mendoza fue para 2014 de 20,48 %, es decir, 216 200 personas, sobre un total de 1 005 628. A su vez, menos de un cuarto de esa población –4,82 por ciento–, es decir, 50 900 personas, están en situación de indigencia, ya que no pueden adquirir los alimentos básicos para subsistir.

Serio explicó que con la investigación intentaron contribuir a la discusión sobre la pobreza, y aseguró que es positivo tener un parámetro del problema para saber en qué situación nos encontramos. En este sentido, señaló que el trabajo contempla una visión parcial, que debe ser completada con otros indicadores para comprender en forma acabada la problemática.
 

La forma de medición

En su informe, los profesionales recalcaron que la pobreza es un problema multidimensional que afectan la vida cotidiana de las personas: desde no tener dinero suficiente para comprar productos básicos hasta no contar con servicios básicos, como agua o cloacas.

Los economistas midieron la pobreza con relación a los ingresos. Por eso, tomaron como parámetros una Canasta Básica de Alimentos (3541 pesos) y una Canasta Básica Total (7385 pesos), que incluye otros bienes y servicios. La primera fue el parámetro para calcular la línea de indigencia y la segunda, para calcular la de pobreza.

En ambos casos, las canastas utilizadas fueron las estimadas por la Universidad Católica Argentina (UCA) para el cuarto trimestre de los años 2010 a 2013, para un hogar compuesto por cuatro personas. En cuanto a 2014, utilizaron los datos del año anterior, pero los ajustaron con base en el índice de inflación.

El costo de ambas canastas se contrapuso a los ingresos. En este sentido, la fuente de información fue la Encuesta Permanente de Hogares (EHP) realizada por el Indec y la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la Provincia (Deie), que marcó que para el aglomerado Gran Mendoza en 2014 casi la mitad de la población tenía ingresos menores a 10 mil pesos.

Los investigadores también analizaron las estadísticas históricas de pobreza. Concluyeron que en 1994 se registraron las tasas mínimas de pobreza extrema y moderada y que, desde ese momento, evidenciaron una fuerte escalada hasta la crisis de 2001, que llevó en 2003 a la situación de máxima vulnerabilidad, cuando se quintuplicó el índice de indigencia y se duplicó el de pobreza.

El trabajo dio cuenta de que, luego de la escalada de los índices con su pico máximo en 2003, la situación comenzó a revertirse, una tendencia que continuó hasta 2012, año en que comenzó una fase ascendente hasta 2014, que fue el último período que consideraron.
 

Evolución del salario

Los investigadores también analizaron la evolución de los salarios reales, con base en los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino, dependiente del Ministerio de Trabajo, que realiza estimaciones mensuales del salario promedio formal en Mendoza.

Una de las conclusiones del informe fue que en el período 2001-2003 el salario mostró una caída cercana al 18 %, y luego comenzó una tendencia creciente con valores máximos en 2012. A partir de ese año decreció, aunque en 2014 continuó un 21,5 % por encima del valor de referencia de 2007.

Los profesionales también analizaron la brecha entre los ingresos del grupo más rico y el más pobre de la población. Concluyeron que en 2014 el ingreso per cápita familiar promedio del 10 % más rico de la población fue 14 veces mayor que el 10 % más pobre, cuando en 2011 la cifra fue 11 veces mayor.