Para implementar el sistema sería necesario ese desembolso. Algunas comunas pretenden aplicarlo pero sigue generando dudas.
Mucho se habla de su implementación, pero es la gran deuda pendiente del sistema democrático de elección de representantes políticos. La realidad es que el voto electrónico, que algunas comunas intentan empujar, no sería posible de aplicar en los próximos comicios. La principal duda para su puesta en marcha es el costo, porque desde la Junta Electoral de Mendoza aseguran que deberían invertirse 6 dólares por votante para ponerlo en práctica. Esto supone un desembolso de 50,50 pesos por cada mendocino habilitado, lo que suma unos 65.650.000 pesos si se tiene en cuenta el padrón habilitado en 2013, que alcanzó los 1,3 millones de personas.
Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Cuyo y comandado por Juan Carlos Carrillo, director del grupo de investigación dependiente de la Facultad de Derecho, concluyó que su implementación “generaría impactos significativos en el sistema legal y político, a la vez que potenciaría la calidad de la participación ciudadana y la legitimación de los gobernantes”. El investigador presentó su informe en 2010 y en el mismo daba cuenta de que, si bien el país registraba altos índices de apatía electoral, podía ser un instrumento muy importante para bajar esas cifras, “pero indudablemente debe ir acompañado de una serie de elementos complementarios que hagan de la reforma un todo integral y completo, que el voto electrónico por sí mismo no podría realizar”, aclaró.
La pregunta acerca de si el elector argentino está preparado para el voto electrónico se reformula para los investigadores en si “es capaz de incorporar las nuevas tecnologías a la emisión de su sufragio”. Y responden que sí, con un buen programa de capacitación o educación. “No nos olvidemos de que la llamada brecha tecnológica se ha achicado. En este caso, al usuario lo acerca mentalmente el uso del control remoto, los teléfonos y los cajeros automáticos”, ejemplifica Carrillo.
Si bien pocos ponen en duda que sería una herramienta para agilizar y transparentar los comicios, la experiencia genera controversias y no sólo en el mundillo político. Uno de los últimos sondeos de opinión que se hicieron al respecto marcó que el 57 por ciento de los consultados no creía que se tratara de un proceso confiable. Las afirmaciones se desprenden de una encuesta realizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Palermo (UP) que indaga sobre la opinión de los porteños respecto de la posible implementación del voto electrónico.
La prueba piloto que se realizó en 2014 en el Departamento General de Irrigación para implementar el voto electrónico podría extenderse a los municipios que así lo desearan, según el decreto reglamentario de las PASO que firmó Francisco Pérez antes de salir de vacaciones. De acuerdo con el decreto, deberán pasar el filtro de la Junta Electoral Provincial aquellas comunas que pretendan aplicarlo. En primer lugar, deberán tener el visto bueno de este organismo; después, requerir al Poder Ejecutivo que adopte las medidas administrativas y presupuestarias necesarias para su financiación y elevar el presupuesto de gastos correspondiente con una anticipación de al menos 90 días a la fecha en que emitirá el decreto de convocatoria.
La única comuna que se ha expresado a favor de su implementación es Maipú. El intendente Alejandro Bermejo se entusiasma porque en su comuna se ha probado dos veces para para las Asambleas PAR, pero lo proyecta con miras a las elecciones 2015. Esta es una de las comunas que se inclina por desdoblar sus comicios. El novedoso sistema de sufragio fue utilizado en una nueva asamblea vecinal del Programa de Participación Activa y Responsable y, según las autoridades de Maipú, resultó favorable. Está claro que el grupo que lo utilizó fue reducido y poco tiene que ver con lo que sería una votación general, con más de un millón de electores.
Los mayores cuestionamientos a su implementación se originan en el desembolso necesario. Una prueba piloto de hizo este año en el Departamento General de Irrigación. Desde ese organismo confirmaron que se invirtieron 120 mil pesos en el sistema que permitió emitir su sufragio a través de pantallas táctiles a 6 mil regantes. De esta cuenta se desprende que costó 20 pesos por voto, aunque el desarrollo del software fue realizado por personal de la organización.
Si bien la medida no es directamente trasladable al padrón general, la experiencia con la que podría compararse es la de Salta. Esa provincia aplicó el sistema en elecciones anteriores y aseguran que se invirtieron entre 5 y 6 dólares por cada voto emitido. Esto para comprar el equipamiento necesario, CPU, pantallas táctiles, software y capacitación. Según sostienen en esa provincia, las pantallas y equipamiento informático servirán para los próximos comicios, por lo que la inversión inicial no se reiterará.
Pocas expectativas
Los legisladores que participaron en las reuniones de implementación de las PASO junto a la Junta Electoral provincial consideran que es poco viable que se pueda probar en esta elección. El senador justicialista Fernando Simón sostiene que la prueba tiene que comenzar varios meses antes, teniendo en cuenta que el universo al que llega este tipo de elementos informáticos no es de gran alcance. “Deberían instalarse estas pantallas en bancos, escuelas, registros civiles, un tiempo antes, para poder probarlo y que la gente se acostumbre a su utilización”, afirma.
Simón apunta, al igual que Castillo, a una necesidad de reforzar la educación para que el elector comprenda el sistema antes de llegar al momento de la votación.
Pero además de la necesidad de reforzar la educación en este tipo de tecnologías, el proceso se ve poco viable si la inversión necesaria se acerca a los 65 millones de pesos. Es que debe colocarse una pantalla por cada urna y las restricciones presupuestarias de la provincia sólo permitieron que Pérez incluyera 40 millones de pesos para la logística general de los comicios.