“¿Para qué dar grandes aumentos que no se pueden pagar? Prefiero una oferta moderada, que se puede pagar. Apelo a una negociación inteligente. Por ejemplo, el año pasado, primero ofrecieron 22 % de aumento y luego se subió a un 35 % que no se pudo pagar”. La afirmación es de Alfredo Cornejo que, tras la virtual caída de la paritaria docente y prácticamente tener decidido dar el aumento del 22,6 % por decreto, ahora tiene en su mira evitar el paro de los maestros, instando a los padres a que manden a sus hijos a las escuelas, sin descartar su amenazante advertencia a los docentes: día no trabajado, día no pagado.

La pulseada pública se dará a partir del jueves 25, cuando el SUTE, en plenario, defina también el casi seguro paro para los días lunes 29 de febrero y martes 1.º de marzo, en protesta por la inamovible oferta oficial del 22,6 %, incluido el polémico adicional "aula".

Para Alfredo Cornejo llegó el momento que él mismo había esperado: romper con el sindicato docente y ganar terreno en el ámbito público, poniendo en ese espacio el debate por la educación. Es decir, ir por la pulseada de quién conduce la escuela pública en Mendoza. Esto trae aparejada la definición de que el incremento al salario docente será por decreto y con el ítem “aula” incluido.

Pensamiento cornejista a la vista

Por eso, en la tarde del miércoles 23, el área de Prensa del Gobierno difundió un comunicado con declaraciones del Gobernador donde puntualiza el alcance del ítem “aula”, que premia a los docentes por su permanencia frente a los alumnos. La idea de Cornejo es poner en relieve la llamada calidad educativa y ubicarla por encima de la política salarial.

Al frente se encontró con un oponente débil para la discusión sobre el tópico que pone el Gobierno en la mesa del debate público. El SUTE se acostumbró con los dos últimos gobiernos peronistas a arreglar de antemano los términos y no tiene interlocutores válidos para el intercambio que impone el mandatario.

El sindicato criticó ciegamente el adicional, sin demasiados argumentos que ofrezcan alternativas al ítem “aula”. Pero sólo se preocupó por descalificar la iniciativa sin plantear una salida a un problema crónico que tiene el laberinto burocrático de la Dirección General de Escuelas, que es el ausentismo docente.

La idea de Cornejo es sostener un sistema basado en la asistencia a clase y, de este modo, desarticular el eco que los maestros encuentran en los padres cuando el SUTE anuncia un paro. Por eso, el texto oficial destaca que el mandatario “busca mejorar la calidad educativa de Mendoza y que para ello se necesita tanto a los docentes como a los alumnos en clase”.
 

El escenario del debate

La estrategia oficial es sacar del ámbito sindical la discusión gremial. O sea, reducir al mínimo el poder de incidencia del SUTE en sus representados y apuntar a los 60 mil docentes, teniendo en cuenta que, de ellos, el 20 % está afiliado al sindicato.

La clave está en este concepto cornejista: “La paritaria tiene que servirle al empleado estatal, pero fundamentalmente al servicio público educativo. Hemos hecho una propuesta que tiende a mejorar la educación y a atacar los problemas de la educación, que no está bien en Mendoza. Es nuestro objetivo y prioridad mejorar la calidad”.

En la cuarta reunión de la mesa paritaria, el Ejecutivo mantuvo la oferta de un incremento salarial del 22,6 %, que el gremio no aceptó, por lo que la negociación deberá esperar hasta el jueves, cuando se realice el plenario provincial de donde saldrá la respuesta definitiva de los educadores.

Mientras tanto, en la tarde de este miércoles 23, en el centro mendocino se concentraron educadores, quienes se presentaron como docentes autoconvocados para protestar y resistir al decreto salarial que está por producirse. El diario Los Andes le dio cabida en su primera portada de la home informativa. Es una prueba más de que el sindicato ha caído ahora en un limbo de representatividad al notar esta movilización gremial pero por el costado del SUTE.