Con la construcción (semi)parada, resurgiendo paulatinamente, inmobiliarias cerradas y potenciales compradores encerrados por la cuarentena, la postal de un mercado detenido parece anticipar un panorama con fuertes caídas en los alquileres y las ventas de los inmuebles en todo el país. Mientras tanto,  la construcción –que desde mayo de 2018 padece los coletazos de una crisis económica casi sin precedentes para el sector– y el sector inmobiliario –paralizado y con un retroceso histórico en materia económica– se preparan para una nueva etapa, la del poscoronavirus, que tendrá el siguiente panorama.

En primer lugar, bajarán los precios tanto de la venta inmobiliaria como de los alquileres. Los especialistas estiman que los valores de venta de las unidades usadas caerá alrededor del 20 %, mientras que quien tenga urgencia de vender cederá hasta el 30 %. En tanto, los precios de los alquileres se reducirían hasta el 15 %. 

"Los inversores y compradores por lo general son profesionales, comerciantes, empleados, empresarios, empresas o personas que utilizan los excedentes y ahorros que provienen de sus actividades, y seguramente, en este contexto, nos encontraremos con una menor cantidad de personas con liquidez para comprar", explicó Miguel Ludmer, director de la inmobiliaria Interwin, que admitió que el impacto de la pandemia en el sector dependerá de lo que dure.

En ese sentido, desde la inmobiliaria mendocina Ivanna Blanc indicaron a Unidiversidad que prefieren "evitar hablar de porcentajes”, ya que es una realidad que no sabrán “cuánto valdrá el dólar a fin de año, mucho menos una propiedad".

Uno de los dueños de la inmobiliaria reconoció que habrá muchas empresas o particulares que tendrán “la necesidad imperiosa de vender o alquilar”, y para conseguirlo, “saldrán al mercado con precios más bajos para no tener que esperar, porque más adelante tendrán que resignar un precio aun mayor y con la incertidumbre de no saber si podrán colocar la propiedad”. Además, desde la inmobiliaria consultada explicaron que quienes tomen esa postura, seguramente “queden mejor parados para cuando se reactive el sector, a comienzos del año que viene”.

Por otra parte, resaltaron que, para quienes tengan la posibilidad de hacerlo, “es el momento de invertir, porque habrá muchas oportunidades realmente interesantes”, aunque reconocieron que “más allá de esto, será difícil ver un movimiento abrupto del sector, porque hay poca gente con la capacidad de invertir en este momento”.

Por último, desde la desarrolladora de proyectos inmobiliarios Shelter SA, indicaron a este medio que una de las consecuencias directas del efecto provocado por la pandemia será “el aumento de la conflictividad en los proyectos en construcción”, ya que las consecuencias económicas del coronavirus “generarán disputas entre desarrolladores e inversores desde el pozo que, en muchos casos, pagarán las cuotas tarde, en partes y con delay”.

"Las obras se financian con las cuotas de la gente, de personas que, primero, están preocupadas por la supervivencia de su propia empresa. Sin dinero, no hay manera de mantener el ritmo de las obras", explicó al respecto el arquitecto Matías Yañez.

Finalmente, desde la desarrolladora de proyectos inmobiliarios aseguraron que otra de las consecuencias inmediatas en el sector será el “retraso seguro del inicio de nuevas obras, y las que están en marcha se ralentizarán”.

Pago de alquileres y mudanzas postergadas, dos reclamos recurrentes

Uno de los nuevos reclamos que surgieron por aislamiento social preventivo y obligatorio que dispuso el Gobierno a partir del 20 de marzo se vincula con la imposibilidad de pagar los alquileres a través de una transferencia bancaria o algún método que no requiera trasladarse con el dinero en efectivo.