El metegol, o cómo un juego popular se convirtió en deporte profesional

Hay una disciplina que se abre camino en Mendoza: el fútbol de mesa, a pulmón y con la inclusión como norte. Cómo empezó la Liga provincial y las historias de algunos de sus jugadores.

El metegol, o cómo un juego popular se convirtió en deporte profesional

Sociedad

Unidiversidad

Mariano Rivas

Publicado el 30 DE OCTUBRE DE 2018

Taca-taca, foosball, futbolín, futbolito, metegol… Las denominaciones cambian según el país del que se trate, pero el fútbol de mesa tiene en Mendoza uno de los mejores exponentes a nivel nacional. Más precisamente, en San Martín, donde surgió la Liga Mendocina de Fútbol de Mesa.

El metegol es para todas las personas. No importan la edad, el género ni la condición física. En el extenso grupo que conforma la Liga Mendocina, hay personas trans y también las hay con discapacidad. Tal vez es el deporte más inclusivo de todos.

Y sí, el tradicional juego (de raíces europeas) también es un deporte federado. La Liga fundada hace menos de tres años por Sergio Páez en el Este provincial está afiliada a la Asociación Argentina de Jugadores de Metegol, y esta, a la Federación Internacional de Fútbol de Mesa. Entrenan en San Martín y en Junín, fueron reconocidos por ambos municipios, viajaron a Chile a jugar –con grandes resultados– y esta semana los distinguió la Legislatura provincial.

“Con Sergio nos hicimos amigos a través de Facebook y empezamos a jugar. Después surgió la idea de Sergio de armar la Liga y fue creciendo. Luego empezamos a trabajar con los chicos con discapacidades y ahora estamos compitiendo profesionalmente”, narró Silvio Funes, uno de los integrantes.

Eso sí: es un deporte “caro”, señaló Sergio, quien preside la Liga. Más allá de recibir alguna ayuda de los municipios del Este, costear los viajes y las mesas no es sencillo.

“El metegol Tornado es una marca de mesa que sale USD 5000. En Chile tienen cinco, por lo que ya tenían con qué entrenar, y nosotros no habíamos jugado nunca en un Tornado. Nos encontramos con esa dificultad”, destacó Silvio. Las mesas que usan para entrenar en la Liga Mendocina son fabricadas por ellos.

Video tomado del Facebook de la Liga Mendocina de Fútbol de Mesa.

 

Un ambiente cordial e inclusivo

Al dialogar con los miembros del grupo, las primeras virtudes que exaltan del fútbol de mesa son la ausencia de mezquindad entre colegas y que nadie se queda afuera. En la mesa hay lugar para todo aquel que quiera jugar.

Uma Flores destacó como positivas “las diferencias". "Acá no se distingue ni en edad ni en género, todas las personas lo pueden practicar y creo que eso es muy importante”, agregó. Uma es una mujer trans de 36 años que juega al metegol desde los seis. Este año obtuvo el primer puesto en el Torneo Nacional de Metegol en Buenos Aires y el segundo puesto en un torneo internacional en Chile.

Por su parte, Silvio elogió “la cordialidad que hay entre los jugadores mas allá de la competencia". "No se guardan los secretos en ningún lado al que hemos ido. En todos los torneos en los que hemos competido, le hemos preguntado al otro jugador: ‘¿Cómo hacés esto?’, y no ha tenido problema en explicar ni enseñar”, sostuvo.

 

“Que te sientas uno más es fundamental”

A través de la adaptación de las mesas, Sergio Páez y sus compañeros y compañeras de la Liga Mendocina consiguieron integrar a personas con discapacidad. Una de ellas es Mauricio Cantalejos, que está en silla de ruedas, practica el fútbol de mesa y alienta a que se sume más gente.

Por ejemplo, explicó, él también juega al básquet, “y hay mucha gente que no puede jugar al básquet adaptado, entonces se siente excluida de ese deporte". "En este caso, es un deporte al que se puede sumar cualquier persona con discapacidad (…) Lo veo como un mérito que se ve muy poco en los deportes nuevos, porque nunca se piensa en integrar al discapacitado”, explicó.

 

En el siguiente video de la Liga Mendocina, un partido entre personas con discapacidad visual

“Que te sumen, te tengan en cuenta y que encima te sientas uno más es fundamental, así que yo me saco el sombrero por la Liga, por Sergio Páez, y espero que lo apoyen, que se sume más gente en el caso de discapacidad”, alentó Mauricio.

 

Reglas y mañas del deporte regulado

Al contrario de lo que puede parecer por su carácter de juego popular, el fútbol de mesa como deporte tiene reglas estrictas y que hacen que se diferencie mucho de su versión informal.

Hay un límite de tiempo para salir jugando desde atrás de la mitad de la cancha. “Cuando te hacen el gol, sacás desde el medio haciendo tres toques con los jugadores del medio”, precisó Sergio. Puede pedirse tiempo muerto, no vale el famoso “molinete”, y si una pelota entra y sale, el gol es válido, cosa que en el barrio no suele suceder. Como corresponde, un árbitro sigue atentamente cada partido.

Las diferencias también se encuentran nada menos que en la mesa. ¿De qué está hecha una profesional? “Madera —manifestó el titular de la Liga—, no como acá en Argentina, que usamos mucho la fundición. Esto es toda madera rectangular. Los jugadores son un poco más grandes. El piso de la mesa es impecable, no tiene ‘panza’, no tiene declive (…) La pelota viene con una aspereza por fuera que impide que se resbale”.

Hay técnicas especiales y tiros que solamente pueden aprenderse yendo a un entrenamiento. Son horas de estar con la mesa, ya sea solo o acompañado. Sergio ejemplificó: “Hacemos 100 veces tiros para un lado, 100 veces para el otro, así hasta que el tiro sale como nosotros queremos que salga”.

Sergio Páez, presidente de la Liga Mendocina de Fútbol de Mesa, junto a Mauricio Cantalejos, uno de sus integrantes.

 

“Ya es de todo Mendoza”

"Estamos más avanzados que toda Sudamérica y que toda América (...) Hemos hecho torneos adaptados para silla de ruedas, torneos adaptados para chicos con discapacidad visual”, contó Sergio, que apuesta a seguir creciendo. “Ahora ya es un proyecto que ha tomado vida propia. Dejó de ser de un grupo de soñadores y ya es de todo Mendoza”, completó.

Foto: Ariella Pientro.

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