El Parlamento italiano aprobó este 11 de mayo la ley que permitirá la unión civil entre homosexuales en el país. El proceso se concretó gracias a que la Cámara de Diputados decidió solicitar que se sometiera la ley al voto de confianza, un mecanismo del cual disponen los primeros ministros en los regímenes parlamentarios como el italiano, mediante el cual el Gobierno pide el expreso respaldo a una política concreta.

El Gobierno italiano apeló a esta medida luego de dos años de negociaciones y semanas de intenso debate en la Cámara de Senadores. Así, la ley, que fue aprobada el 25 de febrero, logró ser asentada como ley del Estado con 369 votos a favor, 193 en contra y dos abstenciones. El principal motivo de su retraso es la oposición política conservadora de la Iglesia Católica, que en Italia sigue teniendo un gran peso político y argumenta que las relaciones del mismo sexo nunca deberían alcanzar un estatus legal como las uniones entre un hombre y una mujer.

Sin embargo, el primer ministro italiano, Matteo Renzi, posee una visión muy distinta respecto al debate. “Hemos escrito otra página importante para la historia de la Italia que queremos. Por ello sometimos la ley al voto de confianza, no se podía aplazar de nuevo tras años de intentos fallidos”, comentó. El primer mandatario se comprometió a sacar adelante la ley a toda costa, aunque significó prescindir del derecho de las parejas gay a adoptar hijos.

El texto oficial de la ley establece una serie de derechos de considerable progreso para la comunidad LGBT italiana. Entre ellos se enumeran el requisito de ayuda recíproca moral y material, la pensión de supervivencia, el permiso de residencia para el cónyuge extranjero, la posibilidad de adquirir el apellido del compañero y reglamenta también a las parejas de hecho pero considerando deberes y derechos diferentes. Establece también un estatuto para los que conviven -tanto heterosexuales como homosexuales- y crea para las parejas homosexuales una unión civil particular denominada “formación social específica”.

A pesar de que la nueva ley no avala derechos como la adopción del hijo del compañero del mismo sexo, se considera la evaluación de casos particulares, ya que los tribunales lo han autorizado en otras oportunidades en nombre del interés del niño y de su equilibrio emocional.

Retomando el impacto social de la ley, Renzi declaró en su cuenta oficial de Twitter que las “leyes están hechas para las personas, no para ideologías. Para aquellos que aman, no por lo que proclaman".