El primer juicio por jurado en Mendoza terminó este viernes con los alegatos de las partes y el veredicto del tribunal popular contra Sebastián Petean Pocoví, quien fue declarado culpable de atropellar y matar a los policías Jorge Cussi y Daniel Ríos, tras haber apuñalado a su pareja el viernes 25 de mayo del año pasado. 

Luego de las exposiciones de las partes, el jurado deliberó largas horas para tomar una decisión que debía ser por unanimidad. El jurado coincidió así en que Petean Pocoví es culpable y el juez Rafael Escot definió que su pena es la prisión perpetua.

El acusado esperó prácticamente mudo el veredicto final, salvo algún que otro intercambio corto con su abogado defensor. Con las manos entrecruzadas sobre el escritorio, con las cuales se tomaba por momentos la cabeza y se masajeaba las sienes, Petean Pocoví no emitió sonidos ni gesticuló al escuchar "culpable" apenas pasadas las 20 en Tribunales.

Así, el acusado terminó condenado por tentativa de femicidio agravado por el vínculo, doble tentativa de homicidio criminis causa y por homicidio criminis causa. Este último hecho, el más grave de todos.

(El momento en el que el juez Escot recibíá el resultado del jurado y comunicaba la condena al acusado. Imagen: captura de pantalla)

Alegatos

Luego de la declaración de todos los testigos, este viernes comenzó con las conclusiones del fiscal Fernando Guzzo, los abogados querellantes Claudia Vélez y Eduardo de Oro, como así también los defensores Agustín Magdalena y Cristian Vieira.

La Fiscalía pidió que sea condenado con las acusaciones más graves en los cuatro casos que se debatieron.

El Ministerio Público y la querella dejaron en claro que el jurado debía dar el veredicto con las acusaciones por la tentativa de femicidio contra la pareja en contexto de violencia de género, tentativa de homicidio contra dos policías que intentaron frenar el paso de Petean mientras escapaba en la camioneta y por el doble homicidio agravado de los policías Cussi y Ríos por su condición y por homicidio criminis causa, es decir, dejar impune el ataque a su mujer.

En tanto que la defensa pidió conseguir una condena bajo una calificación menor, que podría ser lesiones agravadas por el vínculo en contexto de violencia de género -en el ataque a la pareja- y doble homicidio culposo (por la muerte de los efectivos).

El fiscal Guzzo dio sus argumentos respecto a los cuatro hechos por los que se lo acusan a Petean Pocoví. En la tentativa de femicidio, aseguró que el imputado tuvo la intención de matar a su mujer embarazada "a costa de la vida de sus hijas. La acuchilló cuatro veces (codo, abdomen y pulmón) por celos porque dudaba de su paternidad".

Respecto a la intención de matar a los policías de las barricadas, Guzzó aseguró que Petean Pocoví "acelera, les tira la camioneta encima a 140 kilómetros por hora y, dicho por los testigos, si los policías no se tiran, se los lleva por delante", aseveró. Y siguió: "Está dispuesto a matar, su intención es darse a la fuga, lograr su impunidad y si tiene que matar, lo hace".

Lo mismo esgrimió con lo sucedido con los policías Ríos y Cussi, los cuales no corrieron con la suerte de salvarse. "Estaba dispuesto a matar. No tuvieron la suerte de salvarse (Ríos y Cussi), los testigos tuvieron la misma apreciación: que les tiró la camioneta encima".

A lo largo del debate que se inició el lunes declararon varios testigos y peritos, quienes tuvieron diferencias a la hora de analizar la persecución trágica que terminó con la muerte de los efectivos. Además, declaró la ex pareja del imputado, quien aseguró que el hombre, previo al ataque, la había amenazado con matarla a ella y sus hijas.

Agradecimiento y recordatorio

Una de las últimas palabras del presidente del tribunal, Rafael Escot, fueron de agradecimiento a los 12 mendocinos y mendocinas que participaron en este histórico proceso oral.

Asimismo, el magistrado también les recordó que la calve de este tipo de juicios está en la absoluta reserva y el secreto de todo lo que sucedió mientras deliberaban.

Escot pidió que denunciaran cualquier tipo de presión, ya sea de allegados, extraños o periodistas que insistan en saber cómo fue la discusión para llegar al veredicto.