Ni uno de los últimos discursos de la Presidenta dedicados a la industria, ni la rigidez de Brasil que impuso un nuevo tributo al vino, ni siquiera la crisis finaciera de los hospitales públicos logran opacar hoy los casos de niños en riesgo.

La foto del chico sirio que se vio en los medios y en las redes sociales dejó al descubierto la realidad de los niños que forman parte de las comunidades en riesgo en una marginalidad globalizada. Hay dos fotos de esa tragedia cotidiana, que retratan en el niño de tres años llamado Aylan Kurdy ya sin vida lo que su familia pretendía: llegar a Turquía o a Grecia, y seguir viaje hacia Canadá para tener una oportunidad de vivir mejor. Una historia más de inmigrantes forzados por la pobreza y la marginalidad, generados por la guerra, conocidos como “refugiados”. Una de las fotos, la menos impactante, es la imagen principal de la tapa de Los Andes.

El debate sobre la publicación es global. Se dio en las redes, en las mismas publicaciones digitales y se terminó reflejando en las páginas impresas. La crónica "El·niño de la playa" del diario español El Mundo fue una de las más difundidas porque muestra la foto más descarnada, pero reforzada por un texto letal y magistralmente conmovedor. Ese producto periodístico fue la consecuencia también de una discusión en la redacción del diario ibérico.

Como ejemplo en Argentina del debate, el editor de Clarín, Ricardo Roa, en la sección “Del editor al lector” explica: “Por qué publicamos la foto de un niño muerto”. El responsable periodístico señala que eligió la foto del chico tirado de cara contra la playa porque decía todo lo que se pretendía transmitir, no así la otra foto donde un guardacosta lleva al niño en sus brazos.

Dice Roa:

“En una aparece un niño llevado en brazos por un socorrista a orillas del mar en Turquía y en la otra, anterior, el mismo chico muerto. La primera no cuenta todo y hasta puede contar lo que no es: que ese chico está vivo. Necesita una explicación.

“La otra dice todo. La decisión editorial fue publicar en la tapa al chico sirio muerto mucho más que a la foto del chico muerto. Sintetiza como ninguna el horror de los refugiados y la medida de su desesperación si es que esa desesperación puede ser medida de alguna manera. Y es una acusación contra la monstruosa insolidaridad de los gobiernos europeos que escamotean el asilo y la ayuda”.

La foto del chico sirio hizo recordar aquella otra, polémica, que el diario Uno publicó en enero de 2014 del funeral de otra nena mendocina, Luciana Rodríguez, que murió por los golpes propinados por su padrastro. Aquella imagen mostraba al cuerpo sin vida de la víctima mientras era velado. Se sabe que hubo un gran debate dentro de la redacción del diario y se decidió por publicarla. Luego se desató la polémica por la publicación. Coincidentemente, esta semana comenzó el juicio por el homicidio de Luciana.

Por otro lado, la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF) anoche miércoles 2, se adelantó y envió un comunicado sobre un “ataque a hogar en Godoy Cruz”. Allí se consigna que una familia irrumpió en una dependencia de esa dirección y se llevó a una niña que estaba allí por padecer maltratos. “La niña, que está bajo la guarda de DINAF por tener una medida excepcional de protección de derechos, aún no ha sido localizada al momento de emitir este comunicado”, dice la versión oficial. La información ganó espacio en los portales de El Sol digital y Los Andes.

Mientras que la situación de Guadalupe, la nena de 9 años que tiene leucemia y sufrió una mala praxis la semana pasada, continúa al tope de la agenda mediática. El diario Uno ubica en la primera plana de su portada impresa la adhesión a la campaña que impulsan los padres de la niña en el soporte digital Change.org para que se les saque las matrículas a la dos médicas que agravaron el cuadro por un “error”.

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