Una investigación postdoctoral de Juan Antonio Rivera, docente investigador del Conicet y la Universidad Maza analizó los registros históricos de caudales de Mendoza con el fin de identificar y caracterizar los períodos de sequía, y el resultado fue categórico: los embalses van a ser obsoletos y se necesitará pensar en nuevos reservorios de agua.

En este análisis Rivera, del Programa Regional de Meteorología del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), señaló que: “Lo que vemos es que las nevadas en cordillera empiezan a escasear cada vez más y, paralelamente, en el llano se manifiesta un incremento en las precipitaciones. Entonces, hay que cambiar el paradigma y pensar cómo vamos a realizar la colección de agua. Los embalses que recogen el deshielo van a empezar a ser obsoletos y habrá que construir reservorios en el llano para capturar las lluvias de verano". 

Esto se produce por las características del fenómeno de La Niña, lo cual da como resultado estados de déficit de los caudales en oposición al evento de El Niño que favorece la aparición de nevadas en alta montaña. 

En la región de Cuyo se obtuvo que el período 2010/16 fue el que registró los mayores déficits hidrológicos de los últimos 45 años, alcanzando, en la mayoría de las cuencas, una severidad de categoría extrema.

Al ahondar sobre cómo puede ser que a pesar de la cantidad de lluvias haya sequías, el investigador respondió que: "Hay más lluvias en el llano como consecuencia del cambio climático global causado por la emisión de gases de efecto invernadero, por lo que hay un mayor ingreso de humedad y mayor temperatura, condiciones que favorecen las lluvias estivales".

Por otro lado, "se produce un derretimiento extra de hielo y nieve, factor que alteraría la distribución de agua de los ríos andinos". Para sumar a esta situación "hay un componente de agua que antes no contaba y ahora sí, y es la asociada a la aparición de tormentas de verano en alta montaña, que cada vez son más frecuentes. Lo que pasa es que la periodicidad es esporádica, lo cual requiere mayor investigación al respecto".

Para qué sirven los embalses

Un embalse es un depósito de agua que se forma de manera artificial. Lo habitual es que se cierre la boca de un valle a través de una presa o de un dique, almacenando el agua de un río o de un arroyo. Con dichas aguas, se puede abastecer a poblaciones cercanas, producir energía eléctrica o regar terrenos. Se lo conoce como embalse de usos múltiples a aquellos que se destinan a varias finalidades, como la generación de energía eléctrica, la pesca deportiva y las actividades recreativas, como sucede con el que se encuentra en El Carrizal.