Luego de 56 años sin competir en los Juegos Olímpicos, el pentatlón moderno volvió a tener un representante argentino en Río de Janeiro 2016 de la mano de Emmanuel Zapata, quien se tomó revancha de la no clasificación a la cita olímpica en 2012. El atleta además es integrante del Ejército Nacional desde el año 2005, actividad que complementa con su performance deportiva.

¿Qué deportes forman parte del pentatlón moderno?

El pentatlón moderno es un deporte de cinco disciplinas, las cuales incluye esgrima –programa de espada-, natación -200 metros estilo libre- , equitación –prueba de salto en posta con quince obstáculos de 1.20 de altura- y la última prueba que es la prueba combinada, que es el tiro en carrera, que es una fusión entre el tiro y la carrera, muy  parecida al triatlón. Le tiramos a un blanco que se ubica a diez metros y hasta que no pegamos a las cinco luces no podemos salir a correr 800 metros. Eso lo tenemos que hacer cuatro veces. El atleta que tiene más puntaje al final del día es el que gana la prueba. Es un deporte lindo, es el deporte más variado de los Juegos Olímpicos.

¿Cómo empezaste a desempeñarte en esta disciplina?

Mi papá hacía pentatlón, también fue suboficial del ejército, es mendocino, de Malargüe, siempre estuvo conectado con el deporte, después se retiró. Cuando se retiró siguió con el atletismo. Yo empecé siendo atleta de 1.500 metros, conocí a un capitán, Guillermo Filippi, y justo estaba rearmando la federación que había estado parada tantos años, por eso no tuvimos representantes por 56 años. Me conectó, yo justo era corredor, era chico me propuso, probé y me gustó. En ese momento eran muy poquitos y me enganché de a poquito, porque primero tuve que aprender a nadar porque era malísimo y tuve que entrenar muchísimo, después agregué la equitación y la esgrima y después de doce años de entrenamiento pudimos clasificar a las Juegos Olímpicos.

Cuándo vos empezaste a competir eran dos o tres los atletas en el país y hoy son más de 200…

Sí, la federación hizo un excelente trabajo. Hoy la federación cuenta con muchísima gente. En su momento era un deporte desconocido, incluso hoy no es un deporte muy popular. Nadie conocía a este deporte que es olímpico hace más de cien años, pero en el país estuvo totalmente parado, lamentablemente. La verdad que la federación se desarrolló muy bien estos últimos años y hoy contamos con muchos chicos, la camada que viene atrás es enorme.

¿En la región cual es el país que más se destacada dentro de la disciplina?

En Sudamérica estamos nosotros y Brasil, ellos tuvieron una chica que tuvo medalla en Londres. Nosotros somos la potencia en hombres. En toda América en general está México y EE.UU. que también es fuerte, pero estamos bastante parejos.

Estás casado hace tres años con Iryna Khokhlova, quien comparte tu misma disciplina…

Si, justamente ella es ucraniana, por eso también la conexión de entrenar acá más fácil. Nos casamos hace tres años, estuvimos de novios desde 2011 y ahora estamos felizmente casados.  La conocí en una competencia en Londres en 2011, ahí solo intercambiamos algunas miradas y palabras porque yo no hablaba nada de inglés. Después coincidíamos en algunos campamentos, que es cuando uno va a entrenar a un país varios meses y se juntan a entrenar para mejorar el nivel.  Varias veces me crucé con ella y empezamos a charlar y después por internet. Me vine a Ucrania después de la última competencia que hubo en Europa en 2012 y ahí empezamos más serios. Ella empezó a ir a Argentina, se quedaba dos o tres meses, yo venía a Ucrania y me quedaba uno o dos meses después de la gira de competencias y justo podíamos entrenar así que empezamos una relación y después decidimos casarnos.

¿Ella se nacionalizó argentina y representó al país en Río?

Sí, ella tuvo que nacionalizarse para competir por Argentina. La verdad que la clasificación de ella era un 90% seguro, porque es una gran atleta y sabíamos que tenía grandes posibilidades de clasificar.

¿Cuál fue tu experiencia personal después de haber cumplido ese sueño de llegar a unos JJOO?

La verdad que fui a Londres como reserva, pero no es lo mismo que estar dentro del campo de batalla, como se le dice. La verdad fue un sueño cumplido, empecé a correr porque quería ir a un juego olímpico. La verdad que estar ahí y tener el honor de representar al país después de 56 años es inexplicable. Estar ahí es tocar el cielo con las manos para un atleta. Es algo que anhelás tanto que cuando lo tenés no podés explicar la felicidad que te agarra.

¿Cómo es tu vida en Ucrania?

Levantarme y entrenar. A veces hago algunas unas competencias internas que hay acá y entrenar duro. Quiero aprender lo más que pueda, porque cuando me retire quiero ser entrenador. En Argentina pasó tanto tiempo sin atletas que hubo un bache de conocimiento. A pesar que hace doce años que practico este deporte siempre se aprende, más en estos países.

¿Cómo es la gente allá?

Son un poco más serios que nosotros. Son muy amables y educados. Una vez que te integran al grupo te sentís muy cómodo. Aunque parezca que no, tienen muchas más necesidades en lo social que nosotros. Hay como un conflicto interno, aun así la gente todos los días se levanta a trabajar y hacer lo suyo. Son un poco más disciplinados y respetuosos.

¿Te gusta el fútbol?

Si, más que nada me gusta ver a la Selección. No soy fanático de ningún cuadro, pero a la Selección siempre la sigo mucho. Las únicas veces que fui a la cancha fui a ver Barcelona y una vez mi entrenador me llevó a ver Racing, es fanático.

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