“El modelo vitivinícola es tan excluyente como el de la megaminería”
El Doctor en Ecología Política y becario de CONICET, Facundo Martín disertó sobre la problemática del agua en la provincia de Mendoza. En su conferencia destacó la importancia de los movimientos sociales y la necesidad de replantear el ideario de modelo productivo de nuestra provincia.
La conferencia se denominó “Historia del manejo del agua en el oasis norte mendocino. De la apropiación en el siglo XIX a los actuales conflictos socioambientales”. La ecología política plantea que la naturaleza es una construcción social, y a partir de esa construcción social se analiza qué relaciones de poder hay entre naturaleza y hombres, y cuáles son los mecanismos de apropiación y control de la naturaleza.
A propósito de esta discusión Facundo Martín plantea que existe una falsa dicotomía en la actualidad sobre Megaminería o Modelo Vitivinícola y asegura que “este planteo se hace en base a revisar un poco como se fue transformando la estructura social y económica vitivinícola tradicional mendocina. Esta estuvo en sus inicios, y fundamentalmente a mediados del siglo XX, atravesada por procesos de democratización y movilidad social ascendente propia de ese momento económico y político. Pero que después fue modificándose, y en la actualidad la estructura social que propone el modelo vitivinícola es tan excluyente como el de la megaminería”.
Hoy en día –sostiene Martín- la vitivinicultura es un modelo que está en disminución de su producción y elitización de la misma. En décadas pasadas la producción iba destinada abastecer 90 litros anuales de consumo per cápita del mercado interno y hoy en día se produce más vinos, pero se consumen 30 litros de vino anualmente por persona y el resto se exporta. Además la automatización de los procesos no genera trabajo más allá del tiempo de cosecha.
“En Mendoza entra en crisis el contrato social o el modelo de sociedad que se pensó a fines de siglo XIX. Un modelo que estaba asociado a la producción vitivinícola y una división regional del trabajo, donde Mendoza tenía la función de producir vinos en ese momento para el mercado interno -abastecía a la ciudad de Buenos Aires durante el proceso de sustitución de importaciones-. Pero hoy está totalmente tergiversado, la globalización de los sistemas agroalimentarios y la producción del vino que se ha convertido en uno de los actores principales modifica y reconfigura los territorios de manera muy grande. Se sigue argumentando una serie de políticas en torno de un modelo vitivinícola que ya no es tal. A pesar de que hay políticas y esfuerzos limitados en general para sostener la base social del modelo vitivinícola” aseveró el becario de CONICET.
En cuanto al papel de los movimientos sociales, tales como las asambleas populares por el agua o los grupos de pueblos originarios el doctor afirmó “fundamentalmente yo creo que colocan una interrogación a la sociedad en su conjunto. Históricamente los movimientos sociales han tenido la capacidad de poder adelantar cuáles van a ser los problemas sociales futuros. En este caso la discusión sobre los bienes naturales, la función de la tierra y la función del agua. Me parece que la interrogación para que el conjunto de la sociedad se haga sobre cuál es la función de estos bienes naturales hoy y que tienen que tener sin duda una función social diferente y no manejada por el mercado parece que es la clave que tienen. Aparte de poder solucionar y mejorar su vida cotidiana estos movimientos permiten que la sociedad en su conjunto se predisponga a un trabajo por un cambio que mejore el panorama productivo y social de Mendoza”.