El mito de la sangre dulce: los mosquitos pican por el olor a pie

Transpirar, como suele ser frecuente en las calurosas noches de verano, es la principal razón por la que pican estos insectos. Al sudar se despiden ciertos olores que funcionan como señuelos. Quiénes sufren más picaduras y por qué.

El mito de la sangre dulce: los mosquitos pican por el olor a pie

Foto ilustrativa tomada de siempremujer.com

Ciencia

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Unidiversidad / Fuente elconfidencial.com - gizmodo.com

Publicado el 02 DE NOVIEMBRE DE 2017

No falla. Te levantás por la mañana y los mosquitos te han dejado su recuerdo por todo el cuerpo. Pero no termina ahí. Ni tu pareja, o tus hijos o tus hermanos, tienen ni una picadura. "Eso es porque tenés la sangre dulce", dice la abuela. ¿Qué hay de cierto en esta frase? Pero más importante aún: ¿por qué los mosquitos siempre se la agarran con vos?

La popular frase de la abuela es un mito probablemente basado en la preferencia de algunos insectos polinizadores (entre ellos los mosquitos macho) por las flores con néctar dulce. En realidad, los mosquitos no ansían la sangre por el azúcar que pueda tener sino por las proteínas. Las hembras, que son las únicas que pican, necesitan de ese aporte proteínico para madurar los huevos que incuban en su abdomen.

Un estudio realizado en 2003 por un prestigioso grupo de investigadores japoneses aseguraba haber encontrado indicios de que los mosquitos de la especie Aedes albopictus (los infames mosquitos tigre) prefieren a las personas de grupo sanguíneo O sobre los grupos A, B o AB. Sin embargo, no existen evidencias de que este comportamiento sea universal.

Entonces, ¿qué ven los mosquitos en nosotros?

Lo primero que atrae a las hembras de mosquito es el dióxido de carbono que exhalamos al respirar. No todas las personas exhalan la misma cantidad de este compuesto. Las que tienen el ritmo metabólico más elevado, las de mayor tamaño o las mujeres embarazadas exhalan mas dióxido de carbono. Un segundo factor que lleva a los mosquitos a sentirse irresistiblemente atraídos por una persona es el calor corporal: suelen preferir los "objetivos" más calientes.

Sudar, como suele ser frecuente en las calurosas noches de verano, es la principal razón por la que nos pican los mosquitos. Y, como se sabe, transpirar hace que despidamos olores. Cuanto más olor desprendamos, más posibilidades tenemos de convertirnos en víctimas de estos desagradables insectos.

Curiosamente, el olor de pies es uno de los que más engatusa a los mosquitos, principalmente a los de la familia Anopheles gambiae, a quienes les agrada el olor de un queso llamado Limburguer cheese, cuya bacteria implicada en su producción está emparentada con otra que habita en las extremidades inferiores.

Su sentido del olfato es tremendamente sofisticado, pero sólo comprendiéndolo bien podremos desarrollar métodos o estrategias más eficaces para evitar sus picaduras. Una tarea casi titánica, pues según un estudio del Departamento de Química de la Universidad de La Florida, de los 346 componentes químicos que pueden producir olor en las manos, 277 de ellos son susceptibles de atraer a unos u otros mosquitos.

 

Nuestros señuelos

Entre los componentes químicos que con más frecuencia actúan de radar se encuentran el ácido láctico, el amoníaco y  los ácidos carboxílicos. Especialmente peligroso es el ácido láctico, pues es el principal compuesto que atrae a los mosquitos Aedes aegypti, una especie que puede ser portadora del virus del dengue y el de la fiebre amarilla, como han concluido diferentes estudios. En definitiva, el propio metabolismo y la química del cuerpo juegan un papel protagonista a la hora de que una persona atraiga más o menos a los mosquitos.

El dióxido de carbono que desprendemos al respirar, el calor y la humedad son otros de los radares que utilizan estos insectos para localizar a las víctimas.

El mosquito de la malaria (Anopheles gambiae), otro sobre los que más se ha investigado para frenar el desarrollo de esta enfermedad, es uno de los que más atraído se siente por el olor. Sin embargo, no suele picar a las personas que tengan un sudor fresco, es decir, que comenzasen a transpirar hace pocas horas, sino a aquellas que acumulen el sudor de uno o más días, como concluye este estudio.

Por eso, ducharse por las noches antes de dormir es fundamental para prevenir las picaduras de estos mosquitos, además del uso de mosquiteros, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales, su hábitat natural.

Por último, otro estudio más reciente ha señalado que las embarazadas sufren casi el doble de picaduras. Un extremo que podría deberse a que las mujeres que se encuentran en la última etapa de su embarazo exhalan un 21 % más de dióxido de carbono, lo que atrae más a los mosquitos. Es por este mismo motivo, junto a la humedad del sudor, que los ciclistas y runners sufren más picaduras cuando están realizando ejercicio físico al aire libre.

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