El mundo de la política mira cada vez con más interés el universo de las emociones. En sintonía, el área de la consultoría y el marketing político, más acostumbrado a orbitar sobre datos duros, encuentra varias respuestas en ese amplio espectro que suele esquivar a la razón. Un informe reciente hizo zoom en el termómetro emocional argentino, donde, una vez más, la grieta se puso en evidencia. En esa división, las emociones positivas inclinan levemente la balanza. Con estos datos, buscamos voces especializadas para tener un enfoque agudo sobre el escenario que se viene en un año con elecciones legislativas.

A principios de marzo, la consultora Isonomía difundió un estudio para ahondar sobre el humor social reinante en el país. Las y los encuestados respondieron por la emoción que los identifica, que luego fue ubicada según si respondía a una emoción “positiva” o “negativa”; y según el nivel de energía. Las emociones con mayor energía son las que tienen más posibilidades de transformarse en acción. Es decir, en la posibilidad de emitir un voto con esa emoción a flor de piel.

Pablo Knopoff, uno de los directores de Isonomía, ha dicho en diversas entrevistas que les interesa hurgar en el "primer metro cuadrado" de la gente, que es el que define cómo nos sentimos en el día a día y que, finalmente, es el escenario que nos determina para tomar decisiones. El analista aseguró que, tras más de un año de la gestión de Javier Milei al mando del Gobierno nacional, hay que mirar muy bien qué cambios hubo en la sociedad antes de que el libertario fuera electo presidente.

Este es el mapa emocional que difundió Isonomía en marzo

Roberto Stahringer es sociólogo egresado de la UNCUYO y director de la consultora Sociolítica. Le preguntamos qué análisis hace por su parte sobre la influencia de las emociones en la conducta de argentinos y argentinas en un año con elecciones intermedias.

“La angustia está muy asociada a la incertidumbre. La crisis económica y la inseguridad, te diría, son los dos problemas más importantes que alimentan esa angustia. Entonces, pensando un poco en el escenario electoral, esto puede llevar a una búsqueda de soluciones radicales o de cambios más importantes”, comentó el analista, pero subrayó una particularidad atada a este momento de la Argentina: “No creo que suceda (el cambio) porque tenemos una crisis de representatividad. Es decir, por fuera de los oficialismos, en raras ocasiones y en escasos lugares hay alternativas de peso”.

Por el lado de las emociones positivas, el director de Sociolítica explicó: "La esperanza está siempre asociada con un motor de cambio. Entonces, quien más esperanza genere en relación a asumir las discusiones que generan esta angustia, causada por la crisis económica, la inseguridad, etc., es quien quizás más posibilidades de éxito vaya a tener”.

Con algunos de estos elementos, da para pensar si, en un contexto de alta crispación, la polarización en el campo emocional, donde el terreno es fangoso, ambiguo, existe alguna variable que, de alguna manera, marque una constancia en las demandas de la ciudadanía que vaya más allá de los vaivenes de una coyuntura que cambia semana a semana.

Nicolás González Perejamo, a cargo de la consultora Demokratía, mencionó un posible hilo conductor: “Sobre la base de una favorable posición del Gobierno nacional que goza de un porcentaje de apoyo nada despreciable, creo que el vértice emocional que transitan los equilibrios plebiscitarios es la ‘confianza’. Los que están afuera la ponen a prueba y los que lo avalan íntimamente se preguntan sí se trata o no de un espejismo. Hoy, al igual que desde el día que asumió Milei, el gran interrogante se posa sobre la confianza”.

El juego emocional en la escena provincial

El calendario electoral nacional indica que el domingo 26 de octubre de 2025 votaremos por nuevos legisladores nacionales que nos representen en el Congreso. Sin embargo, hay provincias que decidieron no plegarse a ese cronograma y desde mayo tendremos procesos electivos en provincias como Chaco, Jujuy y San Luis; incluso la Ciudad de Buenos Aires. Aun sin PASO (las primarias obligatorias), en gran parte de los distritos electorales, el año en clave de campaña ya se vive de manera intensa y agitada.

En esa maroma, la dirigencia provincial, tanto del oficialismo como de la oposición, tiene enormes desafíos para armar y presentar listas, decidir cómo asumir este nuevo proceso electoral e interpelar a las y los electores. No se sabe aún si lo hará en alianza o con aventuras más personalistas.

El meme de ver lo negativo o lo positivo aplica al mapa emocional polarizado de las y los argentinos

“En Mendoza y en todo el país, el tema de la inseguridad está creciendo. En tanto, si bien ha bajado la incertidumbre económica, fundamentalmente de la mano del descenso de la inflación, no hay una mejora significativa en la calidad de vida pensada o asociada al consumo. Por lo tanto, los partidos o los frentes que trabajen las campañas van a tener que tratar de canalizar esas emociones buscando lo contrario a lo que genera la angustia. Es decir, estabilidad, certezas y acción. Sobre todo, los candidatos y los partidos tienen que mostrarse capaces de hacer y de transformar”, remarcó Stahringer, más allá de que las elecciones legislativas marcan dificultades para identificar a un legislador como una persona con capacidad para generar cambios. “Es muy poca la gente que conoce lo que hace un concejal o lo que hace un diputado provincial, o inclusive un diputado nacional”, dije el director de Sociolítica, y coincidió con González Perejamo al destacar que una clave será “posicionarse desde un lenguaje que sea muy claro, que refuerce la confianza”. Asimismo, indicó que el énfasis debería ir en sintonía con “propuestas que vayan más allá del diagnóstico, que puedan mostrar acciones, que puedan decir y contar cómo se va a hacer”.

En tanto, en la mirada de González Perejamo, estamos transitando lo que metafóricamente llamó “segunda renovación del alquiler" en el plano provincial, dado que es la segunda gestión de Alfredo Cornejo al mando del Ejecutivo provincial (la tercera consecutiva del Frente Cambia Mendoza). Entonces, más allá de que acentuamos que se trata de una elección legislativa, el consultor dijo que, para las personas que van a sufragar, la incógnita sobre lo "desconocido" y lo "por conocer" están saldadas. Remarcó así que, en terreno emocional, sigue siendo la confianza la variable donde apuntar la campaña.

Para finalizar, sobre cuánto inciden las emociones a la hora de meter el sobre en la urna, el director de Demokratía afirmó que las y los votantes deciden sus opciones electorales “como una decisión emocional a la que el ciudadano le va encontrando una justificación racional que la termina por transformar en voto”.